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La corrupción y los más sensibles

“A esta altura los más sensibles de la sociedad, sostienen al país, manejado por la corrupción sistémica, en nombre de la democracia”— razonaba un bañadense. Según la TGC, el poder, naturalmente corrupto, debe bajar los niveles de corrupción sistémica, de modo a evitar su propia insostenibilidad. Al pretender separar acción política del cumplimiento de la ley; pasar por encima de los principios de un Estado de derecho: se está quebrando la propia fundamentación republicana y democrática.

La corrupción y las ideas

En una democracia de verdad, sin otro principio más que el del respeto al Estado de derecho: Cualquiera es libre de expresar sus ideas. Esto es muy bien utilizado por la corrupción sistémica. Según la TGC, al existir en el mundo ideas parciales y totales, la estructura de los poderes deben estar atentas y controlar; para evitar que la ignorancia prospere y se convierta en corrupción sistematizada. El objeto de estudio de esta nueva ciencia, es la corrupción, como un sistema organizado en el poder. Su desarrollo nos permite afirmar que la ideología puede presentar, en boca de los políticos, la intencionalidad, a favor de sus intereses personales a los cuales la ciudadanía puede, fácilmente aceptar y apoyar: Incluso en contra de lo establecido como principio en nuestra Constitución Nacional.

La voluntad en los sistemas de corrupción

El sistema de la corrupción, compuesto por los dos elementos básicos, ignorancia y poder, no requiere de una voluntad plena, o consentimiento expreso de las personas, para que funcione como tal. Es decir, los eventuales agentes, solo necesitan del vicio de la ignorancia, entendida como una negación, y no como un simple desconocimiento, para que  actúen dentro del sistema. Por eso, mencionamos que el vicio principal de la voluntad, en estos tiempos de la sociedad, es la ignorancia. Pero una ignorancia que tiene tres grados, que se interrelacionan según la actividad que realiza la persona, y las normas que rigen tal actividad.

Sobre la corrupción y las medidas de fuerza

Toda acción de protesta o medida de fuerza, adoptada por el pueblo o parte de él, se constituye en el arma mortal contra todas las dictaduras. Algunas de ellas con fachada democrática, para mantenerse en el mundo actual; y otras, para asegurar la vigencia de la corrupción sistémica, como un régimen económico de facto. Según la TGC, si no existe democracia de verdad, fácilmente se practica la ignorancia en política, lo que termina siempre en injusticia. América latina está acostumbrada a este sistema: del doble discurso y del ñembotavy (hacerse el desentendido), para con los ciudadanos. Amparándose en la estructura del poder y ni que decir, a nivel de gobiernos, para medrar e impedir el desarrollo de los países vecinos menos favorecidos. En nuestro caso, permitido por la inacción de nuestros políticos a favor de la gente. Paraguay está comenzando a interpretar su Constitución, social y humanista hasta por los poros. Una Carta Magna que exige responsabilidad de todos, siend