Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas con la etiqueta Constitución Nacional

La Ley Obligatoria y el Curacionismo

A nadie se le puede negar ya, que tal o cual Ley es obligatoria. Su conocimiento es imperativo, exigible y coercible, desde su aprobación, para todos los que viven o pretenden vivir en lo que hoy llamamos sociedad civilizada . La responsabilidad aumenta cuando una nación pretende decirse democrática de verdad. Queremos resaltar este hecho, en virtud de que, muy fácilmente, la ley puede ser utilizada a través de los poderes, buscando beneficios; ya sean, personales, grupales o asociativos, cayendo irremediablemente en corrupción sistémica, que suele ser caballito de cualquier gobierno demagógico. Esta situación fue expresa y notoriamente clarificada en la doctrina del curacionismo : mediante la explicación y puesta en orden de los conceptos y diferencias sustanciales entre la Política y el Derecho, como medios naturales de convivencia en sociedad. El curacionismo tampoco se muestra cerrado a la “modernización”; cuando alguna ley deja de cumplir con su objetivo principal, y po

La especulación y la corrupción

Sistema interpretativo Un parroquiano de Caaguazú me dice: “La especulación es pura corrupción sistémica en nombre de la democracia ”. Según la TGC, la ignorancia tiene grados bien determinados; siendo la interpretación jurídica , la que más utiliza de este elemento de la corrupción. Aquí la costumbre es repetir , pero jamás quitar conclusiones y buscar la fuente de tal o cual información . “Nos gusta especular”, insistía este buen hombre. La facultad otorgada , en toda democracia, cuando hay sentimiento y acción, para dar a conocer y expresar , resulta prácticamente ilimitada . Por eso, ahora, la claridad, la libertad y la virtud buscan colaborar, a través de la ciencia, para bajar la gran corrupción sistémica en el país. Carta Magna anticorrupción Esta realidad, puede ser lograda al contar con un marco constitucional , muy adelantado en cuanto al manejo de la cosa pública , así como las recomendaciones de los convenios internacionales , aceptados y ratifica

La corrupción y la negligencia

El proceso “Aquí hubo mucha negligencia compartida, a favor de la corrupción sistémica”, me decía un parroquiano de Ñemby. Según la TGC , la ignorancia en movimiento utiliza el poder para hacer desviar los objetivos de las normas jurídicas , aplicadas a procesos principalmente, de orden legislativo, judicial o administrativo . Todo proceso tiene un encuadramiento cuasi hermético, con mayor razón en el campo penal ; muy especial y específica materia, de cuidado, ya que el interés público , califica y muestra de cuerpo entero, la justicia del lugar en ese momento, al amparo de los funcionarios públicos . Iura novit curia* Desde el punto de vista de la corrupción sistémica: la negligencia de los ejecutores en un proceso , se convierte en injusticia en perjuicio de los más débiles en la sociedad. “Esta democracia con acción y pensamiento , autoriza a los mismos juzgadores, a recomendar la crítica de quien quiera” , repetía este ñe’embyense preocupado. Nuestro derecho pen

La corrupción y la autorresponsabilidad

Un ofuscado parroquiano del Bañado Sur, decía: “La autorresponsabilidad protege a la corrupción sistémica”. Según la TGC, todo poder debe bajar la corrupción sistémica, para no caer por su propia fuerza. Esta costumbre en Latinoamérica de hacer una interpretación interesada de las normas fundamentales, para beneficiar a grupos o personas, cae en autorresponsabilidad, según se ha estudiado en la Teoría General de la Corrupción (BLANCO LEÓN, F. podher, 2011).

La corrupción y la revitalización

Me decía un asunceno: —“Aquí la gente hace revitalización con el bolsillo lleno, a costa de la municipalidad, dueño absoluto de la corrupción sistémica, al cobrar entrada en espacios públicos”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, en cualquiera de sus grados, se sirve de la estructura del Estado para “legalizar” la corrupción, por medio de la percepción política. Para entender bien la magnitud de toda corrupción, se debe distinguir desde un principio, los dos tipos existentes: la pequeña y la gran corrupción. Al tener esta apreciación, nos damos cuenta que la pequeña utiliza a una sola persona y la gran corrupción, a la estructura de los poderes.

La corrupción y la discriminación

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: — “Este será uno de los países con mayor igualdad constitucional; pero, con la más alta discriminación y corrupción sistémica, del mundo”. Según la TGC, el poder siempre utiliza a la Ley, a través de la ignorancia en la ocultación, en cualquier sistema. Aquí muchos no comprenden, que una norma constitucional, de orden declarativo de derechos, prácticamente no necesita de reglamentación, para que sea de cumplimiento obligatorio, a favor de los afectados en una cuestión específica o genérica. Tal vez lo que sucede, es que la ciudadanía está muy acostumbrada, tal vez, a a fijarse en lo que sucede en países más adelantados; olvidando conocer mejor, los principios constitucionales y régimen jurídico de su propio país.

