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La corrupción y los kamikazes

Me decía un parroquiano de Alberdi: “El país está manejado por kamikazes a favor de la corrupción sistémica, ofreciendo y jugando al mejor postor con los bienes de la República”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación de todo poder se sirve de la falsa percepción del ciudadano. Nuestra democracia medio renga y frágil, camina al margen de un Estado de derecho, movido por la ciudadanía, alguna más precavida que otra para utilizar el espacio político, diciendo la verdad sobre los hechos, actos y prácticas de la corrupción en el país.

La corrupción y la parodia

          “Esta democracia, con libertad de acción y pensamiento, nos muestra diariamente una parodia, en vivo y en directo, de la corrupción sistémica”, me decía un altoparanaense utilizando un eufemismo.       Según la TGC, todo poder que cae en ignorancia utiliza estructuralmente a la ley y las atribuciones que ésta le otorga, aumentando privilegios de cercanos y favoreciendo a círculos económicos internacionales a los cuales se adhiere. A eso se llama instrumentar la ley.

La corrupción y los promeseros

“La razón del respeto en política es tratar de cumplir con lo prometido, ante los componentes de una sociedad, que elige por medio del voto” —me decía por teléfono un parroquiano del Alto Paraná. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, puede generar con la percepción, una gran injusticia. Lo prometido a la gente, sobre tal o cual práctica, hecho o acto, debe ser honrado. Sin embargo, rara vez un político puede cumplir en nuestro país, tan carente de principios y civilidad, descuidados en la educación pública y social. Es el desconocimiento sobre la propia democracia, con libertad de acción y pensamiento.

La corrupción: intencionalidad mediática

   Un parroquiano de Alberdi me decía: —“La propaganda en los medios de prensa, de que se hacen obras o se invierte dinero del pueblo, siempre juega a favor de la corrupción sistémica. Porque no ayuda al análisis, solo se busca impresionar”.    Según lo estudiado por la TGC, lo mediático, forma la percepción, que podría favorecer a la ocultación de actos de corrupción.    A veces la gente no comprende que la corrupción sistémica necesita tanto del poder, como éste necesita de la ley, para lograr los objetivos económicos en la sociedad.

Francia y el curacionismo

“Como a pesar de que los paraguayos no constituyen un pueblo literario, muchos de ellos saben deletrear y leer, y no carecen de cierto sentido capaz de discernir lo que es verdadero y lo que es falso, no hay que perder todavía la esperanza de que, de aquellas regiones, pueda venirnos una verdadera Vida de Francia”. Oración fúnebre escrita por Thomas Carlyle desde Londres destacando “como uno de los más notables fenómenos sudamericanos” el gobierno del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia, en ocasión de su fallecimiento. Nos hemos cuestionado, repetidamente, acerca del significado de este “nuevo” término introducido al lenguaje de las ciencias sociales y políticas: ¿Es acaso el curacionismo la tendencia formativa de una concepción reparadora o sanadora de la sociedad como conjunto , como ente social? O es, tal vez, la “cura” y mejoramiento integral del ser humano, de uno o de varios en particular, a través de la interacción grupal o social. Ya sentadas las bases profundas

La corrupción y los actos individuales

   Un parroquiano del Bañado Sur, allá cerca de Cateura , me preguntaba: —“ ¿Los actos individuales son un elemento de la corrupción sistémica?”.    Según la Teoría General (TGC), la ignorancia tiene grados y puede fácilmente ocultar las acciones de cualquier poder, en toda democracia con libertad de acción y pensamiento.

La corrupción y la sociedad civil

Un parroquiano del Bañado Sur, me decía: —“La ignorancia de la Ley no se admite en ninguna sociedad civilizada del mundo. ¿Y aquí en nuestro país?”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder conduce a la distorsión de la Ley. La falta de lectura y de actualización en el sistema educativo nacional, ha creado los analfabetos funcionales. Lo cual permite la promoción de los llamados politiqueros, que acaparan los puestos públicos en democracia. Sin claridad, libertad ni virtud, llevando a sus ocasionales votantes a la simulación; pero dando el viso de legalidad para la buena percepción de la sociedad civil. Manejada económicamente, atrapando a la población más necesitada, que queda en un atolladero, a causa de su aceptación por medio del sufragio.

