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Mostrando las entradas de julio, 2014

La corrupción y la distracción

“Para nuestros representantes, todo es distracción, cuando se trata del manejo del Presupuesto. Al amparo de la corrupción sistémica, que tiene su historia en nuestra política”, me decía un parroquiano del Alto Paraná. Según la TGC, si los poderes constituidos no respetan sus propios principios, la corrupción hace estragos. Estas verdades, dichas y conocidas, por medio de los hechos presentados por el cuarto poder, se empiezan a difundir en cada esquina: en todas las ciudades del país. Así es como podríamos afirmar, objetivamente convencidos, de que la democracia verdadera, es el único camino para ir disminuyendo este flagelo de carácter mundial.

La corrupción y el crecimiento económico

“Últimamente nuestra economía está en crecimiento constante”, me decía un parroquiano del Bañado Sur. “Lo único que a la gente jamás le alcanza esta situación. Sumado al agua que retrocede lento, se parece a la corrupción sistémica: todo lo mastica” Según la TGC, si la ignorancia en la ocultación del poder, sube en la percepción popular, aumenta la injusticia social. Los golpes de la vida, son mucho más fáciles de observar; en los límites de las ciudades, donde la pobreza y la prosperidad determinan el vivir humano.

La corrupción y los privilegiados

Nuestra democracia se parece al Carnaval de Río: siempre nos presenta sorpresas de mano de la corrupción sistémica. Según la TGC, si el poder constituido, no hace méritos para bajar la ignorancia, va perdiendo aceptación popular. Esta costumbre de nuestros políticos, de convencer ‘por el estómago’, hoy les está comenzando a jugar mal; ya que el cuarto poder, sigue tratando de servir al pueblo, contando la verdad en sus hojas.

Sobre la corrupción y los despedidos

Me decía un parroquiano del Bañado Sur, “no solo nosotros estamos en apuros en el Congreso; hay muchos despedidos; por estar al servicio de la corrupción política. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, debe ser constantemente controlada y aclarada, a fin de evitar el desarrollo de la corrupción sistémica. Nuestro país se ha convertido en el blanco predilecto, de todos los estudios sobre percepción sobre esta materia, a nivel mundial. Por esa razón, el planteamiento realizado por medio de la Teoría General propuesta (TGC), busca allanar el camino, como un principio de ciencia.

La corrupción y la emulación

Tal vez sea el último país; por no decir el único país, donde las instituciones públicas, tienen una dirección y las leyes otra. Donde las normativas son burladas por la corrupción sistémica, en más de las tres cuartas partes de la estructura del poder. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, es la base para el desenvolvimiento de la corrupción sistémica. “La Secretaría de la Función Pública, está de parabienes”, me dijo un funcionario de Hacienda, ya que no pueden dejar de aplicar la multa, establecida para todos aquellos que no cumplieron con la Ley 5189. Más que una actitud policíaca, se trata de hacer respetar el buen andar del gobierno, ante la ciudadanía.

La corrupción y la interpretación

Me decía un parroquiano del Alto Paraná : “Estos directores de la hidroeléctricas deben ser cambiados, por desconocer los principios constitucionales de nuestro país. Siguen amparando a la corrupción, en contra de los propios intereses nacionales”. Según la TGC, el poder está obligado a cuidar de la buena interpretación de las leyes. La democracia en libertad, a través del trabajo de la prensa responsable, en el marco de un Estado social de derecho, va forjando a la opinión pública; las ideas y sentir de todos los ciudadanos de la República.

La corrupción y los "copiatinis"

La juventud, muchas veces, nos hace cometer errores, que son muy bien aprovechados por la corrupción sistémica. Según la TGC, todo poder, al no corregir, desde un primer momento la ignorancia, termina siendo tragado por la corrupción sistémica. Este flagelo social, tal vez sea el obstáculo más difícil de sortear, para cualquier político en el mundo. Que, como lo hemos explicado, se manifiesta de dos formas: una grande y otra pequeña. Hoy y siempre, desde el albor de la civilización, se ha imposibilitado su eliminación, por resultar indispensable, para lograr el progreso de la humanidad.