La corrupción y la presunción

“Esta presunción —me decía un parroquiano del Bañado Sur— no debe figurar en el plano de lo económico, porque actualmente la corrupción sistémica hace estragos al ciudadano común”. Según la TGC, el poder corrupto, es aquel que permite, con involucramiento directo o negligencia, la primacía de la ignorancia en la ocultación, dentro de su estructura y funcionamiento. Por la mala utilización de los poderes, empresas que explotan recursos naturales del país, pueden aprovecharse de la desinformación y obtener ingentes beneficios, a costa del perjuicio general.

La corrupción y el saneamiento económico

La responsabilidad, en el manejo de toda institución de servicio público, en aras del saneamiento económico, debe ser lo más costoso: contra la corrupción sistémica, imperante en todo el país. Según la TGC, todo poder debe, al menos, dedicarse a la disminución de la corrupción sistémica, por medio del control de la ignorancia en su estructura. La proliferación de aprovechadores, con viso de dirigente, ya sea sindical o política, ha llevado de a poco, a una institución, muy necesaria y útil en un país subdesarrollado como el nuestro: El IPS. Tan devastado por la corrupción en sistemas, porque se ha manejado como la “caja chica”, de los politiqueros de turno, en perjuicio de los legítimos aportantes.

La corrupción y los insumos públicos

La responsabilidad del Estado, en cualquier sistema político: cuidar de los insumos públicos, para hacer respetar la ‘plata’ de los contribuyentes. Ante esta realidad, los actores son responsables por los daños y perjuicios de la corrupción sistémica, provocados durante su administración. Según la TGC, si el poder no cumple lo establecido constitucionalmente, su administración es injusta. Porque todo poder envilece y es corrupto por naturaleza, teniendo a la ignorancia en la ocultación como sustento, el estudio objetivo de la realidad política, se hace imperioso.

La corrupción y los métodos de expresión

Para la corrupción sistémica, no existe otro método de expresión: más que el derecho y su fiel cumplimiento en la sociedad. De allí resulta la diferencia sustancial, con la que denominamos “corrupción subjetiva” o contra ley, que atenta directamente contra la disposición legal, a título individual o grupal. Según la TGC, esta corrupción se vale del poder y de su estructura; pero, un gobierno, está constitucionalmente, obligado a disminuirla, pese a esta simbiosis, aparentemente, indestructible; por medio, finalmente, del derecho positivo y de principios. Aquí radica la importancia de la justicia, en la civilización; sin ella, no puede haber progreso ni adelanto social alguno.

La corrupción y la calidad de vida

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: “Si la corrupción es una ciencia, aquí creo que todos somos, más o menos ‘másteres’; y los de arriba verdaderos ‘magister’ de la especialidad. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación de todo poder, hace imposible la comprensión a la generalidad, sobre la realidad de las acciones del aparato estatal.

CORRUPCIÓN: "Es una ciencia"

Hoy el Paraguay festeja su independencia nacional, de la cadena europea; pero sigue atado a la de sus vecinos y a la corrupción sistémica latinoamericana. Según la TGC, la corrupción solo puede bajar, si es tratada como una ciencia, comprendiendo sus sistemas. Eso es lo que exige una democracia participativa y social, digna de aplaudir, al gobierno; eso lo vivimos hoy en Paraguay, como nunca jamás fue visto. Todas las libertades son respetadas y vitoreadas, en todo el país; la gente se manifiesta libremente, se expresa según su saber y entender.  El Estado de derecho, lo garantiza. Esto lleva a reconocer públicamente, la necesidad de incluir el estudio de esta ‘ciencia de la corrupción’. A fin de comenzar a practicar la claridad, la libertad y la virtud, superando paulatinamente, los vicios de este flagelo nacional.

La corrupción y la prescripción constitucional

A este flagelo solo podrá disminuirse y comprenderlo, respetando las prescripciones constitucionales, de un Estado de derecho, en democracia. Esto es así, según lo explica la TGC, porque todo poder nace de la corrupción y solo el derecho puede equivalerlo, para al menos dar posibilidad de defensa civil al pueblo. La costumbre de las democracias bananeras, ha hecho temblar a toda Latinoamérica, al decir una cosa y hacer totalmente otra. Resguardando intereses personales o comerciales, de los amigos, conocidos y correligionarios, en nombre de un sistema; total, la política, sin la exigencia de preceptos constitucionales vinculantes, es un simple festín, en manos de politiqueros: sin ética ni principios. Así es como se sigue confundiendo a la gente, sobre el bien común, con discursos y promesas vanas, que ocultan en la ignorancia, los intereses de unos cuantos. Algunas instituciones públicas necesitan ser saneadas y re-encausadas, para bajar el índice de hechos, actos y prác

El poder como elemento de la corrupción

*Extraído del libro “Síntesis de la primera teoría general jurídica de la corrupción: La curación social”(2013, BLANCO LEÓN,F.) “El poder es un elemento fundamental e inalterable de la corrupción. Sin él, no existiría sistematización pública de los actos de corrupción” “La decisión del funcionario, encargado o servidor público, es lo que determina su acción dentro del sistema. Cuando su decisión, convertida en ley, oculta, en uno de los niveles de ignorancia, los principios de la propia norma jurídica, que le da la atribución al funcionario, esto se convierte en ignorancia. No ya como una carencia de conocimiento, sino como una negación activa”