La corrupción y los recursos humanos

      —“Nuestro país parece que se automatizó a favor de la corrupción sistémica, a la hora de aplicar e interpretar las leyes ambientales, solo se busca imitar pero sin conocimiento, en contra de los bienes naturales”— me recalcaba un asunceno.       Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, permite crear percepción dentro de la estructura del Estado.

La corrupción hace caer Estados

   —“La corrupción sistémica hace caer Estados y no partidos”— me afirmaba un parroquiano del Bañado Sur.        Según la TGC, toda ignorancia en la ocultación del poder, hace tambalear a cualquier sistema.      Mucho se ha hablado sobre el tema de la corrupción sistémica, muy perjudicial para el progreso de las naciones, en todo el mundo. Ahora, como nuestro país está considerado, a través de la percepción, como uno de los más corruptos, vale la pena tratar de llevar claridad, libertad y virtud acerca de este flagelo.

La corrupción y los parientes

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: “—Esta audiencia pública, nos permite testificar que la corrupción sistémica es poder.” Según la TGC, todo poder es naturalmente corrupto y utiliza la ignorancia en la ocultación. Ante el atropello de las instituciones, por parte de familias enteras, distribuidas en los cargos públicos, en los tres poderes del Estado, la administración de Justicia se ve cada día más golpeada. Ya que no tiene renovación ni capacidad, de los funcionarios atascados en los cuadros inferiores y medios.

La corrupción y los proveedores del Estado

—“Aquí en nuestro país tenemos leyes claras y muy realistas contra la corrupción sistémica; pero sin la voluntad de una buena aplicación”— me decía un asunceno al hablar de los proveedores del Estado; tanto de productos  como de servicios. Según la TGC, el poder que no baja la ignorancia en la ocultación, conduce a la injusticia. La costumbre de simulación, tan común en toda estructura corrupta de un Estado, es utilizada en todo poder autoritario, para callar con “participación” económica, a cualquier miembro activo de la sociedad. Así se sostiene la democracia bananera.

La corrupción y la ética personal

—“Hasta hoy la gente y los politiqueros, al tratar la ética personal, piensan que es una cuestión subjetiva, del interior de cada persona. Pero la corrupción sigue arrasando igual, sin manos”— me decía un parroquiano de Alberdi. Según la TGC, el poder sin ética, es poder muerto, en cualquier sistema social o político. A veces nuestros conciudadanos, se adelantan al desarrollo de los valores sociales y tratan de adecuarlo, según su grado cultural, a los administradores del país.

La corrupción y los efectos penales

  —“Al tratar este problema de la penalización de la corrupción, ya sea ésta, simple o sistémica, la jurisprudencia nacional tiene una gran laguna, igual o mayor que el propio Cateura”— me afirmaba un lugareño del Bañado Sur, entre risas y gritos.   Según la TGC, todo poder es naturalmente corrupto, por su estructura misma y predisposición; por esta razón los gobiernos deben luchar, primero, para bajar la ignorancia en la función pública, para luego disminuir la corrupción.   Nuestra democracia, con libertad de acción y pensamiento, unido al compromiso del cuarto poder de ir cooperando, para enseñar a todos, sean o no ciudadanos de un país, sobre la claridad, la libertad y la virtud, para garantizar la vigencia del principio de bien común.

La corrupción y las obras sociales

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: “—Es increíble cómo se han cuadruplicado las obras sociales; pero al servicio de la corrupción sistémica.” Según la TGC, toda ignorancia en la ocultación del poder, genera una percepción pública de transparencia en la gestión. La necesidad de muchos en todo el país y la costumbre de soluciones parches, en las cuestiones sociales, hace surgir, diariamente, más y más carenciados o simples aprovechadores.

La corrupción y la interpretación judicial

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: —“Aquí los que mandan en la Justicia, hacen lo que les conviene a favor de la corrupción sistémica; en nombre de la Ley y perjudicando a la gente”. Según la TGC, la ignorancia de la ley, en la ocultación de todo poder, tiene sus grados. Para que la Ley pueda ser aplicada a un caso específico, en la administración de justicia, debe ser necesariamente interpretada, por los encargados del juzgamiento de los hechos. Al apartarse de los principios de claridad, libertad y virtud, se cae en ignorancia de la ley, lo cual desemboca en corrupción sistémica; que, a simple vista parecería un simple hecho o “error” sin importancia. Esta percepción es lo que hace perder al pueblo, todo interés de colaborar con la justicia.

