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La corrupción y el Año que se va

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: —“Este fue el año de la corrupción sistémica, y su reconocimiento público, como flagelo número uno del país”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, se sirve de la percepción propagandística, para confundir. La dureza de la clase política, en reconocer los valores de claridad, libertad y virtud, como método de servicio para vivir en una verdadera democracia, tiene una consecuencia directa: el dominio de la ignorancia, que trae consigo corrupción sistematizada.

La corrupción y la subasta pública

—“Aquí en Paraguay, los negociados de la corrupción sistémica, están en las subastas públicas”— me decía un parroquiano del Bañado, cerca de Cateura. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, acomoda los bienes públicos, según el beneficio personal de los administradores de turno. Esta circunstancia genera desconfianza en la gente. Las instituciones que deben velar por la integridad, del patrimonio público, están muy propensas últimamente, a las concesiones y subastas.

La corrupción y las promesas

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: —“La bicicleteada de las pr0mesas, aviva a los beneficiarios y la corrupción sistémica, trata de hacerlas olvidar…” Según la TGC el poder, naturalmente corrupto, utiliza a la ignorancia en la percepción pública. Esta lucha, por recibir cualquier beneficio del Estado sobre la promesa hecha a los pobladores, va tomando cuerpo, al comprender los mismos, que siempre se tarda en concretar lo prometido. Es una estrategia común de los administradores públicos, para tratar de colocar, con buen rédito, los números en el presupuesto. Un tipo de especulación financiera, con dinero público.

La corrupción y la revitalización

Me decía un asunceno: —“Aquí la gente hace revitalización con el bolsillo lleno, a costa de la municipalidad, dueño absoluto de la corrupción sistémica, al cobrar entrada en espacios públicos”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, en cualquiera de sus grados, se sirve de la estructura del Estado para “legalizar” la corrupción, por medio de la percepción política. Para entender bien la magnitud de toda corrupción, se debe distinguir desde un principio, los dos tipos existentes: la pequeña y la gran corrupción. Al tener esta apreciación, nos damos cuenta que la pequeña utiliza a una sola persona y la gran corrupción, a la estructura de los poderes.

La corrupción y la naturaleza

—“Qué extraña la vida: ¿Hasta la naturaleza juega a favor de la corrupción sistémica?”— se preguntaba un poblador del Bañado Sur. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, utiliza la “percepción” política, para lograr sus objetivos económicos, sin que sean cuestionados. Hemos sido denominados “capital verde de Sudamérica”, pese a que los árboles están abandonados a su suerte; pero la naturaleza, con abundante agua y sol, pudo conservar algunos, entre calles, ríos y casas viejas; históricas algunas, también dejadas a su cruel destino, como las plazas y parques de la ciudad.

La corrupción y el valor de los niños

Un parroquiano del Bañado Sur me decía: —“Había sido que todo niño tiene un precio en la corrupción sistémica”. Según la TGC, el poder necesita de la economía y la ley, para llevar su gestión adelante. Esta realidad, expresada en la cifra de “cuatro millones de deuda, por cada niño que va naciendo”, asusta a estos ciudadanos, que generalmente viven el día a día luchando, contra agua y basura, para sacar adelante a su familia: ante un gobierno populista, sin empacho para seguir prometiendo deudas, a cuenta del país.

La corrupción y la contaminación

Un parroquiano del Alto Paraná me decía: —“La contaminación de la corrupción sistémica nos trae la navidad”. Según la TGC, el poder y su estructura, fácilmente pueden estar consumidas por la ignorancia. Nuestra democracia, a través del cuarto poder, está formando una nueva opinión, un nuevo sentir en la gente; ante los problemas sociales, de carácter repetitivo y constante, comprendiendo que la contaminación en casi todas la instituciones, cierran el año con una gran burla.

La corrupción y la comunicación

—“Sin la comunicación de la prensa, la corrupción sistémica sería devastadora, tal vez”— me decía un alberdeño. Según la Teoría General de la Corrupción (TGC), la ignorancia en la ocultación del poder, tiene como su enemigo natural a la prensa. Últimamente la gente considera efectivamente, a la prensa, a la hora de hacerse oír como ciudadano y defender sus intereses comunitarios; cuando los legítimos encargados, no cumplen a favor de sus propios electores.

La corrupción y los conflictos religiosos

—“Cuando los hombres se erigen en “Dios”, cometen barbaridades, al servicio de la corrupción sistémica”— me decía un fiel parroquiano del Bañado Sur, cerca de Cateura . Según la TGC, la ignorancia en la ocultación de todo poder, fácilmente puede confundir la realidad, haciendo primar la percepción, guiada hacia los intereses económicos y fácticos. El mundo ha evolucionado enormemente: Al separar la cuestión política del credo religioso, en el mundo occidental.

La corrupción y el subdesarrollo

El subdesarrollo es un estado de necesidad, bajo la aparente prosperidad, donde en una realidad socializante, el sistema estatal utiliza a la corrupción sistémica, como “arte de magia”. Sacudirse de este sistema, muy rentable para algunos, es la materia más difícil para los pueblos; ya que caen presas del momento, sin posibilidad de encontrar la autodeterminación. Por deudas contraídas con anterioridad, que se van acumulando como una bola de nieve, en la navidad del Norte. El mundo moderno festeja la libertad; mientras los países más adelantados y prósperos, siguen disfrutando de la plata de los subdesarrollados. En éstos, la gente llora, para conseguir sombra, tierra, agua o pan, en esta navidad.

