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Mostrando las entradas con la etiqueta Discursos sobre la corrupción

La teoría general de la corrupción también es paraguaya*

*Extraído de la Conferencia “Hacer crecer: Cómodesarrollarse en un sistema de corrupción total” , a propósito de las recientes clasificaciones y calificaciones internacionales de nuestro país. Afortunadamente, en nuestro país, hoy contamos con una teoría general de la corrupción. Que nos explica los pormenores y realidades de la corrupción. Al existir una teoría, ya no pueden aceptarse las simples opiniones, creencias y medias verdades sobre un tema. Porque una teoría, es, primero, la compilación de todo; lo que se conoce, sobre la materia en cuestión. Agregándole, el autor, lo que ha sido obviado, desconocido u ocultado dentro del progreso de la ciencia. De esa conjunción se origina, la Teoría general de la corrupción, que será, esta noche, nuestra principal fuente para entender el fenómeno de la corrupción, y responder a las preguntas:

La corrupción y los intereses del Paraguay

El país está dolido, al tener sus intereses hipotecados: al servicio de los vecinos. Sin posibilidad de obtener beneficios para nuestra economía. Por la corrupción sistémica vigente, en las hidroeléctricas. Según la TGC, si la ignorancia consume al gobierno, su poder recae en la injusticia. Necesariamente. Duele tal vez, conocer la responsabilidad que tiene cada ciudadano, al pedir claridad, libertad y virtud, en todos los emprendimientos, donde se comprometen los bienes públicos.  Con mayor razón, cuando se trata de acuerdos con los vecinos más poderosos del Mercosur.

La corrupción y los contactos apropiados

La persecución de la corrupción “ contra ley ”, principalmente del contrabando ‘hormiga’, nos permite ver la gran corrupción florecer en la administración pública en todo el país. Según la TGC, al bajar la ignorancia en la ocultación del poder, sube la justicia y la seguridad social. Este juego en el procedimiento de la lucha, contra la corrupción, produce mucha confusión en cualquier gobierno; algunos de ellos, se centran solo a perseguir lo más visible y directamente sancionable, como lo es el contrabando minorista. Tan común desde la época colonial. Utilizando a los paseros como chivos expiatorios, de una corrupción sistémica a nivel aduanero.

Siglo XXI: La era del aprendizaje social

Para lograr métodos efectivos y valorables contra la corrupción, la sociedad, como ente heterogéneo debe iniciar un permanente aprendizaje. Sin prejuicios, subyugaciones y criterios pretéritos. El siglo XXI representa la expansión de la información sin límites. La ignorancia sin límites. El conocimiento sin límites. Y precisamente, los límites, basado en los valores, solo las personas, los ciudadanos, podrán establecerlos. Pero no ya con un dirigismo estatal, sino con un verdadero espíritu democrático. Ya no somos meramente “pueblo”, somos gente, iguales, en dignidad y derechos.

La corrupción y los comités de evaluación

A diario somos testigos de los atropellos de la politiquería; en nombre de cualquier autodenominado, comité de evaluación: al servicio de la corrupción sistematizada en el Estado. Según la TGC, la justicia debe buscar siempre la equidad, para disminuir la corrupción en todos sus niveles. Pero, si los mismos partidos con representación, no tratan de orientar a sus dirigentes, para luchar y bajar este flagelo; el país se convierte en un barco a la deriva: sin rumbo, donde los politiqueros aprovechan la necesidad de la gente, por medio de los ‘comités’, mesas de trabajo y otras conformaciones de mera propaganda. Con la repetida promesa de mejorar la situación nacional.

Sobre la corrupción y el aparato estatal

< >. Según la TGC, si un ‘poder’ no puede controlar su estructura, predominará la ignorancia y la injusticia en el gobierno, caldo de la corrupción sistémica. Los gastos son cuantiosos, en el aparato estatal, pero sin la disminución de los niveles de corrupción, es dinero perdido año tras año, para la puesta en marcha de proyectos y planes decodificados como ‘tragada’ para los amigos. Flagelo tan rebelde y contaminante como el lago Ypacaraí: hoy nuevamente con cianobacterias.

Sobre la corrupción y la educación formal

Nuestra sociedad, considerada según mediciones de percepción de una entidad internacional, como una de las más corruptas de Latinoamérica, se da cuenta hoy que “la educación formal, aislada, simplemente aumenta la corrupción en la estructura de un poder; con la ignorancia en la ocultación de los procesos” Según la TGC, “la curación o baja de la corrupción, conlleva un proceso de conocimiento y enseñanza”. Al confirmar a la corrupción sistémica como un principio de ciencia, la simple educación formal, está demostrando al aumento del flagelo en nuestra sociedad. Pese a todo ello, el “formato” de nuestra malla curricular, hasta hoy no se anima a tratar el problema desde un ángulo objetivo.

Métodos anticorrupción: futuro y retrospección

 El siglo XXI representa la expansión de la información sin límites. La ignorancia sin límites. El conocimiento sin límites. Y precisamente, los límites, basados en los valores: solo las personas, los ciudadanos, podrán establecerlos. Pero no ya con un dirigismo estatal, sino con un verdadero espíritu democrático. Ya no somos meramente “pueblo”; somos gente, iguales, en dignidad y derechos. Y la concepción de nosotros mismos, como sociedad, debe ser como una persona que se mira al espejo para ver su aspecto externo; se realiza radiografías para ver su cuerpo en lo interno; acuden a un sicólogo para explorar su yo interno. Así mismo la sociedad debe auto confrontarse. Mirarse a sí misma.

