Un alberdeño muy ofuscado aseveraba: “La mala aplicación de una ley, es abuso de derecho, que es igual a corrupción”. Según la TGC, el poder está obligado a disminuir la ignorancia en la ocultación, que se manifiesta precisamente en la interpretación legal. La cuestión de un supuesto “privilegio”, con respecto a trabajadores del sector público o relativo al servicio estatal, debe ser tomado con pinzas, ya que en el derecho laboral, tales mejorías, acordadas entre el poder y el trabajador, son un medio de equiparar fuerzas claramente desiguales: correspondiendo la parte más débil siempre al funcionario.
Blog sobre corrupción. Artículos basados en la primera Teoría General de la Corrupción a nivel mundial. Autor y fundador del curacionismo político.