Me obligan a salir y explicar que la corrupción existe donde existe
el poder, y la única forma de bajarla, es entendiendo a la cultura, para
superar la ignorancia social.
Ningún país, estado o sociedad, puede vivir o existir sin poder. Hasta
los animales tienen una “cabeza” que maneja a la manada.
Este poder es el encargado de crear, aplicar o mejorar la convivencia
social en democracia. Ahora, quienes lo controlan y lo hacen, deben ser capaces
de sostenerlo amparados por la Constitución y la Ley, teniendo al ciudadano
como único soberano.
Para entender la relación entre ciudadano, poder y soberanía
debemos conocer que existen dos clases de corrupción, la subjetiva y la
objetiva.
A la subjetiva le llamamos contraley en la TGC, ya que no
respeta la ley.
A la objetiva, le llamamos intraley, porque está dentro de la
ley. Es sistémica y utiliza la estructura misma de los poderes. Es invisible ya
que la ubicación de los agentes no interesa, porque de antemano está
trazado un sistema, para que dure en su accionar y lleve ganancias a los
mismos, generalmente funcionarios públicos llamados “autoridad”.
Ahora, para adentrarnos en la política debemos partir entendiendo tres
cosas:
A-Qué es la razón,
B-La Constitución Nacional, y
C-La política
Al desconocer este camino, nos caemos en: DISCRECIONALIDAD — MENOS
TRANSPARENCIA, ya que el poder, en manos de unos pocos da vía libre a la
corrupción sistémica.
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