Garantías para el
trabajo
Un parroquiano del Bañado
Sur me decía: “La corrupción
sistémica ya se tragó a las seguridades…”.
Según estudia la TGC,
el poder debe dar y controlar la
seguridad en todo el territorio nacional. Es su principal función dentro de la sociedad, como gobierno y representación, sea cual fuere el sistema político por el que se opte; es la garantía de estabilidad para los ciudadanos, cuando existe una democracia participativa y social, de marco constitucional.
Pero tales principios fácilmente son reemplazados, en la
práctica, por la injusticia y el abuso
de poder, que no son otra cosa que corrupción
sistémica materializada, ante la falta de una buena administración y respeto del Estado de derecho.
Los hechos y la
propaganda
“Siempre debe ocurrir alguna tragedia, desastre o perjuicio al Estado, para que se conozcan los actos, hechos o prácticas de
corrupción; pero nadie es responsable. Todos tiran la pelota, hacia atrás o hacia adelante. Por eso la solución siempre se posterga, para
una próxima promesa de campaña. Es
una vergüenza, los politiqueros que siguen engañando a la gente con una política sin doctrina ni rumbo
preciso”, afirmaba el asunceno.
Esta práctica de la ignorancia deliberada, en el plano
de la seguridad, social e interna de la
república, es el caballito de los países
en desarrollo; se ha cobrado con vidas
y bienes del erario. Tan grande es su difusión en toda América Latina, pretendiendo
acomodar la ley de acuerdo a los intereses económico-financieros, utilizando
como plataforma la propia estructura y
el ejercicio del poder público.
La función pública
no puede estar dudando sobre el accionar
de sus agentes, demostrando ignorancia
ante los actos, hechos y prácticas dentro de la administración de justicia.
Derechos laborales y
corrupción
“Aquí los trabajadores
son avasallados en sus derechos,
ninguna empresa cumple con las
exigencias de las seguridades, a las que por ley están obligadas a
cumplir; y los funcionarios que alegan la urgente necesidad de seguir
habilitando puestos de trabajo,
aunque las condiciones laborales sean
infrahumanas”, reclamaba el bañadense.
Todos los organismos
del país, encargados de la seguridad, deben ser revisados y actualizados, para evitar nuevos accidentes y mejorar
los servicios de los agentes públicos.
Da gusto vivir en
libertad; pero con respeto, en bien de todos, tratar de superar la ignorancia, tanto como sujeto y objeto en la función pública, aggiornando
la justicia para conseguir la justa seguridad
para la gente y su trabajo.
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