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Siglo XXI: La era del aprendizaje social

Para lograr métodos efectivos y valorables contra la corrupción, la sociedad, como ente heterogéneo debe iniciar un permanente aprendizaje. Sin prejuicios, subyugaciones y criterios pretéritos. El siglo XXI representa la expansión de la información sin límites. La ignorancia sin límites. El conocimiento sin límites. Y precisamente, los límites, basado en los valores, solo las personas, los ciudadanos, podrán establecerlos. Pero no ya con un dirigismo estatal, sino con un verdadero espíritu democrático. Ya no somos meramente “pueblo”, somos gente, iguales, en dignidad y derechos.

Métodos anticorrupción: futuro y retrospección

 El siglo XXI representa la expansión de la información sin límites. La ignorancia sin límites. El conocimiento sin límites. Y precisamente, los límites, basados en los valores: solo las personas, los ciudadanos, podrán establecerlos. Pero no ya con un dirigismo estatal, sino con un verdadero espíritu democrático. Ya no somos meramente “pueblo”; somos gente, iguales, en dignidad y derechos. Y la concepción de nosotros mismos, como sociedad, debe ser como una persona que se mira al espejo para ver su aspecto externo; se realiza radiografías para ver su cuerpo en lo interno; acuden a un sicólogo para explorar su yo interno. Así mismo la sociedad debe auto confrontarse. Mirarse a sí misma.

Nosocomio saturado, la corrupción

La salud debe ser una de las cosas que menos le preocupa al paraguayo. “Al hospital se llega para morir”, es la idea de la generalidad; un tanto despectivo y muy doloroso, pero el paraguayo es muy certero sobre su realidad. Ante el mundo, maneja y especula sobre la corrupción sistémica y la imposibilidad de vencer a este flagelo universal. Hoy está a la vista de todos, según informe del nuevo gobierno, de que el 33 % del funcionariado público de la salud, son burócratas, oficinistas; solo el 11 % son los verdaderos trabajadores de la salud, mal pagados y muy maltratados. A esto se le deben agregar nosocomios saturados, en todos los órdenes: edificios mal construidos y descuidados, informalidad registral de pacientes, carencia de insumos y medicinas suficientes.