La corrupción y la confianza

—“Aquí la confianza ha terminado, sea de parte de los administradores como de los gobernados; la corrupción sistémica se la tragó”— afirmaba un poblador del Alto Paraná. Según la TGC, el poder, con una estructura al servicio de la ignorancia, lleva a la mayor injusticia social. En toda política se necesita confianza para tratar de hacer progresar a las naciones. Por eso, cuando la gente comienza a percibir la pérdida de criterios de justicia, en el Estado, comienza la inestabilidad y el encarecimiento de las cosas.

La corrupción y el amiguismo

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: —“El amiguismo nos sigue entregando corrupción sistémica, con viso de transparencia”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, confunde fácilmente, por medio de la percepción de la gente, la verdadera con la falsa política. La irrupción de los políticos—dirigentes sociales, con supuesto interés hacia los más necesitados, permite a los administradores de turno sacar resultados personales, en los hechos, actos y prácticas de la corrupción sistémica, con absoluta libertad. Encima, proyectando a la sociedad, por medio de la propaganda oficial, la imagen de trabajo transparente y eficiente. Dos términos totalmente relativos y anti-jurídicos.

La corrupción y el contenido jurídico

Un alberdeño se preguntaba: —“¿Si la Ley existe, porqué no se cumple contra la corrupción sistémica y sus ejecutores?”. Según la TGC, la ley es elemento indispensable del poder; para mantener el orden y la cooperación entre todos en el país. Habíamos explicado que una imputación, resulta difícil concluir por los problemas, tal vez procesales y la falta de integración de la misma legislación penal, con las normas internacionales en la materia, aplicadas a cada caso en particular.

La corrupción y la oportunidad

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: —“La oportunidad en política, se debe aprovechar, y no dejarse por la corrupción sistémica. Para terminar aceptando y callando”. Según la Teoría General de la corrupción , el poder que admite la ignorancia en la propia ley, hace florecer la injusticia. Nuestro país, ha salido a medias de ese atolladero, llamado “silencio impuesto”, por los gobiernos bananeros a la población, pero hemos caído en manos de la politiquería de sus descendientes directos, sin otro argumento más que la ideología parcial. Teniendo como causa central, a la necesidad económica y a la falta de enseñanza de la política, como elemento fundamental de desarrollo de un pueblo.

La corrupción y la desigualdad

Me decía un parroquiano al Alto Paraná: —“Dura lección nos da, el creer en los politiqueros y sus recaudadores, al amparo de la corrupción sistémica: hasta con remedios yuyos”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, hace estragos en cualquier sistema político, si no hay justicia. Las desigualdades siempre habrán, en cualquier lugar del mundo; pero el abuso político con los impuestos, hace más pobre a la gente. Si no se establece un tributo justo.

La teoría general de la corrupción también es paraguaya*

*Extraído de la Conferencia “Hacer crecer: Cómodesarrollarse en un sistema de corrupción total” , a propósito de las recientes clasificaciones y calificaciones internacionales de nuestro país. Afortunadamente, en nuestro país, hoy contamos con una teoría general de la corrupción. Que nos explica los pormenores y realidades de la corrupción. Al existir una teoría, ya no pueden aceptarse las simples opiniones, creencias y medias verdades sobre un tema. Porque una teoría, es, primero, la compilación de todo; lo que se conoce, sobre la materia en cuestión. Agregándole, el autor, lo que ha sido obviado, desconocido u ocultado dentro del progreso de la ciencia. De esa conjunción se origina, la Teoría general de la corrupción, que será, esta noche, nuestra principal fuente para entender el fenómeno de la corrupción, y responder a las preguntas:

La corrupción y el Estado de derecho

Me decía un alberdeño: —“Parece un contrasentido hablar de la corrupción y del Estado de derecho en cualquier país del mundo, cuyos habitantes están obligados a convivir políticamente con la corrupción sistémica”. Según la TGC, el poder, naturalmente corrupto, en una democracia de verdad, debe buscar la justicia disminuyendo la ignorancia y la ocultación, en el accionar del Estado. Si bien es cierto, que nuestros ciudadanos, al ser preguntados, admiten que la corrupción es dueña absoluta, de los manejos de la administración pública; confunden hasta la fecha, los dos tipos de corrupción. A eso se llega por la ignorancia en la ocultación, impuesta desde los tres poderes.

La corrupción y la literalidad

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: —“Si la literalidad de la Carta Magna, establece  el juicio “al solo efecto de remoción del cargo”, hay circo y corrupción sistémica”. Según la TGC, si el poder es corrupto naturalmente, utiliza la ignorancia en la interpretación de la Ley. En todo acto de administración del poder, éste utiliza a la Constitución, cuyo marco debe ser respetado de manera irrestricta, según los intereses coyunturales.

La corrupción y la "realidad social"

Me decía un parroquiano de Alto Paraná: —“La realidad social, en nuestro país, es la corrupción sistémica con nuevos implementos normativos”. Según al TGC, el poder utiliza a la ignorancia en la ocultación, a través de la misma ley. Muchas veces, la realidad se ve distorsionada por la percepción social, llevando a un favoritismo sin fundamento, con el solo afán de dar lugar a los intereses del sistema mandante. Ese es el caldo de cultivo perfecto para la gran corrupción, ya que se presenta, de manera propagandística en la prensa, como la “solución”, una medida “necesaria y verdadera”. Esto imposibilita mayores análisis, en tiempo real; privando a la gente del poder de distinguir, las intenciones reales de las políticas implementadas y sus verdaderos resultados; así, como las de sus accionantes, en cualquiera de las filas políticas.