¿EL PODER ES CORRUPTO? (*)

Esta pregunta es la que motiva, en toda sociedad, la desconfianza natural hacia el poder y los gobernantes. Entonces: ¿El poder es corrupto por naturaleza? Para responder a esta pregunta, recordemos lo explicado ya en la parte introductoria, cuando vimos que en la génesis del poder, intervienen dos fuerzas antagónicas: la pancorrupción , como cuerpo sólido y estructurado; y el derecho natural , como un fluido permanente. Entonces, el poder contiene dentro de sí, los dos caracteres contrapuestos, contradictorios.

Una vez más, la corrupción abre sus puertas

Nuestro país ha sido golpeado desde sus inicios, como país libre, hasta hoy; sin posibilidad de salir adelante, por la corrupción sistémica; cuyo elemento abre sus puertas a favor de nuestros vecinos: cediendo nuestros recursos naturales y sus productos. Según la TGC , al constituirse el poder en la estructura material, para que se desarrolle la corrupción, la única alternativa para disminuirla, es que un gobierno  trate de respetar el Estado de derecho en democracia.

Sobre la corrupción y la lucha política

Podríamos decir que ambas utilizan, al ciento por ciento, a la opinión pública a través de la percepción en la vida de toda civilización. Según la TGC, todo poder debe ser capaz de controlar y disminuir la corrupción sistémica en una democracia, si es que no quiere ser desbordado por ella. Aquí siempre se utilizó a la percepción para obtener votos, política criolla caracterizada por el ofrecimiento de los cargos públicos al mejor postor, lo cual lleva a la sistematicidad corrupta.

La corrupción: una lucha por los recursos

En nuestro país existe una fuerte corriente, que considera a la política, como separada de toda cuestión de poder. Esa tendencia, lo único que busca, es excluir a los políticos, devenidos en administradores públicos, de su responsabilidad en la corrupción sistémica. Convirtiendo al puesto público, como un “trabajo profesional”, donde el objetivo es conseguir recursos para la subsistencia y buen pasar del político; no para el bien común, ni para el mejor sostenimiento financiero de la entidad administrada. Según la TGC, si corrupción es igual a poder sobre ignorancia , fórmula aplicable a cualquier civilización; entonces, toda actividad pública, donde se tomen decisiones coercitivas de poder, está sujeta a este principio. Esta confusión, se sigue dando en la gente, sin embargo, por la escasa difusión que se le presta, al elemento ignorancia.

Corrupción, bienes y servicios

En nuestro país existen tantas cosas para hacer; en todos los órdenes; pero siempre la colocación de estos bienes y servicios, tienen resultados económicos negativos en la sumatoria: por la corrupción sistémica en el manejo administrativo. Los llamados a concurso de oposición, no pueden garantizar nada; si los encargados solo reciben órdenes, para seguir manteniendo sus cargos. Según la TGC, la ética puede ser considerada como “el deber ser”, mientras la corrupción es un hecho consumado.

La política y el político: Desde el curacionismo

— En la doctrina curacionista debemos distinguir con claridad lo que es la política y lo que es el político. — Resaltamos esto por la sencilla razón que en nuestro país es común el uso y abuso a favor de algunos, utilizar estas expresiones, estas palabras, de forma no tan clara para confundir a la gente y engañarla en sus intenciones. — Entonces por el desconocimiento del significado real de la palabra “política” engañan a través del “ñembotavy” o el hacerse el desentendido sobre su verdadera responsabilidad. Eso es lo que han hecho en todo este tiempo los politiqueros .

La corrupción y la obscuridad

Si hablamos de contrabando, estamos ante una corrupción contra ley ; cuya acción es fácilmente visualizada por la sociedad. Pero al decir “ intra ley ”, nos estamos refiriendo a la gran corrupción sistémica, cometida en la obscuridad del sistema de poder, conformado por los tres poderes del Estado. Según la TGC, si no sabemos cómo funciona la corrupción, difícilmente podremos disminuirla; esta regla, se aplica a nivel mundial.

La corrupción de primera mano

Parecería imposible, la dualidad entre corrupción y derecho, pues ambos son elementos de toda sociedad desarrollada, o en camino de serla. Ambos están unidos, como siameses en el vientre de la madre “Estado”. Hay una fuerte corriente, que pretende relativizar el derecho, en beneficio de los que cometen corrupción, en toda sociedad, al querer aplicar, en las instituciones públicas, los llamados “Códigos de Ética”.

La corrupción y San Pedro

Este siglo 21 es de grandes verdades en “San Pedro”. Gracias a un hijo de América Latina: Un lugar donde la corrupción sistémica, siempre fue el adorno de los mandatarios de turno, con hábitos de católico empedernido. Según la TGC , este principio de ciencia no tiene raza, nación, ideología o religión. Todo, a través de la ignorancia, se utiliza para sacar un resultado económico, en perjuicio de los más necesitados.

El riesgo propio: La corrupción

El negocio más difícil, tal vez, de manejar, es el  Estado. Ya que, la corrupción, lo tiene aprisionado, siempre, a la espera de beneficiar a los socios del sistema. Según la TGC, el Estado casi nunca es un buen patrón; por la facilidad del poder, como tal, de extenderse y despersonalizarse.