Me decía un parroquiano, del
Alto Paraná: —“Aquí, muchos turistas que
llegan y hacen sus compras, al salir, comprenden la importancia de la
corrupción sistémica, comparando con su país”.
Según la TGC, la ignorancia
en la ocultación del poder, que tiene sus grados, produce las necesidades y
carencias de un país. En todo.
Los simples cambios y nuevos
cargos, solo encarecen la política del Estado, mostrando inestabilidad: que
afecta a la gente más pobre, pero genera “felicidad”, entre los más
favorecidos; ya sea por la ubicación social, el abolengo o la repartija de los
puestos públicos y negocios de jerarquía, en su mayoría, relacionados con los
entes binacionales.
Mientras, los sufridos
campesinos e indígenas, viven proclamando la esperanza, de un tiempo olvidado,
tratando de recuperar sus ecosistemas y recibir limosnas de quienes los han “vendido”.
Con los verdes, es como se los puede hacer callar, al menos por un período
fiscal o financiero. Acompañados de la prensa populista, que sigue confundiendo
a la gente sobre lo que debe ser la política.
Tenemos que tratar de cuidar
más a los turistas, no abusando en los precios de alimentación. Las ganancias
en este rubro, no son de un día; llevan años y deben estar culturalmente
estructurados. De lo contrario, el mote de “país más corrupto”, seguirá siendo
el bocadillo en el mundo.
De la capital verde, trazada
en el desvarío electoralista, entre empanadas y tragos, las calles apenas
aguantan un chaparrón—hasta a los extranjeros
se los han llevado el raudal—con las rutas sucias y sin baño. Sumado a las
multas desmedidas y la nula seguridad.
Ni hablar de los cauces de
agua, ríos y arroyos, usados como vertedero bioquímico, en las propias bocas de
expendio de agua.
Nuestro lago musicalizado y
poético, va tomando el aspecto de un monstruo verde gigante, poblado de algas y
cianobacterias.
Mientras se disfruta en las
costaneras, se siguen concretando los préstamos internacionales, a espaldas del
pueblo, tratando de recuperar “el lustro perdido” por un signo político, o
grupo de amigos. Así es como aumenta la bola de nieve, que con el tiempo se
hace imposible de sanear.
—“Los puntales decentes de la política, están achicharrados,
ante la opinión pública, con la propaganda de supuesto progreso—mencionaba el paranaense.
Así es como la clase trabajadora
del país y los turistas, siguen sin comprender el precio de la corrupción
sistémica para el Paraguay.
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