La corrupción y la propia vida

Me decía un parroquiano del Bañado sur: —“¿La propia vida nace ya en la corrupción sistémica entonces?”. La TGC, explica que la ignorancia es la madre de toda corrupción. Desde el principio de los tiempos. Porque sin ella, no puede existir la ocultación, que es la clave para sistematizar los actos de abuso. Nosotros seguimos soportando las penurias del subdesarrollo, a causa de esa ignorancia en la ocultación, que sigue en los poderes constituidos.

La corrupción y los usuarios

Me decía un parroquiano del Alto Paraná :— “Tenemos que estar con el “Jesús en la boca”, para contrarrestar el ataque de los encargados, representantes nuestros, que administran los servicios públicos en los municipios; a causa de la corrupción sistémica en sus estructuras”. Según la TGC, el poder otorga la estructura perfecta para que la corrupción se desarrolle. Por eso, podríamos afirmar, sin temor a equivocación, que las instituciones municipales, deben ser mejoradas para superar el abuso de poder y de derecho, en que están incurriendo diariamente, contra sus propios electores. Deben comenzar que los ciudadanos son usuarios de servicios, que obligan en sus cargos, a prestarlos eficientemente.

La corrupción y el petróleo, comparación.*

A ver, hagamos una comparación, para comprender mejor la radical importancia, del conocimiento de la Teoría General de la Corrupción (TGC), para la humanidad. Allí tenemos el petróleo, por ejemplo. Fue utilizado durante siglos o tal vez, milenios. No como un elemento principal, sino que se utilizaban sus productos: como el querosén y el aceite, en la medicina y en la construcción, de barcos y herramientas simples. También funcionaba para dar color a los tejidos y otros materiales. Incluso como un simple instrumento para la ornamentación. Es decir, durante un tiempo prolongado, no se lo tuvo como un elemento del ciclo económico básico.

La corrupción y la pobreza del país

Me decía un poblador del Alto Paraná: —“La pobreza del país se ha acentuado, por la corrupción sistémica, cuya consecuencias caen directamente sobre el campesinado”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, utiliza la percepción en la política. —“El populismo es la regla en la política y los campesinos son, tal vez, sus chivos expiatorios” —me repetía el paranaense.

La corrupción está atornillada

Me decía un alberdeño : —“¡Lo único que faltaba!, ahora tenemos encima nuestro, en Formosa, a la corrupción sistémica atornillada”. Según la TGC, todo poder, corrupto por naturaleza, en democracia, se debe exigir claridad. La grave situación planteada, con la instalación de una procesadora de uranio, comienza a levantar a la misma población formoseña; preocupada por la contaminación, que ha causado ya en otra ciudad argentina.

La corrupción bajo el pulgar

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: —“Si todo funcionara a la orden de “Dios”, ¡cuán rápido tendríamos la solución bajo el pulgar, ante la corrupción sistémica…!”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder puede crear confusión e injusticia, al contaminar el espectro político. La democracia de verdad, no apaña a los poderes ni hace lobby a favor de los intereses personales; por el contrario, debe servir al bien común, para bajar todo tipo de corrupción sistémica.

La corrupción y los habitantes de una República

Bajo una sombra de injusticia, la gente dice y habla sobre los temas nacionales, ávidos de entender y tratando de lograr mejorar la política, para disminuir la corrupción sistémica, que ya tanto ha perjudicado histórica y socialmente a nuestro pueblo. Según la TGC, un poder corrupto puede aparentar ser eficiente y muy próspero, para algunos beneficiarios directos. Esto es así porque, indudablemente, se ha comprobado científicamente, en nuestro país, que la corrupción utiliza la estructura de todo poder, sin importar ningún principio, más que el de recaudar bajo el manto, de la aparente legalidad. Así es en el mundo entero; sin distinción. Por ello, resulta dificultoso separar la ética subjetiva, de la realidad objetiva de los hechos de corrupción acaecidos.

La corrupción y los "indios"

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: —“Tratar de justificar la muerte, siempre se ha hecho; pero, ¡la corrupción sistémica debe parar, al menos, por respeto a los aborígenes!...”. Según la TGC, el poder tiene la posibilidad de bajar toda corrupción, al limpiar, frecuentemente su estructura, de la ignorancia en la ocultación. La suerte de los “indios” en América Latina, siempre fue la peor; hasta hoy, sigue habiendo muertes por hambre, como la ocurrida recientemente en las narices de la propia autoridad administrativa.

La corrupción y la libre concurrencia

Nuestra democracia ha comenzado a levantar los conceptos, exigiendo a los actores políticos, cumplimiento de la Carta Magna; posiblemente, con una sugestiva intención de evitar, de manera un poco más visible, la corrupción sistémica. Ese parecería ser el tenor de lo manifestado, recientemente, sobre el respeto de la libre competencia : un concepto clave, para una economía de mercado. Según la TGC, si la ignorancia en la ocultación del poder, se utiliza a favor de una persona, o, de un grupo específico de interés, se convierte en injusticia.

La corrupción y el populismo

Me decía un parroquiano del “Bañado Sur”: —“Aquí, las promesas de los politiqueros ya nos da calambre; pero la corrupción sistémica no baja”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder hace estragos en toda sociedad inculta. El objetivo de toda política, por lo tanto, debe ser “ buscar el bien común ”; pero si los actores políticos, no están a la altura, para construir esta realidad, son simples politiqueros al servicio de pretensiones personales.

