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Mostrando las entradas de mayo, 2013

La representación y la corrupción

Para la TGC , lo más importante es distinguir el objeto, el sujeto y la norma sobre la cual recae la cuestión planteada en la vida pública de un país y su sistema; si es democrático o autoritario, mixto o ni lo uno ni lo otro. Aquí en Latino América, nos gusta esto último, sin importar mucho el Estado de Derecho o la Constitución : Siempre los politiqueros, seudo representantes, utilizan la simulación legal en nombre de un poder, lo cual es corrupción sistémica a “todo vapor”, como diría un capitán. El concepto de salario consiste en todo lo que una persona recibe por una prestación, sea manual o intelectual.

El bienestar y la corrupción

Comienzan las gestiones para justificarse en la vida pública paraguaya; los pedidos y afirmaciones ante la opinión pública, en nombre de la política, de los politiqueros de turno. Esto es lo bueno de la democracia, con un Estado de Derecho y libertad. Nada se puede esconder ni perder: Si prometemos bienestar y se llega al poder, primero se debe superar y disminuir esa gran corrupción para direccionar lo prometido. Hoy la propaganda, que suple a la realidad, de los hechos, está ayudando a que la psiquis de la gente tenga aún interés en creer que todo está bien. Que las obras en boca de los futboleros son los goles de media cancha a favor del pueblo, sorprendidos en la pequeña corrupción publicitada día a día, y la gran corrupción, oculta, dirigida y organizada por los tres poderes y sus directores. Sin posibilidad de mejora, más que para aumentar funcionarios y auto asignaciones de los amigos.

Los "informales" y "La corrupción"

A cara descubierta se presenta la pequeña corrupción, disfrazada como los “informales”, en todas las fronteras del Paraguay. Mientras, la gran corrupción sigue en su arduo trabajo, “importando”, para surtir los negocios y supermercados de los que mandan: Esto es democracia al estilo Latino América. Los paseros informales, dando cátedra de cómo se debe proceder para usufructuar mejor el Tratado del Mercosur; entreteniendo, a la vista de la población en general, del país y el mundo.

"Promesa de amor": La corrupción

No esperen, amigos lectores, una historia con aires de “telenovela”; con ciertos rasgos de corrupción, en mi página. Se trata, sencillamente, del interés de ir demostrando la importancia del conocimiento de este principio de ciencia, como lo es la corrupción. Ocurre un caso llamativo, en nuestro país: donde los protagonistas son de primera; uno por su cargo (representante de un poder) y el otro (denunciante), un acaudalado empresario, el cual tuvo que admitir públicamente que sobornó a la máxima autoridad del Ministerio Público. Al cual, con textuales palabras, obsequió un reloj de la marca Rolex, valuado en más de 15 mil dólares americanos, en carácter de “prueba de amor” Según el denunciante, a solicitud del funcionario público.

La educación y la corrupción

Nuestra gente es muy condescendiente con la educación, tanto, que a veces, pecan de exceso de confianza en los educacionistas. Siendo que hay algunos que, últimamente, han utilizado el “educar” con el único fin de lucrar; sin importarles mucho cumplir con su verdadero compromiso con el conocimiento. Esta libertad, a cargo de comerciantes del rubro, sin mayores escrúpulos, más que para sacar plata, sin importar los daños que se causa a una nación, aprovechando la corrupción sistémica política existente. Todo, a nombre de colegios, escuelas y universidades, que sin contar con locales y, amén, de buenos profesionales, nos da la más absoluta y despiadada corruptela en las instituciones educativas.

La responsabilidad social y la corrupción

http://www.flickr.com/photos /realidadexpuesta/6270936544/ Al ser parte de un país, estamos aceptando tácitamente mantener, colaborar y hermosearlo. Esta responsabilidad social, nos obliga a reconocer que la corrupción: Es el flagelo nuestro de cada día y que está destruyendo nuestro ecosistema, al permitirse el abuso de parte de gente sin escrúpulos, contra la naturaleza.

Nuestras ciudades y la corrupción

http://www.flickr.com/photos/ 23292482@N02/3696586908/ Un amigo, turista, me expresó lo siguiente: “Vosotros tenéis buenas leyes; una muy interesante Constitución, a la luz de lo que está escrito; pero muy incumplida, desde el mismo preámbulo y ni que decir lo de más adelante…” En ciertos aspectos tenía claridad el amigo, ya que corrientemente se promete respetar la Constitución para progresar armónicamente, pero sin embargo, para las siete de la noche, todas las ciudades del país están paralizadas, por falta de medios de transporte para la clase trabajadora y pobre.

