Un
parroquiano de la ciudad de Alberdi, me decía: —“Mucha retórica en Yasyretã; pero, la corrupción sistémica es la que
manda en la entidad binacional”.
La TGC,
explica, que “todo poder conforma la estructura necesaria para llevar adelante
sus objetivos de gobierno”.
La
ciudadanía está cada día más preocupada, por los constantes hechos, actos y
prácticas de la corrupción sistémica, movida hábilmente sobre “espejitos y
promesas”, de comerciantes de baratijas, tan abundantes en la política
internacional: en perjuicio de nuestros intereses legítimos, sobre los recursos
naturales y las posibilidades ciertas, a favor del progreso del pueblo
paraguayo.
—“Ya la gente está manejando la retórica de
los amigos y correligionarios, sabe y conoce sus claves”—me
repetía el alberdeño—“Nos deja lejos de
buscar la claridad, la libertad y la virtud, en un Estado de derecho
democrático. Este mes de enero, debe ser el mes de las promesas y posibilidades,
para mover el presupuesto estatal, simulando llevar cualquier tipo de cursos o
cursillos, para facturar. Total la rendición transparente a fin de año”.
—“Lo que nosotros decimos y hablamos, tal
vez esté lejos de la realidad, ya que la ignorancia, siempre gana en el poder
del país”.
Hemos
sido testigos de innumerables irregularidades, testificadas ante el público en
general, sin el menor signo de justicia. Ya sean contratos o guardias de
seguridad. Todo queda en la simple retórica de los poderes.
—“Parece que se cortarán muchas manos”—decía
el poblador del Sur.
Pese a
todo, la ciudadanía está comenzando a capitalizar toda la información que
recibe día a día. Adquiriendo conciencia política. Lo cierto y lo concreto, es
que se debe mejorar la ley para tipificar de manera más exacta, y así
esclarecer esta colada de la corrupción sistémica en el país, superando la mera
discursiva y retórica politiquera.
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