La corrupción y la venalidad pública

“Aquí en nuestro país nos conocemos todos , —me repetía sonriente un parroquiano del Bañado Sur, mientras veía pasar una cuatro por cuatro frente a él— no puede bajar la corrupción”. Según la TGC, si el poder no trata de comprender a la corrupción sistémica, cuidando sus estructuras, hay injusticia. Hasta hoy existen ciudadanos que consideran a la corrupción, solo como los hechos, actos o prácticas realizadas por alguien carente de conocimiento o falto de ética. Es decir, se hace primar lo subjetivo.

La corrupción y el "no teórico"

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: —“Estamos cansados del “no” teórico y la corrupción sistémica que nos agobia”. Según la TGC, el poder siempre debe bajar la ignorancia, para no caer en el descrédito. Bien sabemos que existen dos clases de corrupción en el mundo entero: la pequeña y la grande. Ésta última, se denomina “sistémica”, y son sus actores, los encargados de todo poder público. Sea cual sea el sistema político que se practique.

La corrupción y las áreas rurales

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: —“Mientras sigue la idea, en la mente, que uno hace política para solucionar su propia situación, habrá ignorancia y falta de justicia”. Según la TGC, todo poder debe tratar de bajar la ignorancia y buscar la justicia. Nuestra campiña tiene sus sabores peculiares y la gente comienza a darse cuenta, cuán difícil es hacer comprender a los ciudadanos, la importancia de participar en la política; para buscar el bien común.

El conflicto ético*

*Extraído de la primera parte de la conferencia “Hacer crecer”, 2014. Doctrina curacionista. La realidad dentro de toda estructura social, es que los personalismos se  aíslan, dando mayor lugar a los equipos: Ahí es donde se pone en duda la ética personal, evaluándose una moral de grupo. De necesario respeto, para permanecer como parte de ese órgano; de trabajo, de interacción. La situación se agrava en la función pública, donde los intereses políticos se confunden con los económicos, la mayoría de las veces, de carácter personal o individual. Allí es donde surge la pregunta de los jóvenes; y, de los no tan jóvenes también. ¿Cuál es la utilidad actual de la política? Si todo aparentemente, pasa por lo económico. Porqué no se reconoce simplemente, que la política es un gran negocio. Así dicen, así decimos. Es por eso que hemos tratado de investigar a la corrupción, como una ciencia, para su estudio y comprensión. Solo así pueden entenderse los fenómenos y realidades de nuest

La corrupción y la obediencia política

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: —“Aquí, la única obediencia que existe: es para la corrupción sistémica, de la cual son responsables los políticos”. Según la TGC , la ignorancia en la ocultación del poder, se maneja en la política y en la interpretación de la ley. Al tener un sistema democrático, la gente puede, fácilmente, comprobar el origen de los males sociales; del presente o del pasado. Pero, el cuarto poder, juega un papel trascendental, para que la información provista a los ciudadanos, pueda, realmente sanear la política y no solamente publicitar, promocionar y posicionar, a la politiquería , como el statu quo. Como parte del folclore, pretendiendo hacer creer que tiene nuestra aceptación cultural.

La corrupción "tiene mal olor"

Nuestro país está siempre en la “cuerda floja”, tanto en su política interna, como en las relaciones internacionales. Y, en lo que a éstas respecta, la corrupción sistémica se encarga de producir el “mal olor”, en cualquier proyecto o gestión pública, que busca solo el lucro parcial; a costa, de la salud y el bienestar general de la población. En mi Teoría General de la Corrupción (TGC) he planteado, que el poder, en la mayoría de las veces, se sirve de la ignorancia en la ocultación, la cual lleva, inexorablemente, a la corrupción en un gobierno. Cada día existe mayor preocupación entre los ciudadanos, frente al accionar de nuestros vecinos y la seguridad del medio ambiente. Viendo diluirse los artículos y preceptos, establecidos en Tratados internacionales ratificados, por todos los países de la Región, en simple retórica aguada de la diplomacia mercosuriana .

La corrupción y el juicio político

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: —“Parece que en el país, los “juicios políticos”, anuncian que habrá cambio de Presidente de la República…”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación de los poderes puede tener inesperadas consecuencias. Por la facilidad para realizar hechos, actos y prácticas de corrupción sistémica, la gente piensa que, cuando se pide esclarecer, algún acontecimiento público, con respecto a los encargados de cierto poder del Estado, lo único que valen son las especulaciones; por adivinar los resultados posibles.

La corrupción y la discriminación

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: — “Este será uno de los países con mayor igualdad constitucional; pero, con la más alta discriminación y corrupción sistémica, del mundo”. Según la TGC, el poder siempre utiliza a la Ley, a través de la ignorancia en la ocultación, en cualquier sistema. Aquí muchos no comprenden, que una norma constitucional, de orden declarativo de derechos, prácticamente no necesita de reglamentación, para que sea de cumplimiento obligatorio, a favor de los afectados en una cuestión específica o genérica. Tal vez lo que sucede, es que la ciudadanía está muy acostumbrada, tal vez, a a fijarse en lo que sucede en países más adelantados; olvidando conocer mejor, los principios constitucionales y régimen jurídico de su propio país.

La corrupción y la cara del cliente

Me decía un alto paranaense: —“Si aumentando las penas se soluciona la delincuencia y la corrupción; muchos Estados del mundo serían la maravilla en la realidad social”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación de los poderes, utiliza a la ley en la interpretación. Este juego perverso, se puede decir, es el arma de la corrupción sistémica en el mundo entero; por eso, la simple arrogancia, de dar solución al flagelo número uno del mundo, anidando promesas y modificaciones, ya no caben en un Estado de derecho respetuoso. Eso hasta el más distraído de los ciudadanos lo sabe.

