Ir al contenido principal

La corrupción y la dialéctica

La repetición como ignorancia
“La gran corrupción es la dialéctica de la reelección”, me explica un parroquiano del Bañado Sur, cerca de Cateura.
Según la TGC, el poder y su caballito, la ignorancia, hacen todo por medio de la interpretación interesada de las normas jurídicas.
Nuestro sistema actual de gobierno exige mucha atención de las cosas públicas, por parte de los administradores, lo cual hace lógica la búsqueda de mecanismos para mantener el poder: aún alterando el principio neurálgico de la Constitución.
Al tener la ignorancia grados, los cuales dividen y determinan hechos, actos o prácticas que suceden en todo poder, va demostrando la importancia para la correcta interpretación, aplicación y promulgación, de las proposiciones normativas, donde primen el bien colectivo sobre el individual.
“¿A quién beneficia realmente la reelección? ¿A quién pretende ser reelecto, al pueblo en general o a los que integran los primeros anillos del poder y sus respectivos privilegios?”, se cuestionaba el bañadense.

Una de las causas del atraso latinoamericano
Esta dialéctica sofista, nos hace olvidar la verdad ética, llevando al plano de la acción, la conveniencia alterando la ley. No hay duda entonces que existe aquí la sombra de la corrupción sistémica: como ya se está demostrando en toda Latinoamérica, donde el denominador común es el perjuicio al erario, en relación directamente proporcional con la extensión de los mandatos. En algunos casos, hay graves procesos judiciales en curso, tratando de recuperar parte de los bienes públicos, y sancionar ejemplarmente.
El razonamiento político no acepta el silencio cómplice a favor de los indiciados, ni de actores fallidos, que no por tal circunstancia, dejan de ser ex mandatarios; pese a que la duración de sus mandatos, se vio forzada por la contrariedad de los hechos.
Y mucho menos para los practicantes del derecho, que pretenden aplicar dictámenes hechos “a la medida del cliente”, para argumentar que la enmienda soluciona todo, como si la prohibición expresa de la Carta Magna sobre el tratamiento de tal cuestión no fuera suficiente. Para ellos, que el título del artículo diga “duración del mandato”, no tiene absoluta relación con el vocablo “reelección”, que, por definición es la extensión de un mandato, interferido, suspendido, interrumpido o no, por medio del favorecimiento de una nueva elección; la cual, no es novatoria sino ampliatoria, resultando el plazo de gobierno extendido por otro u otros periodos subsiguientes, sucesivos o alternados. No somos tantos en el Paraguay, como para entender, que lo que los constituyentes quisieron, y el pueblo aceptó, era rechazar la dictadura en todas sus formas: sean éstas autocráticas, de claque o de las peores, las de mero tinte económico.

La política verdadera
“Tampoco se desconoce el porqué, de este silencio del pueblo, ante la barrabasada jurídica, en la interpretación de los artículos constitucionales: por la falta de medios económicos y la buena fe, de respetar la ética, de aceptar cualquier plata mal habida; argumentando razones vanas, justificando ante la gente, una vez logrado los cargos públicos electivos”, esgrimía el ciudadano de Asunción.
Hay dos formas de hacer política: la verdadera y la falsa. Si el pueblo no es capaz de distinguir, defendiendo su Estado de derecho, volverá a ganar la politiquería, aumentando las entregas de los recursos públicos y las cárceles en el país; prosperando la injusticia social, a nombre de la democracia a favor de unos pocos, en los puestos públicos, con salarios de primer mundo.
Mientras, niños de pueblos originarios y campesinos son burlados con promesas, mendigando en los hospitales, cuyos funcionarios resultan ser activos operadores panegiristas, con discurso de la “dialéctica de  reelección”, viejo recurso fáctico de la política sin ideas claras.


Entradas más populares de este blog

La otra cara

Una parroquiana de Ciudad del Este me dice: “¿Usted vio la otra cara en los tratos políticos a la gente?” Según la TGC , la ignorancia de la le y siempre da injusticia. Esta claridad hasta hoy le cuesta a la gente comprender: que a todo poder lo divide la ignorancia de la ley , que al no cumplir los encargados de las instituciones, con equidad, caen en injusticia social, cuyo poder hace accionar en la política, a la corrupción sistémica en perjuicio de todo el país. Esto no puede solucionarse inmediatamente, ya sea por la imposibilidad económica , humana o administrativa, dando opiniones muy tristes para una democracia social de derecho. “¡Pero cuántas carpas y teatros hay en Alto Paraná ! ¿Para terminar dejando a la gente bajo la lluvia…?” Indudablemente, usted, señora, tiene toda la razón del mundo. Pero eso cuesta plata. Tal vez, en los presupuestos no fue fijado el día de lluvia e inestabilidad, en pleno invierno nacional. “Aquí está la industria más grande de hidroeléctrica

La verdadera democracia

¿En qué consiste finalmente la democracia? ¿Es acaso el gobierno de la mayoría? ¿Es la participación de más en el gobierno, en las decisiones públicas? ¿Se centra en la división de poderes? ¿Consiste en la representación popular? La democracia no es sino una combinación de sistemas de gobierno; de los puramente autocráticos, sectarios o elitistas, con los de tipo "asambleario" o republicanos. Es por ello que con su simple denominación o definición, no podrá observarse qué fórmula democrática en realidad aplica un país.

La chicanería y la corrupción

Qué es y cómo se manifiesta Cuando la corrupción sistémica es la que manda en un país, la chicanería hace gala de legalidad . Latino América conoce y vive, en cada interpretación , a través de sus encargados de administrar justicia , la cara de la injusticia . Aquí en Paraguay : La chicanería es sinónimo de inteligencia , ya que los agentes del poder judicial , casi siempre no ven y permiten su uso a la sombra de la ignorancia , que es elemento de toda gran corrupción . Llegando incluso, por el sistema, a la inimputabilidad de los responsables de los varios perjuicios económicos al Estado. Corrupción sistémica Debo aclarar que la característica , según la TGC , de la corrupción intra ley es precisamente la invisibilidad , la obscuridad en sistema. En contrapartida a la pequeña corrupción, la contra ley , que es de fácil visibilidad, dentro de la sociedad; por eso llamada corrupción subjetiva o particular. Aclaro este punto, ya que los encargados “an