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Mostrando las entradas con la etiqueta Bañado Sur

La corrupción y las seguridades

Garantías para el trabajo Un parroquiano del Bañado Sur me decía: “La corrupción sistémica ya se tragó a las seguridades… ”. Según estudia la TGC , el poder debe dar y controlar la seguridad en todo el territorio nacional. Es su principal función dentro de la sociedad, como gobierno y representación , sea cual fuere el sistema político por el que se opte; es la garantía de estabilidad para los ciudadanos, cuando existe una democracia participativa y social , de marco constitucional . Pero tales principios fácilmente son reemplazados, en la práctica, por la injusticia y el abuso de poder , que no son otra cosa que corrupción sistémica materializada , ante la falta de una buena administración y respeto del Estado de derecho. Los hechos y la propaganda “Siempre debe ocurrir alguna tragedia, desastre o perjuicio al Estado, para que se conozcan los actos, hechos o prácticas de corrupción; pero nadie es responsable. Todos tiran la pelota, hacia atrás o hacia adelant

La corrupción y la dignidad

De la fortaleza del ciudadano Un parroquiano del Bañado Sur me decía, “hemos aprendido la ‘dignidad’, por la fuerza, para poder enfrentar día a día la corrupción sistémica del país”. Según lo estudia la TGC , la ignorancia siempre está en movimiento y cambio constante , dentro del sistema de poder. Esta claridad en cuanto a la dignidad , expresada por el ciudadano, y la corrupción sistémica , parecen unidos, hasta se podría decir, de manera simbiótica, ya que al buscar destrabar una de ellas, nos encontramos ante un callejón sin salida. Tal vez por la subjetividad de la dignidad y lo objetivo de la corrupción sistémica, tan común en el país. ¿Qué es bien común? Este paralelismo nos permite apreciar las dos caras del asunto, y el cómo la corrupción es también, como la política, arte y ciencia ; con procesos ‘mágicos’. Por el contrario, la dignidad solo afecta a un sujeto , pero, la interpretación juega un papel mucho más importante. “Aquí lo rojo es blanco, cuando hay i

La corrupción y los más sensibles

“A esta altura los más sensibles de la sociedad, sostienen al país, manejado por la corrupción sistémica, en nombre de la democracia”— razonaba un bañadense. Según la TGC, el poder, naturalmente corrupto, debe bajar los niveles de corrupción sistémica, de modo a evitar su propia insostenibilidad. Al pretender separar acción política del cumplimiento de la ley; pasar por encima de los principios de un Estado de derecho: se está quebrando la propia fundamentación republicana y democrática.

La corrupción y lo aleatorio

“No hay nada más triste para la gente del Bañado Sur, que ver a los corruptos sistémicos, libres, sonrientes y sin pena” —me decía un parroquiano de dicha zona. Esto ocurre, según la TGC, porque el poder es el encargado de la interpretación de las leyes, en gran parte de los casos. Este contrato aleatorio, ante la sociedad, de buscar la justicia, muchas veces juega un papel un tanto preocupante, cuando los involucrados son acomodados y tienen suficientes medios económicos. Pero no se puede seguir el mismo juego, al existir antecedentes, en otros casos, favoreciéndole con medidas que comprometan la confianza de la gente; desprestigiando el propio trabajo de los representantes del ministerio público, tan golpeados como los campesinos, que protestan por ser usurpados, en el pago de lo que producen, al vender en el mercado.

LA CORRUPCIÓN Y LA PREVENCIÓN

Un parroquiano del Bañado Sur me comenta: —“Si cada vez que se descubre a la corrupción sistémica, renuncia un ministro, el país se quedaría sin ellos”. Según la TGC, la ignorancia siempre está al servicio de los poderes, por esa razón, los mismos deben sanearla. La salud pública se ha deteriorado, de manera notable, en las instituciones; ya que muchos, la están utilizando para solucionar problemas personales, olvidando su responsabilidad como funcionarios.