La corrupción y el saneamiento moral

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: —“Aquí nosotros necesitamos todo; pero lo peor es la corruptela de la promesa; en nombre de los pobres y desprotegidos”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, puede levantarse, sobre falsas expectativas personales. Ante la realidad de que debe ser enseñada, la política, como ciencia, para que los electores puedan comprender, lo que entra en juego con su voto: Aquí siempre la hemos usado como una solución mediática, inmediata, a favor, supuestamente, de los más necesitados. Elevando al predicador, como representante en tal o cual partido, quedando nuevamente el votante, pensando que fue burlado por la política. Sin posibilidad alguna de sanear la sociedad.

Lo que sabemos sobre corrupción

Lo que mayoritariamente, la gente maneja, como un concepto de corrupción: Resultan ser los perjuicios causados, por ella. Porque son las cosas que se ven. Los daños al Estado, el robo, el abuso de poder. Son todas consecuencias directas, de un sistema, anterior y estructurado en el poder. Por lo tanto, la única forma de prevenir tales daños o consecuencias, es comprendiendo la causa del problema.

La corrupción y el ataque verborrágico

La corrupción dejó de ser, hace un buen tiempo, un secreto político. Una situación oculta, cuyo análisis estaba prohibido. Por eso, podríamos decir que la corrupción, ha superado las etapas, de infancia y adolescencia. Hoy, es un fenómeno adulto; maduro y sistemático, que ya no puede, ser explicado, a la gente, con fábulas; con  cuentitos y falsas creencias. El simple ataque verborrágico, pseudomoralista; contra la corrupción, ya no es suficiente.

La corrupción y las oportunidades

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: —“Las oportunidades sobran en el país, para la corrupción sistémica”. Según la TGC, si un poder no puede corregir la ignorancia, como ocultación, desemboca en corrupción sistemática. Hasta hoy los administradores de turno del país, siguen tratando a este flagelo de manera romántica y subjetiva, olvidando que la corrupción, es un sistema establecido, que necesita de procedimientos especiales, para su disminución efectiva.

La corrupción y la temperatura

Un parroquiano preocupado por la temperatura y los juegos futboleros, me decía: — “Aquí en Itá, sin ambulancia se apeligra grandemente a los jugadores de futbol de la Liga”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación rompe cualquier esquema, ya sea éste deportivo o social. “Estamos preocupados —insistía este ciudadano de tierra adentro— hay mucha actividad deportiva, pero muy poco se preocupan, los dirigentes de hacer cumplir la Ley de la APF, donde se prohíbe todo juego sin médico y ambulancias. Así como el cambio del horario de los partidos. Este sol prácticamente puede cocinar vivo a un ser humano, jugando en horas pico”.

La corrupción y el techo de paja

Me decía un parroquiano del Bañado Sur. —“Al final, cada día se va demostrando los techos de paja de la corrupción sistémica”. Según la TGC, toda ignorancia en la ocultación del poder, trae sorpresas y resalta la injusticia de un país. Nuestra sociedad se despertó, con grandes sorpresas, con respecto a la organización de la corrupción, en todos los niveles, que se hace más cruda y visible en las fronteras del país: pasta facial del crimen organizado.

La corrupción y el pueblo

“La vida actual, ha cambiado para la población” —me decía un altoparanaense . “Hoy el pueblo está a merced de la corrupción” . Según la TGC, si el poder, corrupto por naturaleza, no baja la ignorancia en la ocultación, resultará siempre injusto. Tal vez siempre fue así la vida, en todo el Paraguay. Lo cierto es, que al suceder  un hecho, acto o práctica de corrupción sistémica, hoy se puede visualizar objetivamente la situación. Desprotegido el pueblo, casi nunca armado y entrenado, para enfrentar, al estilo americano, este sistema gansteril de la época de los años cincuenta. Como sí ocurrió en otros continentes.

La corrupción y la libertad de expresión

No existe un condimento más necesario y utilizado, en una democracia verdadera, que la libre expresión; pero, que en contrapartida, es muy perseguida, para que no dañe los intereses de la corrupción sistémica en todo poder público. Según la TGC, todo poder tiene a su favor interpretar la Ley. Es su prerrogativa. Conocida en el vox populi “ el que manda hace y aplica la ley ”, cerrando incluso la posibilidad de exigir la buena interpretación. Este sistema, llamado en toda Latinoamérica “democracia bananera”, sostenida generalmente con gobiernos de facto, contiene una gran propaganda de “libertad”. Sin embargo, en la práctica política, el Estado de derecho sufre grandes grietas. En casi todos los Estados de América, el principio de libertad de expresión y de idea, se constituye en catecismo; sustentados en la Carta Magna, para tratar de salvaguardar la buena interpretación, que no permite caer en la corrupción sistémica.

La corrupción y la calesita

Me decía un parroquiano del Bañado Sur, cerca de “Cateura”: —“La sistema calesita, al nombrar a dedo, quienes van a ser los encargados institucionales, solo aviva la corrupción sistémica”. Según la TGC, el poder y su estructura, deben luchar contra la ignorancia, que es injusticia. Los últimos acontecimientos nacionales, están mostrando de cuerpo entero a la ciudadanía, el porqué se debe entender a cabalidad lo que es la corrupción sistémica; y su diferencia, con la fácilmente visualizada, pequeña corrupción o contra ley, ante la opinión pública.