La corrupción y los factores sociales

Me repetía un alto paranaense : —“Nosotros estamos acostumbrados a las posibilidades, de los factores sociales; pero siempre movidos por la corrupción sistémica, que no se puede ver a simple vista”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, crea la percepción necesaria, para mantener escondidas, las intenciones de los grupos de interés, a costa de la estructura gubernamental. La democracia, la libertad y la primacía del Estado de derecho, tal vez no sean la perfección: pero es el único sistema que admite el disenso, para la construcción de la sociedad.

La corrupción y la curación social

Respuesta a pregunta, Sra. Esmeralda de Arica, Chile. La meta de todo movimiento, primero, es consolidarse en armonía y luchar por sobresalir ante la misma sociedad que los reúne, para tratar de mejorar la situación del país; y, como pude ver, su agrupación busca principalmente la disminución de la corrupción. Con el conocimiento de la Teoría General de la Corrupción (TGC), base de la doctrina de la curación social, podemos afirmar que la disminución de la corrupción sistémica  se logra haciendo que el poder, elimine todo mal uso de la estructura que se realice por medio de la ignorancia. Muchos se preguntan—ocurrió en nuestro movimiento—cuál sería la solución en el ámbito de la sexualidad, de la expresión, del aborto, la marihuana y otros tipos de droga. Cuál será la postura ante la opinión pública. El curacionismo es un movimiento político filosófico, pero de carácter científico jurídico, cuyo objetivo es conocer, en primer lugar la corrupción y su incidencia en la

La corrupción y la retórica

Un parroquiano de la ciudad de Alberdi, me decía: —“Mucha retórica en Yasyretã; pero, la corrupción sistémica es la que manda en la entidad binacional”. La TGC, explica, que “todo poder conforma la estructura necesaria para llevar adelante sus objetivos de gobierno”. La ciudadanía está cada día más preocupada, por los constantes hechos, actos y prácticas de la corrupción sistémica, movida hábilmente sobre “espejitos y promesas”, de comerciantes de baratijas, tan abundantes en la política internacional: en perjuicio de nuestros intereses legítimos, sobre los recursos naturales y las posibilidades ciertas, a favor del progreso del pueblo paraguayo.

La corrupción y los datos estadísticos

—“Las noticias de la prensa, nos presentan los datos estadísticos: ¿Porqué somos considerados como los primeros en corrupción?— me decía un alberdeño, con cierta gracia. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, puede relativizar hasta la Ley a favor de la corrupción sistémica, en un país. Toda ciencia es el camino para visualizar, un hecho, un acto o una práctica repetitiva, que necesita ser tratada, previa descripción precisa, para progresar intelectualmente a favor del país.

La corrupción y la obligación ética

Un poblador del Alto Paraná me decía: —“La obligación ética, siempre desconocemos, para dar lugar a la corrupción sistémica”. Según la TGC, todo poder es irremediablemente corrupto, por lo cual debe estar vigilando sus estructuras permanentemente, a fin de que pueda ser depurado; bajando la ignorancia. En la perspectiva de la prensa, estamos en un país democrático, cuando existe libertad y Estado de derecho mínimamente posibles de respetar. De lo contrario, caería en un sistema autoritario, de facto, al servicio de los politiqueros, animados totalmente en la corrupción sistémica. Olvidando cumplir su obligación ética.

La corrupción y las amenazas

—“La Ley del ‘talión’ es inaplicable; amenazar debe ser la corrupción sistémica en acción”— me decía un parroquiano del Bañado Sur. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, debe tratar de ser corregida, en toda administración, si es que hay verdadero interés en mejorar. Esta costumbre de combatir a la corrupción, con declaraciones poco efectivas, solo demuestra la falta de información sobre la materia; un flagelo llamado corrupción sistémica, que nos sigue posicionando como los “primeros del mundo”. Justamente por pretender subjetivizar y relativizar con lo ético y moral, una realidad eminentemente de carácter jurídico-social.

