Me
decía un parroquiano, del Bañado Sur: “Por algo es el hombre más rico del mundo
el ‘mexicano’; supo decir el porqué hay subdesarrollo, al despreciar lo técnico
y científico”.
Según la
TGC, si la ignorancia en la ocultación del poder, no se controla y baja, tampoco
habrá progreso.
Todos
los poderes, en un sistema democrático representativo, deben tener la
posibilidad de controlarse, unos a otros. Pero aquí, siguiendo la lógica de
este parroquiano, solo manda el Parlamento. Ahora hasta consiguen bajar y
canjear resoluciones acomodadas, a la medida, por medio de la interpretación
legal, en el Ministerio de la Función Pública.
La
percepción de esta creencia, a la gente la vuelve cada día menos capaz, para
luchar y salir adelante. Si bien hay una algarabía de que estamos produciendo
muy bien, en la agricultura, con la ‘azúcar orgánica’.
Los del
Bañado Sur, afirman que sigue la venta de discursos, de los politiqueros, al
mejor postor. “Algo que conocemos bien, entre los basurales; siempre carecen de
verdades y solo construyen su bienestar personal, al acceder a los cargos en
las instituciones. Al servicio de la corrupción sistémica, cuyas consecuencias,
pueden verse con la crecida de los ríos”
Tan
elocuente este parroquiano, temeroso de decir la verdad, al reconocer que sin
el buen manejo de la técnica y la ciencia, ninguna cuestión social puede mejorar.
Porque
es la corrupción sistémica, única responsable de los otros resultados nefastos:
mala educación, pobreza y mal atención en salud. Tan extendidas en toda la
geografía patria. Y ni hablar, de la situación de los hermanos indígenas,
expoliados hasta el sumun de lo inexplicable, por parte de los agro negocios;
pero a la hora de mostrarnos al mundo, somos los primeros exportadores de
energía hidroeléctrica, y de varias oleaginosas. Pero sin que hasta hoy, tal ‘productividad’,
tenga el retorno financiero, al menos, en concepto de responsabilidad e
indemnización social por la renta de nuestra tierra y agua. Que han afectado a
poblaciones y generaciones enteras.
La
situación de vida, en cuanto a seguridad y bienestar, ni siquiera ha mejorado
para las zonas más afectadas por las represas. Salvo para los funcionarios de
las binacionales, y sus familiares, hoy ya, allá por la cuarta generación…que
siguen manejando estos bienes del Estado como su despensa personal. Y hasta
algunos, más osados, no conformes, se han convertido en ‘grandes políticos’;
financiando campañas con dinero de las represas, sin llegar mínimamente a los
más necesitados. De manera continua y asistida; no solo cada vez que se llama a
elecciones.
Ahora,
las oportunidades de contar la verdad, está, aparentemente, viento en popa, lo
cual se espera que vaya corrigiendo la ignorancia, de modo a usar la técnica y
la ciencia, para el desarrollo de nuestro pueblo.
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