La corrupción y el contrapunto

Me decía un parroquiano del Bañado: — “El único mal del país es la corrupción y la ignorancia; pero sigue sin ser reconocido por las autoridades”. Según la TGC, el poder y su estructura, son los encargados de bajar los niveles de ignorancia y corrupción. Este concepto archiconocido en nuestro país, fácilmente se confunde por los intereses económicos y políticos, sin importar los resultados futuros, sino solo cumplir con la propaganda mediática.

La corrupción y el despertar

Últimamente, la ciudadanía ha mantenido un despertar absoluto, sobre la democracia y la corrupción sistémica. Según la TGC, si la estructura del poder no puede disminuir la ignorancia, se producen las injusticias, expresadas en las propias decisiones gubernamentales. Hemos desarrollado y demostrado que la corrupción sistémica, es la que hace posible, la existencia de la corrupción genérica (crimen o delito común: individual u organizado). Es así en el mundo entero.

La corrupción y la presunción

“Esta presunción —me decía un parroquiano del Bañado Sur— no debe figurar en el plano de lo económico, porque actualmente la corrupción sistémica hace estragos al ciudadano común”. Según la TGC, el poder corrupto, es aquel que permite, con involucramiento directo o negligencia, la primacía de la ignorancia en la ocultación, dentro de su estructura y funcionamiento. Por la mala utilización de los poderes, empresas que explotan recursos naturales del país, pueden aprovecharse de la desinformación y obtener ingentes beneficios, a costa del perjuicio general.

La corrupción y la inversión

Me repetía un parroquiano del Alto Paraná: —“La niña bonita en el país, son la timba y la maquila: todo movido por la corrupción sistémica”. Según la TGC, el poder, naturalmente corrupto, debe bajar la ignorancia para poder levantar la justicia. A simple “vista y oído”, toda inversión sería buena, ya que mejorará de alguna manera los medios de vida; pero si un Estado democrático, en libertad, está copado por la timba y similares negocios, utilizando la estructura del poder para esclavizar, económicamente a sus habitantes, la inversión se convierte en imposición nefasta.

La corrupción y los roles sociales

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: “Todos los elegidos en voto popular tienen otro trabajo, en particular; me parece que eso también es corrupción sistémica”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, utiliza la interpretación legal, en su beneficio. Nuestra novel democracia, impuesta en nuestro país, tuvo sus pequeñeces; al confundir buena política con politiquería, al servicio de una élite de facto, cuyas consecuencias, todos, seguimos pagando, año tras año. Es el precio de tener seudo políticos, comerciantes y sin vocación al servicio de los más necesitados: como los niños e indígenas. Ambos son incapaces de defender su posición social, usurpada por el “más fuerte” y organizado en mafia, que, siempre debe estar sostenida por la corrupción sistémica política para subsistir. Sea cual sea el sistema político, así sigue siendo en Paraguay y toda Latinoamérica, como consecuencia directa de la falta de lectura y enseñanza de lo que implica política.

La corrupción y la suspensión

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: “¡Qué tal! Si aplicamos la suspensión a favor de los corruptos por error en el país”. Según la TGC, el poder es naturalmente, por estructura, corrupto. Por esta razón, necesita de la probidad de sus propios actores, para dar justicia. La situación de interpretación, planteada por un abogado, tanteando sacar provecho a favor de su defendido, siempre ha dado qué hablar en la opinión pública.

La corrupción y los ciudadanos

Un parroquiano del Bañado Sur me decía: “Al fin se descubrió a la corrupción sistémica en la Cámara Baja. Ahora esperamos que suba arriba” Según la TGC, la ignorancia en la ocultación de todo poder, produce invariablemente corrupción. Aquí comienza lo bueno de un sistema democrático, en libertad y con un Estado de derecho, comprometido ante la opinión pública, al interpretar la ley para aplicar las consecuencias para todo hecho, acto o práctica de corrupción sistémica.

La corrupción y los habladores

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: “Nuestra política se caracteriza por los habladores, acomodados en la corrupción sistémica; tratando de exaltar sus conocimientos como político”. Según la TGC, todo poder, al caer en corrupción sistémica, tiene fallas estructurales muy injustas. La opinión pública se caracteriza a través de los habladores, en cualquier sistema político; y este sistema necesita de los que accionan a favor de sus partidos, los cuales representan una idea, a la cual se le da el nombre de ideología.

La corrupción y la publicidad

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: “La publicidad está al servicio de la corrupción sistémica en nuestro país” . Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, confunde fácilmente por medio de la percepción. La democracia no es el gobierno perfecto; pero entre todos los que existen, se puede decir, es el único que permite seguir mejorando, siempre que los ciudadanos se interesen por la suerte de su lugar de origen.

La corrupción y el proceso educativo

“Aquí en Alto Paraná—me decía un parroquiano—nosotros, estamos acostumbrados a aceptar, todo progreso tecnológico; pero no podemos comprender un sistema educativo, implantado en la corrupción sistémica y movido por la ignorancia”. Según la TGC, si la ignorancia en la ocultación del poder lleva la dirección de la estructura, hay mucha injusticia social. El proceso educativo, es muy lento y exigente de buenos ciudadanos; capaces de acompañar el interés de la juventud, único resorte para superar cualquier adversidad y avanzar en el progreso educativo nacional.