Las dos maneras de enfocar el problema de la corrupción

A nivel mundial, contamos con dos visiones bien diferenciadas sobre la cuestión "corrupción". Una, aún mayoritaria y visible, que aborda el fenómeno restrictivamente, como una cuestión exclusivamente gubernamental. Es la que más conviene, vale decirlo, al mantenimiento de ciertos cánones previamente aceptados a través de acuerdos internacionales comerciales; en primer término.

La Constitución y "La corrupción"

  En Latinoamérica, hemos tenido de costumbre el cambiar, agregar, sacar y moldear según la cara de los encargados, a la Constitución. Y eso, si lo analizamos, es corrupción. Más aún, en democracia, con un gobierno “del pueblo; para el pueblo y por el pueblo” , que normalmente se constituye en Asamblea Permanente, al servicio de los ciudadanos que eligieron representantes. Aquellos representantes que hacen mal uso de su poder, evitando la mantención con buena salud de una Constitución, deben ser sancionados por todos los ciudadanos. Este abuso en nombre de la “democracia”, convertida en corrupción sistémica, se utiliza para obstruir los cambios y progresos jurídicos, principalmente doctrinarios y garantistas de las Constituciones a nivel mundial. Son principios necesarios para frenar el abuso de poder en todos los ámbitos y permitir el desarrollo sustentable en plena libertad. Existe también otra motivación, aún peor, por parte de los politiqueros para cambiar la Const

El sueldo y "la corrupción"

El sueldo y “La corrupción” Algunas instituciones públicas como, específicamente, la policía caminera, están comenzando a cuestionar el monto de los salarios de sus funcionarios, con relación al tiempo que deben estar en servicio en las calles. A esto, podemos sumarle el interés, ya manifestado por el nuevo gobierno de “congelar” los sueldos a todos los funcionarios públicos, gracias a la “acción” de sus sindicatos y demás para “luchar” por los intereses de sus asociados. Lo cierto es que la función pública está llena de contratados, muchos de los cuales no llegan a cobrar el mínimo legal; pero todo se maneja en silencio a favor de los compadres y amigos de los representantes del sufrido pueblo. Mientras, en los tres poderes del Estado, se auto asignan salarios de primer mundo. Siempre la corrupción parece ganar al pueblo y la esperanza se venderá dentro de algunos meses, otra vez en nombre de la política, en boca de los politiqueros y sus financistas, todo frente a u

La calidad y la corrupción

Parecerían dos palabras que no guardan relación alguna. Al mencionar “calidad” estoy pidiendo todo sin importar absolutamente cuanto cuesta; solo lo mejor para satisfacer mi predilección. Pero cuando pasamos al campo de las obras públicas, donde frecuentemente escuchamos decir que las terminaciones serán de lo mejor que se ha hecho. Ojo, que, por sistema, la corrupción es su amiga inseparable, al momento de la ejecución y, principalmente, en el pago.

Los servicios públicos y la corrupción

Como ciudadano me interesa, me decía un parroquiano, primero “que se cumplan con los servicios públicos. Sin mentir”. Es preciso indicar; que la corrupción es la que impide, que las instituciones creadas puedan cumplir a cabalidad con los servicios públicos al contribuyente; generalmente sus presupuestos desaparecen, como por arte de magia, y, mientras, los ciudadanos claman mejores servicios y menos corrupción. En los países subdesarrollados, se promete mucho durante la campaña proselitista pero luego no cumplen; ya sea por negligencia o por beneficios de la escala política que administra el poder.

El funcionario público y la corrupción

Si bien a la corrupción casi no le interesa quién es quién, siempre y cuando rinda sus intereses económicos en la sociedad. Pero de hecho según la TGC al hablar de funcionario estamos tratando de la función  pública: ya que los negocios privados normalmente utilizan nomás a estos funcionarios para sacar algún beneficio. La cuestión se plantea cuando nuestra Constitución dice que todos los que participan o hacen una actividad a favor del Estado son funcionarios públicos. Siguiendo el principio de igualdad establecido en el artículo 47 de la Constitución Nacional , sin embargo, los elegidos en voto popular como los senadores, diputados, presidente y otros, incluso, encargados de la cabeza de los poderes e instituciones públicas.

