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Mostrando las entradas con la etiqueta Contrataciones Públicas

La corrupción y los insumos públicos

La responsabilidad del Estado, en cualquier sistema político: cuidar de los insumos públicos, para hacer respetar la ‘plata’ de los contribuyentes. Ante esta realidad, los actores son responsables por los daños y perjuicios de la corrupción sistémica, provocados durante su administración. Según la TGC, si el poder no cumple lo establecido constitucionalmente, su administración es injusta. Porque todo poder envilece y es corrupto por naturaleza, teniendo a la ignorancia en la ocultación como sustento, el estudio objetivo de la realidad política, se hace imperioso.

La voluntad en los sistemas de corrupción

El sistema de la corrupción, compuesto por los dos elementos básicos, ignorancia y poder, no requiere de una voluntad plena, o consentimiento expreso de las personas, para que funcione como tal. Es decir, los eventuales agentes, solo necesitan del vicio de la ignorancia, entendida como una negación, y no como un simple desconocimiento, para que  actúen dentro del sistema. Por eso, mencionamos que el vicio principal de la voluntad, en estos tiempos de la sociedad, es la ignorancia. Pero una ignorancia que tiene tres grados, que se interrelacionan según la actividad que realiza la persona, y las normas que rigen tal actividad.

La corrupción y los métodos de expresión

Para la corrupción sistémica, no existe otro método de expresión: más que el derecho y su fiel cumplimiento en la sociedad. De allí resulta la diferencia sustancial, con la que denominamos “corrupción subjetiva” o contra ley, que atenta directamente contra la disposición legal, a título individual o grupal. Según la TGC, esta corrupción se vale del poder y de su estructura; pero, un gobierno, está constitucionalmente, obligado a disminuirla, pese a esta simbiosis, aparentemente, indestructible; por medio, finalmente, del derecho positivo y de principios. Aquí radica la importancia de la justicia, en la civilización; sin ella, no puede haber progreso ni adelanto social alguno.

La corrupción y la teoría del velo

A continuación, un extracto de la teoría general de la corrupción (2011): ¿Es la corrupción un acto de ilusión? La respuesta es no. Es un acto plenamente real, tiene resultados concretos y procesos identificables. Pero solo si se comprende el concepto de ignorancia, como instrumento de medición científica del sistema. La teoría del velo, parte del principio de la “ilusión” o falsa percepción, basado en la ignorancia del público con respecto a las decisiones de los agentes de poder. Busca quitar la venda de los ojos a la gente que desea intervenir en la política gubernamental ya sea como ciudadano común o como funcionario electo.