La corrupción y la salud

Me decía un parroquiano del Bañado Sur:  —“¿De qué salud podemos hablar, ante la corrupción sistémica que se desarrolla en nombre de la necesidad?”. Según la TGC, toda ignorancia debe ser corregida por el poder. Aquí se plantea una dificultad a la gente; a los ciudadanos, quienes piensan y dicen:  “¿si los propios encargados, son los más afectados por este flagelo, cómo pueden solucionar el problema del país?”. En cualquier sistema de gobierno ocurre lo mismo: la corrupción no tiene otro objetivo más que el de sacar ventajas, justamente, en perjuicio de la salud pública, beneficiando a un grupo de personas, o, a ciertos individuos, considerados como capaces de sostener el sistema, a cualquier costo.

La corrupción y "lo nuevo"

Un parroquiano del Bañado Sur, me decía: —“Aquí en Paraguay lo nuevo asusta y mientras la corrupción sistémica hace “su agosto”. Según la Teoría General de la Corrupción o TGC , la ignorancia en la ocultación de todo poder, utiliza su influencia en la interpretación y aplicación final de la ley. Para nosotros los latinos, la democracia es libertad absoluta, sin control y sostenida económicamente por el Estado, como sea.

La corrupción y los actos individuales

   Un parroquiano del Bañado Sur, allá cerca de Cateura , me preguntaba: —“ ¿Los actos individuales son un elemento de la corrupción sistémica?”.    Según la Teoría General (TGC), la ignorancia tiene grados y puede fácilmente ocultar las acciones de cualquier poder, en toda democracia con libertad de acción y pensamiento.

La corrupción y la sociedad civil

Un parroquiano del Bañado Sur, me decía: —“La ignorancia de la Ley no se admite en ninguna sociedad civilizada del mundo. ¿Y aquí en nuestro país?”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder conduce a la distorsión de la Ley. La falta de lectura y de actualización en el sistema educativo nacional, ha creado los analfabetos funcionales. Lo cual permite la promoción de los llamados politiqueros, que acaparan los puestos públicos en democracia. Sin claridad, libertad ni virtud, llevando a sus ocasionales votantes a la simulación; pero dando el viso de legalidad para la buena percepción de la sociedad civil. Manejada económicamente, atrapando a la población más necesitada, que queda en un atolladero, a causa de su aceptación por medio del sufragio.

La corrupción hace caer Estados

   —“La corrupción sistémica hace caer Estados y no partidos”— me afirmaba un parroquiano del Bañado Sur.        Según la TGC, toda ignorancia en la ocultación del poder, hace tambalear a cualquier sistema.      Mucho se ha hablado sobre el tema de la corrupción sistémica, muy perjudicial para el progreso de las naciones, en todo el mundo. Ahora, como nuestro país está considerado, a través de la percepción, como uno de los más corruptos, vale la pena tratar de llevar claridad, libertad y virtud acerca de este flagelo.

La corrupción y las obras sociales

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: “—Es increíble cómo se han cuadruplicado las obras sociales; pero al servicio de la corrupción sistémica.” Según la TGC, toda ignorancia en la ocultación del poder, genera una percepción pública de transparencia en la gestión. La necesidad de muchos en todo el país y la costumbre de soluciones parches, en las cuestiones sociales, hace surgir, diariamente, más y más carenciados o simples aprovechadores.

La corrupción y las amenazas

—“La Ley del ‘talión’ es inaplicable; amenazar debe ser la corrupción sistémica en acción”— me decía un parroquiano del Bañado Sur. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, debe tratar de ser corregida, en toda administración, si es que hay verdadero interés en mejorar. Esta costumbre de combatir a la corrupción, con declaraciones poco efectivas, solo demuestra la falta de información sobre la materia; un flagelo llamado corrupción sistémica, que nos sigue posicionando como los “primeros del mundo”. Justamente por pretender subjetivizar y relativizar con lo ético y moral, una realidad eminentemente de carácter jurídico-social.

La corrupción y los disfrazados

—“Hay 5000 vacancias, en la función pública, de cara a corrupción sistémica nacional”— me decía un parroquiano del Bañado Sur, algo preocupado. Según la Teoría General de la Corrupción, todo poder tiene en sus manos la posibilidad real de bajar este flagelo: pero antes debe disminuir la ignorancia en la ocultación de estructuras. La gente va sintiendo en su piel, la importancia de una democracia verdadera; para levantar la conciencia y buscar el desarrollo, a través del respeto de las leyes y la Constitución, tanto en su cumplimiento obligatorio como en su correcta interpretación. Sostenido en un Estado de derecho igualitario, con libertad de acción y pensamiento, que últimamente, a nuestro país, le va dando su verdadero contrapeso; para sobrellevar la osada “percepción” y la transparencia fomentada en todo el mundo.