Las concesiones y "La corrupción"(APP)

Aquí en Paraguay, como dice el tango, rige la “Regla del Cambalache”. Tal vez Discépolo, como respetable compositor, conocía tanto a Latino América que la inmortalizó poniendo música a la “ gran corrupción ”. El “tango” en el país se ve, especialmente, en las concesiones del Estado a favor de grupos empresariales, particulares y afines. Ni una sola concesión fue hecha a favor del pueblo. Los ciudadanos no cuentan como beneficiarios. El objetivo lato y neto siempre es y fue el lucro a costa de la inversión y el capital del Estado. Así se han forjado, ya a partir del Régimen anterior, los “grandes” empresarios subvencionados hasta hoy por el “papá” Estado.

La negligencia y la corrupción

En el campo de los negocios del Estado, ningún funcionario puede alegar “negligencia” en sus actos ya que prácticamente cae en la corrupción sistémica. La responsabilidad de cuidar y precaver los intereses del Estado es mucho más pesada que en los negocios privados; ya que si un particular hace un mal negocio, él y su capital responden. Cuando uno es funcionario público, del rango que fuere, aparte de responder personalmente por los daños causados al erario, debe tener obligatoriamente otro tipo de sanción, según la Constitución Nacional (Art.106) y la Ley especial. Solo así se podrá garantizar el buen funcionamiento y el respeto de la cosa pública, que muchas veces los administradores confunden con sus bienes propios.

La Conquista y "La corrupción"

América. Todos sabemos lo que fue su conquista y la importancia que representó para Europa tanto en lo económico como en lo social; principalmente para las potencias de aquella época. La situación se planteaba como la llegada a un “Nuevo Mundo”; sin contaminación: virgen frente a todo atisbo de corrupción. Desprovistos de todo humanismo, el mundo occidental, llegó ahogó en su dignidad a miles de personas, nativos; supuestamente para el desarrollo; ellos venían a “civilizar” a los “incultos”.

La independencia y "La corrupción"

Lo efectivo de todo ser humano es la posibilidad de pensar y descubrir para mejorar en la vida. Nosotros, desde la T.G .C. creemos que la historia debe ser redescubierta, principalmente la paraguaya. Es lastimoso leer en la prensa como motivo de la independencia a la pobreza de los habitantes de aquellas épocas. Nadie podría dudar ante tanta realidad; a los conquistadores jamás les importó un rábano la situación económica de los aborígenes y mancebos de América, salvo para esclavizarlos como mulas.

La coerción y la corrupción

Aunque nos guste controlar y poner “orden”, a la manera que nos interesa, en la democracia no se puede sujetar, exigir o buscar acomodar el derecho a favor de la corrupción. La coerción se utiliza generalmente en contra de la prensa, de modo a frenar la libertad de expresión; convirtiendo la información en propaganda para favorecer a determinados grupos o al “Estado”. Un ejemplo básico de manipulación salta a la vista: La ley electoral vigente establece como monto máximo de gasto en propaganda política, por candidato, poco más de 3900 millones.

El Poder Judicial y La corrupción

Ciudad del Este. Amaneció feliz al saber de la expulsión de cinco jueces de primera instancia y algunos fiscales. Uno de los denunciantes principales comentó que constituye apenas un 1 % de avance en contra de la realidad de la corrupción en el poder judicial de la zona. Se espera que el Jurado de Enjuiciamiento deba de proseguir con su accionar a fin de que se recupere la confianza y la fe en la administración de justicia en todo el país, porque la corrupción sistémica, que afecta al poder judicial, es la más grave para la población civil: ya que nadie puede desobedecer una sentencia judicial, en un Estado de Derecho; con visos democráticos y cuyo resultado normalmente son la injusticia a voces ante la ciudadanía. Existe una relación directa entre la corrupción “intraley” y la corrupción “contraley”, según lo explicado por la TGC. La “gran corrupción sostiene a la pequeña corrupción que pueden ser contrabando, falsificación, crimen organizado y otros. De la interpr

La confusión y la corrupción

El peso de la democracia, aunque silencioso, llega, tarde o temprano, a un actor político; aún para jurar y recibir de manos de los encargados electorales su correspondiente cartulina de reconocimiento, que los proclama como legisladores. Algunos de ellos llegan hasta ahí incluso teniendo antecedentes de hechos de corrupción. Casualmente hubo muchos ausentes en este acto, tal vez,  por falta de fe en los encargados de supervisar las elecciones. Seguimos la promesa de “corrupción cero”: dicha por el nuevo mandatario, imitando a su predecesor. Sólo que a éste último, desde el día siguiente de haber asumido, ya lo avasalló la corrupción sistémica. Hoy podemos confirmar que lo ha manejado igual que lo hacen los bueyes a un yugo, sin posibilidad de zafarse, sin quedar otra que estirar más su mandato, postergando al hambriento pueblo, y priorizando cuestiones personales y familiares. Según la TGC , aunque uno persiga la pequeña corrupción y aumente con ello la venta de periód