La corrupción secundaria

—“Aquí hasta a los estudiantes secundarios, se los utiliza para hacer aprobar, cualquier futuro “clavo”, al son de la corrupción sistémica”— me decía un alberdeño. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, es la que permite la sistematicidad de los hechos de corrupción, en una estructura estatal. La ciudadanía en democracia y libertad, con Estado de derecho; va teniendo conciencia de su rol en el saneamiento, gracias a la prensa.

La corrupción y los vertederos

—“La corrupción sistémica convirtió en vertederos los mercados, como máximo signo del populismo”— expresaba un parroquiano, cerca de Cateura. Según la TGC, la ignorancia del poder, tiene resortes capaces de usar la percepción, para manejar las estructuras de las instituciones, según los intereses particulares; contrariando el bien común. Nuestra democracia en libertad, tratando de respetar un Estado de derecho; frente a la necesidad de modernizar los mercados públicos asuncenos, utilizando los recursos de las binacionales. Puede notarse que se busca callar a la prensa, mostrando que algo se hace con la ingente plata, en coincidencia con la próxima campaña electoral para la reelección.

La corrupción y la estafa intelectual

Me decía un parroquiano, del Alto Paraná: —“Aquí lo que más abunda es la estafa intelectual, con el amparo de la corrupción sistémica”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, puede lograr realización de cualquier actividad, con el solo afán de recaudar para los amigos. El reordenamiento de un sistema autoritario “bananero”; en uno democrático y representativo; con libertad de acción y de pensamiento, debe ser lo más difícil para un país subdesarrollado. Ya sea por la gran necesidad económica, generada por sus monopolios; tanto, por la gran politiquería incubada cada año. Ese es el caldo de cultivo perfecto, para que los hijos directos del pasado, hoy estén plenamente acomodados en el poder.

La corrupción y la calidad cívica

Me decía un parroquiano de Alberdi: —“Mientras la conciencia cívica no se levante, el país estará dominado por la corrupción”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, es la que ocasiona las emergencias y acomoda todo en cualquier sistema de gobierno. Nuestra democracia, manejada por muchos politiqueros peloteriles, resulta en la sumatoria, una cierta mejoría, al comparar, tal vez, con los Estados autoritarios a ultranza que siguen vigentes en el mundo.

La corrupción y los disfrazados

—“Hay 5000 vacancias, en la función pública, de cara a corrupción sistémica nacional”— me decía un parroquiano del Bañado Sur, algo preocupado. Según la Teoría General de la Corrupción, todo poder tiene en sus manos la posibilidad real de bajar este flagelo: pero antes debe disminuir la ignorancia en la ocultación de estructuras. La gente va sintiendo en su piel, la importancia de una democracia verdadera; para levantar la conciencia y buscar el desarrollo, a través del respeto de las leyes y la Constitución, tanto en su cumplimiento obligatorio como en su correcta interpretación. Sostenido en un Estado de derecho igualitario, con libertad de acción y pensamiento, que últimamente, a nuestro país, le va dando su verdadero contrapeso; para sobrellevar la osada “percepción” y la transparencia fomentada en todo el mundo.

La corrupción y los turistas

Me decía un parroquiano, del Alto Paraná: —“Aquí, muchos turistas que llegan y hacen sus compras, al salir, comprenden la importancia de la corrupción sistémica, comparando con su país”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, que tiene sus grados, produce las necesidades y carencias de un país. En todo. Los simples cambios y nuevos cargos, solo encarecen la política del Estado, mostrando inestabilidad: que afecta a la gente más pobre, pero genera “felicidad”, entre los más favorecidos; ya sea por la ubicación social, el abolengo o la repartija de los puestos públicos y negocios de jerarquía, en su mayoría, relacionados con los entes binacionales.

La corrupción y los responsables

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: —“Los responsables de la corrupción sistémica están a la vista de todos, pero sin ser molestados”. Según la TGC, todo poder, naturalmente corrupto, requiere de la ignorancia para mantenerse tal como está. El cuarto poder tiene una larga lista de imputados, por corrupción sistémica, con detalle de los perjuicios causados a la población; pero hasta hoy los involucrados siguen ejerciendo funciones normales, ajenos al accionar de la justicia.