Me decía un
parroquiano del Bañado Sur: —“La
oportunidad en política, se debe aprovechar, y no dejarse por la corrupción
sistémica. Para terminar aceptando y callando”.
Según la
Teoría General de la corrupción, el poder que admite la ignorancia en la propia
ley, hace florecer la injusticia.
Nuestro
país, ha salido a medias de ese atolladero, llamado “silencio impuesto”, por
los gobiernos bananeros a la población, pero hemos caído en manos de la
politiquería de sus descendientes directos, sin otro argumento más que la ideología
parcial. Teniendo como causa central, a la necesidad económica y a la falta de
enseñanza de la política, como elemento fundamental de desarrollo de un pueblo.
Hoy esta
verdad la están presentando los propios partidos, y los jóvenes comienzan a
inquietarse al conocer, la oportunidad de llegar a la claridad, la libertad y
la virtud, para afrontar este gran problema nacional. Como bien lo ha
reconocido, el propio Presidente, en México.
—“Es deber de todos superar, porque las
enfermedades, cuando se conocen, se curan”—me recalcaba el bañadense.
El país
sabe, y la opinión pública también, gracias al cuarto poder, cuánto estamos
siendo perjudicados en las dos hidroeléctricas. Hoy se pretende aumentar el
impuesto y crear nuevos, en vez de exigir el pago a nuestros “co-propietarios”
binacionales.
Dos obras
concebidas y explotadas, bajo regímenes totalitarios; pero cuyas prácticas se
extendieron en plena democracia, con la telaraña de beneficios, mantenida
hábilmente por los politiqueros de turno.
El pueblo,
que cada día está en la boca de aquellos, está cada día más necesitado, sin
capacidad para hacer cumplir una recomendación de justicia, a favor de todos
los connacionales.
—“Aquí en estos lugares marginales, al
saberse que se deberán pagar impuestos por remedios yuyos, dicen que la gente
se va ir olvidando para siempre de su color. Ya sea en la municipales como en
las nacionales”.
La única
oportunidad de superar la politiquería criolla, como la gran corrupción sistémica
que hoy maneja al país, la tenemos hoy. De lo contrario, al amparo de los “gastos
sociales” de las hidroeléctricas y una economía sin identificación, a espaldas
de los más necesitados; se seguirá cerrando el círculo vicioso, de la más perversa
ignorancia y corrupción, perdiendo toda oportunidad de salir adelante como
nación libre.
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