La cantidad y la corrupción

Hay mucho para aprender y reconocer en una democracia. No se debe confundir cantidad con calidad y respeto a los principios del derecho universal, que, me parece, es lo que aún prima y se sostiene en América Latina, desde que fuimos todos signatarios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948, el pacto de San José de Costarrica(1967) y la Convención Interamericana Contra la Corrupción (1995). Todo bajo un mismo fin: vivir en un mundo mejor. Al no respetarse los principios del derecho universal fácilmente se cae en corrupción sistémica y su consecuencia es la injusticia en el campo internacional.

Lo público y la corrupción

“Lo público” y “La corrupción” Al mencionar a la “cosa publica”, según la TGC , estamos hablando de los nidos de “la gran corrupción”, imposible de hacerla desaparecer, ya que solo si tenemos un conocimiento objetivo, además de tener poder de decisión podremos disminuirla; a través de la solidaridad entre todos los afectados directos en la sociedad. La característica de la “gran corrupción” es la invisibilidad, a simple vista, ya que viene adherida con la ley, por eso su nombre de “intraley”. Sin embargo, puede identificarse a través de la correcta interpretación del derecho: Toda norma jurídica o ley debe estar acorde a otras normas superiores, ya sea la Carta Magna de un país o los tratados internacionales y principalmente los principios contenidos en esos cuerpos legales. Desde 1948 con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se ha llegado a un acuerdo entre los países firmantes de modo a que las naciones menos favorecidas tengan igual respeto, y busq

La Política y "La corrupción"

Se puede decir: La nueva era de la política paraguaya en la democracia está comenzando a dar sus frutos. Las cabezas de los partidos tradicionales comienzan a renunciar, comprendiendo su responsabilidad ante sus propios conciudadanos; el error que han cometido al excederse en los gastos de propaganda, violando la propia ley electoral, es a la vista el más cuestionable. Han impulsado mega personajes, por encima de los valores democráticos y las plataformas políticas valederas. Renuncian, con el fin de evitar posibles cuestionamientos y necesarias respuestas. La corrupción sistémica a veces es insoslayable. Aunque algunos de sus correligionarios seguirán pataleando en contra del famoso “Estado de Derecho”, en una flaca pero activa democracia.

Estado de Derecho y corrupción

En el país nos gusta decir “ Estado de Derecho ”. Muchos me han manifestado, en mi caminar por el interior del país, hablando de política, que no se entiende el significado real de la frase. “Es la bandera de los ganadores y la vuelta al palacio de un partido tradicional en la democracia participativa”, dicen algunos. ¡Qué momento! La realidad de un compueblano de tierra adentro: su felicidad pero sin entender la implicancia del retorno de un partido gracias a su voto. Pero inmediatamente me dice: “¿Y la corrupción, cómo puede superarse si predomina aquí?” Me obliga a decirle que solo en un Estado de derecho se puede disminuir la corrupción y el camino es la política a través de los elegidos democráticamente en cada rincón de la geografía nacional; siendo su franqueza para decir que no entiende, la visión de que existe libertad y voluntad pero falta doctrina; para el pueblo y sobre el “Estado de Derecho” sin corrupción.

La ciencia y la corrupción

Nuestro conocimiento, logrado por medio del desarrollo de la T.G .C. (Teoría General de la Corrupción : La primera a nivel mundial) , nos permite, con bastante suficiencia, plantear el estudio de la corrupción como un principio de ciencia. Transversal en el derecho y relacionada a las demás por tratarse de un fenómeno del área humana y social. Para llegar a ser tal, se tuvo que demostrar, meridianamente la verdad sobre la cuestión planteada como hipótesis, en este caso, el de la corrupción como tema central del poder y del derecho y su acción sistémica completa.

La maquinación y "La corrupción"

  Aparentemente, en este mundo globalizado todo se puede relativizar; usando a la política con la maquinación y tratando de interpretar las Constituciones y demás derechos fundamentales al servicio de la “gran corrupción” de un país. Esta acción en perjuicio de la democracia se percibe como injusticia e inestabilidad; como descontento, signo inequívoco de la existencia y primacía de la corrupción sistémica o “gran corrupción”. En América Latina hemos tenido muchos ejemplos y seguimos soportando, por la falta de cultura cívica de los ciudadanos; siempre nos dejamos llevar por la percepción política y luego tratamos de justificar las decisiones “maquinando” para encontrar a los responsables de nuestra situación.