La corrupción y el medio ambiente

Un parroquiano del Bañado Sur, cerca de Cateura , me decía: “El toque parece ser imputar a un ambientalista. Debe ser corrupción sistémica, desconocer la Ley”. Según la TGC, todo poder es corrupto naturalmente; por lo cual se debe buscar disminuir la ignorancia en la ocultación de su estructura. Parece correr el deseo de sanear la administración, pero constantemente se cae en ignorancia, al no dar una buena interpretación o siguiendo un procedimiento apresurado, al ritmo de la prensa. Queriendo mostrar y recaudar. Lo típico en un ambiente totalmente corrupto, donde los conceptos se alteran, según la conveniencia.

La corrupción y el dinero público

Un parroquiano del Bañado Sur me repetía: “Desidia, negligencia, desprolijidad, comprobadas, es corrupción sistémica” . Según la TGC, toda ignorancia en la ocultación del poder, provoca el sostenimiento de la corrupción sistémica y con ella, la injusticia. Ahora con la realidad del informe de la Contraloría sobre el uso del dinero público, todos los actores, ya sean éstos gobernadores o intendentes, deben responder por los perjuicios, en virtud de lo que dispone la Carta Magna sobre la función pública. Si pretendemos vivir en un Estado de derecho, que trata de mejorar la comprensión de la población, acerca de la responsabilidad de un funcionario público.

La corrupción y el ejercicio público

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: “La costumbre de ser funcionario público con sueldo y tratar de ser empresario, debe ser la corrupción más grande que existe”. Según la TGC, si el poder público se confunde con el poder privado hay injusticia. Hasta el momento nuestra gente sigue con la idea de la política mercantilista, de gran sentido personal; olvidando, muchas veces, que el papel de cualquier funcionario, ya sea nombrado por voto popular o decreto, no puede hacer absolutamente nada para su provecho propio o el de su entorno; sino el dedicar su tiempo al bien común, conforme a las leyes.

La corrupción: La vista gorda

Me decía un parroquiano, del Bañado Sur: “Aquí  la vista cada vez es más gorda. Ante la inacción de los administradores y la corrupción sistémica” Según la TGC el poder está contaminado por la ignorancia en la ocultación , normalmente. Por eso, cuando se debe luchar contra la corrupción sistémica, el trabajo se dificulta por la estructura misma del poder. Nuestra democracia, ha superado el famoso “cucú” del miedo, pero los actores politiqueros siguen impregnados de esa práctica. Tratando de hacer creer su inocencia ante la opinión pública, en los casos de hechos, actos y prácticas de corrupción investigados actualmente.

San Ignacio Guasu: Presentan la primera doctrina política anticorrupción en conferencia universitaria

El pasado martes 16 de setiembre de 2014,  de 18 a 21 horas, en el Salón Auditorio de la Universidad Católica de San Ignacio Guazú, se realizó la conferencia “Hacer crecer: Cómo desarrollarse y crecer pese a un sistema de corrupción” , basado en la primera doctrina política y jurídica anticorrupción, a nivel mundial, el Curacionismo , del autor y abogado Francisco Blanco León. El disertante desarrolló los siguientes temas, que constituyen la base de la Teoría General de la Corrupción, presentada por el mismo autor en el 2011: 1.-) La corrupción como objeto de una ciencia,  2.-) Qué es teoría, doctrina e ideología,  3.-) Los dos tipos de corrupción: intraley y contraley 4.-) El método basado en los tres valores: claridad, libertad y virtud. El evento se realizó en el marco de la semana de la juventud y contó con una numerosa asistencia de jóvenes, alumnos y público en general. Luego de la disertación se realizó un constructivo debate sobre el prob

La corrupción sistémica: Trampa legal

La situación de los intereses económicos, amparados en la “libre empresa”, convierte en trampa legal, cuando entra a tallar la ignorancia interpretativa, a favor de la corrupción sistémica. Según la TGC, toda ley tiene dos caras: una de corruptis y otra de justicia. Es decir, una sola interpretación puede llevar a la sabiduría o la ignorancia e injusticia. En teoría económica, la facultad de cobrar y recaudar a favor de quienes manejan el poder fáctico financiero, sobre la generalidad de los ciudadanos, cobrando intereses por créditos de consumo de hasta el 56 % de interés, resulta una anomalía y no una regla admitida por la ley, como quieren hacer entender ciertos grupos de opinión.

La corrupción y el conocimiento público

“¡ La intención en la democracia vale tanto — me repetía un parroquiano del Alto Paraná— al ser aliada de la corrupción sistémica aquí!” Según la TGC el poder oscurece la razón, si no respeta el debido proceso . Al ser de conocimiento público, cualquier hecho, acto o práctica de corrupción sistémica, deben tomar cartas, los representantes de la administración del Estado, siendo responsabilidad absoluta ante los ciudadanos su solución. Ya sea con la penalización o la corrección de los autores, directores y autorizantes en toda la estructura.

La corrupción y los exámenes

Me decía un parroquiano del Bañado Sur, allá, cerca de Cateura , donde la ciudad respira de humillante corrupción sistémica, con los desperdicios: “Si los exámenes de los futuros supervisores eran excelentes, no estaríamos en Paraguay” Según la TGC la ignorancia, elemento número uno de la corrupción, disminuye cuando se conoce con claridad.

La corrupción y las sanciones fictas

“Nada más perjudicial para una sociedad llamada democrática y representativa, son las llamadas sanciones fictas, cuando son manejadas por la corrupción sistémica, instalada en el poder” , me expresaba un poblador del Alto Paraná, algo preocupado. Según la TGC si la ignorancia en la ocultación del poder lo protege, en sus estructuras, hay mucha injusticia. Hoy a boca llena declara uno de los ex directores del IPS, que la corrupción es el mal principal de esta institución, e imposibilitado de contrarrestarla, renuncia.