La corrupción y la subasta pública

—“Aquí en Paraguay, los negociados de la corrupción sistémica, están en las subastas públicas”— me decía un parroquiano del Bañado, cerca de Cateura. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, acomoda los bienes públicos, según el beneficio personal de los administradores de turno. Esta circunstancia genera desconfianza en la gente. Las instituciones que deben velar por la integridad, del patrimonio público, están muy propensas últimamente, a las concesiones y subastas.

La corrupción y la naturaleza

—“Qué extraña la vida: ¿Hasta la naturaleza juega a favor de la corrupción sistémica?”— se preguntaba un poblador del Bañado Sur. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, utiliza la “percepción” política, para lograr sus objetivos económicos, sin que sean cuestionados. Hemos sido denominados “capital verde de Sudamérica”, pese a que los árboles están abandonados a su suerte; pero la naturaleza, con abundante agua y sol, pudo conservar algunos, entre calles, ríos y casas viejas; históricas algunas, también dejadas a su cruel destino, como las plazas y parques de la ciudad.

La corrupción y el valor de los niños

Un parroquiano del Bañado Sur me decía: —“Había sido que todo niño tiene un precio en la corrupción sistémica”. Según la TGC, el poder necesita de la economía y la ley, para llevar su gestión adelante. Esta realidad, expresada en la cifra de “cuatro millones de deuda, por cada niño que va naciendo”, asusta a estos ciudadanos, que generalmente viven el día a día luchando, contra agua y basura, para sacar adelante a su familia: ante un gobierno populista, sin empacho para seguir prometiendo deudas, a cuenta del país.

La corrupción y los conflictos religiosos

—“Cuando los hombres se erigen en “Dios”, cometen barbaridades, al servicio de la corrupción sistémica”— me decía un fiel parroquiano del Bañado Sur, cerca de Cateura . Según la TGC, la ignorancia en la ocultación de todo poder, fácilmente puede confundir la realidad, haciendo primar la percepción, guiada hacia los intereses económicos y fácticos. El mundo ha evolucionado enormemente: Al separar la cuestión política del credo religioso, en el mundo occidental.

La corrupción y la oportunidad

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: —“La oportunidad en política, se debe aprovechar, y no dejarse por la corrupción sistémica. Para terminar aceptando y callando”. Según la Teoría General de la corrupción , el poder que admite la ignorancia en la propia ley, hace florecer la injusticia. Nuestro país, ha salido a medias de ese atolladero, llamado “silencio impuesto”, por los gobiernos bananeros a la población, pero hemos caído en manos de la politiquería de sus descendientes directos, sin otro argumento más que la ideología parcial. Teniendo como causa central, a la necesidad económica y a la falta de enseñanza de la política, como elemento fundamental de desarrollo de un pueblo.

La corrupción y la literalidad

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: —“Si la literalidad de la Carta Magna, establece  el juicio “al solo efecto de remoción del cargo”, hay circo y corrupción sistémica”. Según la TGC, si el poder es corrupto naturalmente, utiliza la ignorancia en la interpretación de la Ley. En todo acto de administración del poder, éste utiliza a la Constitución, cuyo marco debe ser respetado de manera irrestricta, según los intereses coyunturales.

La corrupción y la venalidad pública

“Aquí en nuestro país nos conocemos todos , —me repetía sonriente un parroquiano del Bañado Sur, mientras veía pasar una cuatro por cuatro frente a él— no puede bajar la corrupción”. Según la TGC, si el poder no trata de comprender a la corrupción sistémica, cuidando sus estructuras, hay injusticia. Hasta hoy existen ciudadanos que consideran a la corrupción, solo como los hechos, actos o prácticas realizadas por alguien carente de conocimiento o falto de ética. Es decir, se hace primar lo subjetivo.