La interpretación y "La corrupción"

A quienes se los nombra encargados de buscar interpretar en un Estado de Derecho, se les permite manejar la cuestión más difícil y comprometida de la democracia; para evitar caer en la corrupción sistémica. Ésta que no le pide, lógicamente, favores, ya que invariablemente se ha instalado antes de sus propios nombramientos, dentro del sistema de poder. Al no tener conocimientos ciertos sobre esta realidad (TGC) su voluntad dicha y afirmada antes de tomar el cargo, en el sentido de que combatirá a la corrupción: termina cayendo en saco roto, a partir de su propio ingreso en la estructura del sistema. Por si haya dudas de esta afirmación solo es cuestión de consultar noticias pasadas o recientes; sobre autoridades que han prometido “corrupción cero”, pero que al poco tiempo se constituyen en aliados insuperables de la misma. Y las promesas, bien gracias.

La ley y "la corrupción"

Para que exista la denominada “gran corrupción”, corrupción sistémica o intraley , se requiere necesariamente la utilización de la ley o norma obligatoria de manera injusta. Esta situación  la convierte, a la corrupción, en invisible para la gente, por lo cual normalmente el pueblo termina pagando sin protestar el precio. En nuestro país tenemos varios ejemplos, como ser la deuda espuria de “Itaipú” (hoy develada al pueblo); los mismos contratos estatales fraguados en licitaciones “transparentes” en boca de los funcionarios peros selladas con “gran corrupción” a favor de ciertas y determinadas personas o instituciones, normalmente de capital privado, y normalmente sin ningún fin, precisamente, filantrópico.

La realidad y la corrupción

Trabajar por un país o tratar de mejorar la vida, sin atropellar los legítimos derechos irrenunciables, de los ciudadanos, dentro de una sociedad democrática es la función de todo político. Y si llega al poder está aún más comprometido ante el pueblo que lo eligió que espera solucionar sus problemas con él. En el caso del candidato perdedor también está obligado, moralmente al menos, a buscar demostrar la verdad. Ante este juego de la realidad democrática está “la corrupción”: Que no tiene frontera, país, nación ni raza; todo puede constituirse en elemento utilitario para conseguir sus objetivos, generalmente económicos. Al trabajar en sistema, siempre está instalada antes de que asuman los nuevos gobiernos.

El trabajador y la corrupción

En nuestro país el trabajador está totalmente desprotegido por la incapacidad de los sindicatos estatales: Ya que solo sirven para aceptar propuestas patronales en perjuicio de los trabajadores, quienes tampoco se animan a reclamar por miedo a perder su lugar de trabajo. La necesidad de  volver a conseguir un empleo estable y si es posible en el Estado disfrazado paraliza. Es mejor callar y vivir aceptando la injusticia impartida por los dirigentes de los grandes sindicatos, nidos de verdaderos oportunistas que utilizan un sindicato para solucionar sus problemas personales (principalmente los económicos) en perjuicio de sus propios compañeros de trabajo. La corrupción sistémica en el campo de las empresas públicas hace imposible que se haga cumplir el respeto a los trabajadores en sus derechos; los empleados viven peor que en épocas pasadas, el miedo los envuelve y los vuelve imbéciles sin capacidad de entender y defender su propio derecho.

La impunidad y la corrupción

A simple conocimiento nos parece que la impunidad es la máxima expresión de la corrupción, sin embargo, solo constituye un elemento de la “pequeña corrupción”; ya que, al constituirse en forma subjetiva la gente lo percibe como injusticia en cada caso particular. Esto sucede en cada uno de los poderes del Estado y en las relaciones particular-Estado, donde normalmente a éste se lo despoja de más presupuesto afectando, finalmente, a una persona o una institución en particular. La realidad en cuanto al castigo de los delitos de corrupción es que al ser cometidos y conocidos el quién o quiénes están comprometidos en el hecho, que al tener protectores políticos fuertes dentro del gobierno quedan impunes, pero se hace figurar al fuero, la prescripción o un mal planteamiento a propósito de los encargados de la justicia, mano ejecutora de los politiqueros, a quienes muchas veces deben el cargo. Cargo que debe ser mantenido a como de lugar, porque la profesión es muy dura en un país subdes