La corrupción y la claridad

Me decía un parroquiano del Bañado: “La transparencia solo existe cuando la gente protesta, reclama sus derechos y pide que se intervenga la corrupción”. Según la TGC, todo poder es corrupto y debe ser intervenido, para buscar bajar la ignorancia. A diario la ciudadanía escucha  y ve hechos, actos o prácticas de corrupción sistémica, en la administración pública del país, tanto nacional como internacionalmente: Es lo que caracteriza a la gran corrupción, su afinidad mundial, cuyo único objetivo es recaudar sin importar dónde ni quiénes.

La corrupción y las ideas

En una democracia de verdad, sin otro principio más que el del respeto al Estado de derecho: Cualquiera es libre de expresar sus ideas. Esto es muy bien utilizado por la corrupción sistémica. Según la TGC, al existir en el mundo ideas parciales y totales, la estructura de los poderes deben estar atentas y controlar; para evitar que la ignorancia prospere y se convierta en corrupción sistematizada. El objeto de estudio de esta nueva ciencia, es la corrupción, como un sistema organizado en el poder. Su desarrollo nos permite afirmar que la ideología puede presentar, en boca de los políticos, la intencionalidad, a favor de sus intereses personales a los cuales la ciudadanía puede, fácilmente aceptar y apoyar: Incluso en contra de lo establecido como principio en nuestra Constitución Nacional.

La corrupción y las aventuras económicas

A manera de conseguir la ‘conquista económica’, sin importar los medios, la gente utiliza al Estado y cae en corrupción sistémica, en nombre de los poderes. Según la TGC, todo poder, por ser naturalmente corrupto, necesita un riguroso control sobre la ignorancia en la ocultación. Nada más difícil, para cualquier tipo de administrador de potestades: el auto-controlarse, con el fin de superar los embates de la corrupción en sistemas.

La corrupción y el blanqueo

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: — ¡Qué gran blanqueo a favor de los politiqueros, de la corrupción sistémica…! Según la TGC, si no hay control, todo poder está contaminado por la ignorancia en la ocultación. Nuestra democracia va ganando en la opinión de la gente, la comprensión de los conceptos; pidiendo y aclarando las falencias en la administración pública de interés nacional.

La corrupción y las normas

Siguen confundidos algunos miembros del cuarto poder, diciendo que “las normas se relajaron a la corrupción” Según la TGC, si la ignorancia en la ocultación del poder, hace estragos en la percepción de la gente, la injusticia es el pan de cada día. Es bueno tratar de entender que en toda corrupción sistémica, las normas se manipulan siempre a favor del sistema: a través de la interpretación, aplicación o la negación. La base se ajusta, por esa razón, a la legalidad, pero no a la legitimidad que debe tener todo acto público. Esto genera la opinión “la relajación de las normas hacia la corrupción”.

La corrupción y los descuentos compulsivos

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: “Aquí en nuestro país sigue la dictadura y los descuentos compulsivos a los pobres” Según la TGC si la ignorancia en la ocultación del poder, callan a los políticos, lo que sigue es la corrupción sistémica. La verdadera democracia nos permite visualizar, saber y conocer a través del cuarto poder, quiénes son, con nombres y apellidos, aquellos responsables directos de las prácticas, hechos y actos de corrupción.

La corrupción y los contribuyentes

Las prácticas, hechos y actos de la corrupción sistémica, de parte de las instituciones públicas: a veces da miedo a los contribuyentes. Según la TGC, si hay desinterés en bajar la ignorancia en la ocultación del poder, la injusticia se convierte en la única guía. Esta realidad, los contribuyentes la manejan con suma preocupación, ya que aun conociendo nombres y apellidos de los supuestos responsables, los encargados de hacer cumplir los Códigos de ética, en las diversas instituciones de la República, consideran a estos hechos como “sin importancia”. Así se destruyen las bases de las asociaciones y la política en sí mismas, dando como resultado la percepción de las personas comunes, sobre la falta total de justicia y equidad.

La corrupción y los hombres públicos

Me decía un parroquiano del Bañado sur: “Aquí los hombres públicos, están muy confundidos: al servicio de la corrupción sistémica”. Según la TGC el poder puede ser fácilmente absorbido por la corrupción, cuando no disminuye los niveles de ignorancia en su estructura. La simple “disculpa”, usual entre los ciudadanos comunes, es inaplicable a los hombres públicos, ante una sociedad democrática y con un Estado de derecho, vector del buen funcionamiento de las estructuras del poder.

Corrupción: El libro "La curación social", síntesis de la TGC

Es una síntesis de la teoría general de la corrupción. ¿ Sobre qué trata el libro? El libro responde a las tres preguntas fundamentales que tiene toda persona sobre la corrupción:  ¿Qué es la corrupción?              ¿Cómo se origina?, y ¿Cómo combatirla? Es un libro que revela con claridad lo que es la corrupción, desde su origen y cómo funciona en sistema. También se establecen nuevos métodos que permiten al ciudadano común ejercer el poder y combatirla. ¿En qué se basó? Parte de la base de la experiencia, del estudio de casos particulares. Llegando a las características comunes de todos los casos. A través de ese proceso inductivo, pude ir llegando a conclusiones de carácter general.        Paralelamente fui investigando y leyendo a otros autores sobre la corrupción. Por citarte a Klitgaard, que estableció la primera fórmula económica. Heidegger, que estableció una primera gradación de los tipos de corrupción. Y menciono autores par