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Mostrando las entradas de mayo, 2018

La percepción y la corrupción

Una parroquiana de Pilar me dice: “Mi percepción es que vivimos en un estado de corrupción total”. Según la TGC, la ignorancia y el poder son aliados, dentro de ese sistema o estado de cosas . Ahora bien, al afirmar que existe un acto, un hecho o una práctica de la corrupción, estamos reconociendo las partes que llevan a decir “corrupción total”. De no ser identificados y diferenciadas estas nuevas figuras jurídicas, establecidas en la primera teoría general jurídica de la corrupción , nos quedamos en la simple percepción, la cual es siempre subjetiva. Se toman los datos de encuestas y dichos.

El futuro y la corrupción

Una parroquiana de Asunción me dice : “Es increíble, pero hasta futurología se hace ahora de la corrupción” Según la TGC, el poder, naturalmente corrupto usa la ignorancia para mantener vigente sus sistemas de beneficio particular o grupal, a costa de la cosa pública. Nuestra democracia tiene un Estado de derecho rengueando, que de a poco, sin embargo, va apagando la burla tan usa en contra de la propia Carta Magna, utilizando hasta confusiones de carácter personal, por medio de la ideología parcial. Siempre para tratar de alegar la defensa, de algunos interesados en continuar en la gracia de ser llamados funcionarios públicos “superiores”.

La responsabilidad y la corrupción

Una parroquiana de Ca’aguazú me afirma : “La responsabilidad de los funcionarios se encuentra en todos los comportamientos corruptos en su función”. Según la TGC, la responsabilidad en la función púbilca no admite ignorancia. Esta situación afirmada por alguien que está viviendo los actos, hechos y prácticas de la corrupción sistémica, que distingue perfectamente la diferencia entre un ciudadano común y otro que está encargado de cuidar, mantener y hacer florecer, incluso, el bien común.

La política y la corrupción

“Si la ciencia está demostrando que la política forma parte de la gran corrupción, ¿No es momento de conocer más y tratar de disminuir seriamente el flagelo?” , me aseguraba una parroquiana de Ciudad del Este. Según la TGC, la política es la ciencia de la acción, la cual se nutre de la ciencia social. Por eso, al plantear la definición de la “gran corrupción”, teniendo una Teoría General Jurídica propia y una doctrina, el curacionismo, cumple con un requisito esencial de autonomía de estudio. Este estudio puede ser remitido a cualquier ciudadano, que tenga un alto interés democrático; que sostenga la claridad, la libertad y la virtud como guías didácticas, de modo a prevenir a la gente de este flagelo mundial.

El vivir en corrupción

“Nadie puede eludir a su entorno, ya sea persona, animal o cosa; si no lo conoce” , me decía una parroquiana de Pilar. “Entonces el vivir con la corrupción es algo natural” , concluyó. Según la TGC, una ciencia social encargada de guiar y mejorar la convivencia, y al estudio de la corrupción; esta claridad, lograda en libertad y virtud, abre las puertas del conocimiento a todas las personas, y les permite separar definitivamente la corrupción subjetiva o personal, de la corrupción sistémica , que es eminentemente objetiva .

Conciencia y "la corrupción"

Una mujer de Atyra afirmó : “La sola conciencia de la corrupción, no soluciona ni baja el flagelo”. Según la TGC, la ética y la moral solo le sirven a una persona, aunque estén expresadas para su aplicación colectiva, no tienen el aspecto coercible del derecho ; el cual, está fundado, en gran medida en ellas. Indudablemente una persona con alta conciencia de la vida, puede particularmente luchar en soledad contra la corrupción; pero como la gran corrupción es sistémica , puede terminar utilizando a tal persona para sus fines.