La corrupción y su verdad

Me decía un parroquiano, del Bañado Sur: “Por algo es el hombre más rico del mundo el ‘mexicano’; supo decir el porqué hay subdesarrollo, al despreciar lo técnico y científico”. Según la TGC, si la ignorancia en la ocultación del poder, no se controla y baja, tampoco habrá progreso. Todos los poderes, en un sistema democrático representativo, deben tener la posibilidad de controlarse, unos a otros. Pero aquí, siguiendo la lógica de este parroquiano, solo manda el Parlamento. Ahora hasta consiguen bajar y canjear resoluciones acomodadas, a la medida, por medio de la interpretación legal, en el Ministerio de la Función Pública.

La corrupción y la tercerización

En las reglas de ‘lo económico’, prima la realidad en la administración; pero se utiliza, corrientemente, la figura de la ‘tercerización’, en el juego del sostenimiento de la corrupción sistémica. Según la TGC, si el poder y su estructura, no toman en cuenta esta realidad, hay ignorancia. La cual, transforma y hace estragos de las siempre vitoreadas ‘tercerizaciones’. Repartiendo la plata del Estado, sin molestarse, ni siquiera a cumplir con las leyes expresas, que regulan tales concesiones. Nuestra democracia sin claridad, está anonadada por la confusión de la mezcla entre lo privado y lo público. Caldo de cultivo favorito de la corrupción sistémica, donde el único “paganini”, resulta ser el pueblo, por medio del erario público.

La corrupción y las improvisaciones

Nuestro país, como Estado, tan caracterizado por las improvisaciones, en casi todo el quehacer social, comienza a producir un alto desprecio; sobre todo en los nacionales, por el imperio de la corrupción sistémica. Según la TGC, la estructura del poder, con mucha ignorancia en el manejo, crea la injusticia. Estas improvisaciones, las hemos visto, en su grado máximo, en la época totalitaria; en la dictadura unicolor: donde las ideas se dirigen y están obligadas a congraciarse con el régimen, pese a que los jefes o popes, sean grandes improvisados. Pero siendo leales, a quienes mandan en el país, les bastaba y sobraba.

La corrupción y las auditorias practicadas

“Van saliendo las perlitas del nuevo gobierno”, me dice un parroquiano del Alto Paraná, al leer los periódicos y la ola de negociados y sus imputados; consecuencias de la corrupción sistémica. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, puede hacer variar la interpretación de una ley. El desarrollo de nuestra democracia, por medio de la difusión de las ideas sociales, de tiente real para la conciencia, sigue buscando la verdad; gracias a la participación activa de la prensa y un Estado de derecho, que cada día se va puliendo, con más claridad, exigiendo más equidad a los administradores de la justicia.

La ignorancia como elemento de la corrupción

La ignorancia es una negación que tiene tres aspectos: desconocimiento operativo, aplicación subjetiva o del sujeto, y de interpretación o relación entre la opera norma y el sujeto.   Increíblemente, como vemos, existe correspondencia con las funciones del poder, y los tres poderes. Aquí vemos el principio de lo que daremos en llamar el sistema de la corrupción, que es absolutamente previo en todo tipo de sociedad humana.  El poder y la ignorancia forman la corrupción , y ésta es la que determina el grado de evolución de una sociedad, ya que su curación progresiva es y debe ser la única finalidad de la política y el derecho. Del ejercicio del poder y la ley. Y eso se logra a partir del reconocimiento de esa realidad, con todos sus matices, pero que mantiene desde hace siglos una estructura inalterable.

La corrupción sistémica

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: “¿¡A caso no hubo corrupción sistémica, al darse el visto bueno, por parte de los jerarcas públicos, para que una persona pueda cobrar en tantos cargos del Estado, sin trabajar!?”. Según la TGC, todo poder es corrupto en su estructura, por lo cual necesita cuidar de la ignorancia, como medio de ocultación. A la gente le sorprende las interpretaciones, a favor de los imputados, conociéndose los hechos, actos y prácticas de corrupción sistémica; ocurridos dentro de los órganos del poder a favor de algunos.

La corrupción y los recursos humanos

Si bien, hemos explicado, que la gran corrupción está en la estructura, de los tres poderes del Estado, nunca está de más, hacer un pequeño énfasis en los detalles. Principalmente, cuando la sistematización del flagelo, se convierte en el ‘patrón” que utiliza los recursos humanos, gubernamentales. Según la Teoría General de la Corrupción (TGC), todo poder debe dedicarse a bajar los niveles del fenómeno corrupción; si en verdad busca justicia para un país.

