Medidas procesales
Un parroquiano de Alberdi explicaba: “Hoy los acusados por corrupción sistémica ya piden la composición”.
Según la TGC la ignorancia, en movimiento constante, es la que puede cambiar o alterar radicalmente, los resultados de un proceso, por medio de
ciertas interpretaciones que
pretenden incidir en la opinión pública.
Así es como la injusticia puede
manifestarse, al igual que la corrupción
sistémica: a modo de discurso y
necesidad inmediata, aplicada a la
administración de justicia.
En nuestro país, se puede decir que contamos con leyes penales de vanguardia; pero, en
la interpretación o cumplimiento activo,
de los responsables, aún estamos en épocas
de oscurantismo.
Esta situación en el manejo
de las instituciones, principalmente las más sensibles, hasta le hace
pensar a la ciudadanía, como el caso del alberdeño, de si es conveniente o no poner en práctica la composición en los procesos por corrupción.
Balanza de resultados
Las desigualdades,
hasta en los lugares más obscuros y tristes, se palpita con alegre decorado, mostrando ignorancia de los encargados, responsables directos de
tales atentados ante la función pública,
que representa al país. Lleva esto a
la reincidencia de los imputados,
hasta en un 84 %, manteniendo a la población en zozobra e inequidad.
La claridad, la
libertad y la virtud, deben tener
participación activa en la modificación
de las leyes de fondo, del derecho
penal, de modo permitir la comprensión
a los funcionarios públicos sobre el
grado de responsabilidad, para no seguir alegando el criterio subjetivo ante la corrupción sistémica imperante, y no seguir predicando combatir el flagelo,
por medio de discursos transparentes
y lucrando desde donde estén, por la estructura,
ganancias siderales, para seguir promoviendo más cárceles y cursillos
proactivos.
Modificación legal
necesaria
En la democracia todo
puede ocurrir, y un Estado de derecho
paga los errores de sus encargados
gubernamentales, cuando éstos carecen de ética. Por eso se debe implementar en el derecho de fondo,
una lucha objetiva contra la corrupción
sistémica, para no seguir
manteniendo la ignorancia a la población, y guardando en los cajones esta vacuna
jurídica, tan necesaria aquí como en cualquier parte del mundo.
No sigamos
confundiendo el derecho actual con el pasado, pretendiendo aplicar composición
a delitos contra patrimonio y la institucionalidad de la República.
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