La corrupción y la sociedad civil

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: —Nosotros y ustedes, estamos  cada día más peligrados por esta creciente; ya que, “Cateura”, está comenzando a desbordar. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, lleva de manera inexorable a la corrupción. En esta emergencia la sociedad civil, hace todo para ayudar a los damnificados; incluso en las fronteras de los países vecinos, han dado el mismo gesto, a favor de los sufridos ribereños; sin importar otro objetivo, más que la solidaridad humanitaria.

La corrupción y el saneamiento económico

La responsabilidad, en el manejo de toda institución de servicio público, en aras del saneamiento económico, debe ser lo más costoso: contra la corrupción sistémica, imperante en todo el país. Según la TGC, todo poder debe, al menos, dedicarse a la disminución de la corrupción sistémica, por medio del control de la ignorancia en su estructura. La proliferación de aprovechadores, con viso de dirigente, ya sea sindical o política, ha llevado de a poco, a una institución, muy necesaria y útil en un país subdesarrollado como el nuestro: El IPS. Tan devastado por la corrupción en sistemas, porque se ha manejado como la “caja chica”, de los politiqueros de turno, en perjuicio de los legítimos aportantes.

La corrupción y el enriquecimiento ilícito

Sabias palabras, para los paraguayos, las dichas por el “Santo Padre”, acerca de la política mundial y sus actores: Todos carcomidos por la corrupción sistémica. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del sistema de poder, produce la corrupción sistémica. El enriquecimiento ilícito es un delito, en cualquier Código del mundo, que, cuando tiene como fuente, el perjuicio a los fondos públicos, resulta doblemente grave. Ahora, al tener esta figura, no es fácil penalizar, si los propios actores están en la estructura del poder. Y sus actos quedan, a la vista de la gente, como imposibles de ser penalizados.

La corrupción y el desarrollo social

Va cayendo, como hojas de árbol en invierno, la versión de la última campaña proselitista. Y hoy, ya están pidiendo más cárceles. Aún, sin haberse inaugurado, las que fueron presupuestado y construidas como la “solución”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación, de todo poder, se encuentra en constante eclosión; de modo a seguir recaudando, por medio de su estructura, a favor de la corrupción sistémica. El famoso ‘desarrollo social’, solo puede lograrse bajando y controlando la corrupción en sistema. El aumento de penitenciarías, demuestra, la absoluta falta de conciencia social de la ciudadanía. Al no cuestionar, la marginación, la falta de sanidad, ayuda y tratamiento, para los “enfermos sociales”. Como una política, al menos, humanitaria.

La corrupción y la novación

¿Que podía cambiar la suerte del Paraguay, usando el término "novación"?. Si lo justo: en Yacyreta, debe ser recibir lo que corresponde, como indemnización y pago del precio por la energía cedida. Poner fin a la corrupción sistémica. Según la TGC, todo poder debe combatir la corrupción en sistema. La condición de ser representante del pueblo paraguayo, es doblemente exigido en estos momentos, al gobierno. Ha sido puesta en él, la famosa camiseta paraguaya; para que de una buena vez, se rompa la explotación inmisericorde, de nuestros recursos naturales. Hasta hoy, solo puestos al servicio del vecino.

La corrupción y los extranjeros

A este principio de ciencia, no le interesa la nacionalidad ni el origen de las personas; su única misión es recaudar, contra el erario público del país. Así avanza la corrupción sistémica. A nivel objetivo, no subjetivo. Según la TGC, todo poder, debe tener, por lo tanto, como única meta: bajar la corrupción sistémica de un país. En los tiempos modernos, se considera a los extranjeros, que habitan un país, como iguales a los nacionales. Siempre y cuando, se ajusten a las disposiciones jurídicas. Resulta un principio de derechos humanos; actualmente, consagrado en la mayoría de las Constituciones.

La corrupción y las regalías

“Nuestro país debe ser, uno de los pocos del mundo, donde se sabe con precisión, el monto de lo defraudado; pero, sin que la justicia llegue. Pasando a formar parte de la corrupción sistémica del Paraguay”, me decía con vehemencia un poblador del Alto Paraná. Según la TGC, si la ignorancia en la ocultación del poder, hace estragos del mismo, la injusticia es reina. Hubo tantos hechos, actos y prácticas de corrupción sistémica, en ese largo día del poder de facto, esquilmando progresivamente al pueblo, en nombre de la supuesta democracia latinoamericana.