Me decía un parroquiano del
Bañado Sur: —“Los responsables de la
corrupción sistémica están a la vista de todos, pero sin ser molestados”.
Según la TGC, todo poder,
naturalmente corrupto, requiere de la ignorancia para mantenerse tal como está.
El cuarto poder tiene una
larga lista de imputados, por corrupción sistémica, con detalle de los
perjuicios causados a la población; pero hasta hoy los involucrados siguen
ejerciendo funciones normales, ajenos al accionar de la justicia.
La facilidad que brinda la
democracia, para publicar una lista, nómina o presupuesto, juega en la percepción
de la gente: que considera que existe inacción, de parte de los encargados de
administrar justicia.
Sin embargo, la única
función real de la prensa, es informar a la población, sobre la verdad de los
hechos, actos y prácticas de corrupción; fomentando la libertad y la enseñanza
para la buena política.
Todo sistema político tiene
sus responsables directos, quienes deben tratar de bajar este flagelo.
—“La simple enunciación en una lista, cada vez más larga, la
conocemos nosotros, desde las más remotas épocas del país. Siempre hubo listas,
para todo”—esgrimía
el asunceno, ciertamente indignado.
La ignorancia, en sus tres
grados, es la que más facilita al poder, acomodando, según intereses personales
o de grupo, las propias disposiciones legales.
Mientras no haya una posición
clara, por parte de los grandes partidos, con relación a la claridad, la
libertad y la virtud, el silencio será todavía la constante, en el manejo de la
cosa pública. Lo cual sigue otorgando preeminencia, al poder y sus autoridades,
frente al pueblo y sus necesidades.
Así es como se colocan
préstamos cada día más grandes, licitaciones incumplidas; apretando el estómago
de la gente, cual peajero de los bañados.
Es hora de los suplentes, la
primera está muy ajada. La juventud, generalmente da muchas esperanzas, pero en
el poder y la política, tiene sus tonos de difícil determinación.
Aunque tiene premisas
interesantes, el diálogo y la responsabilidad, deben servirse de la ciencia,
como medio para transformar un país.
Con cada temporal, se
acrecienta la ignorancia en la ocultación del poder, al ver las obras
recientemente inauguradas y destrozadas, por incumplimiento y la vista gorda de
los encargados de aceptar; últimos responsables ante el pueblo, que debe pagar
su precio, finalmente.
Esa sigue siendo la obra
magistral del populismo, con libreto y dirección extranjera, fórmula de antaño,
para tratar de saquear más los recursos naturales del país, confundiendo al
Estado con empresa privada, destinada al lucro; encubriendo a la corrupción y
sus responsables, por ignorancia.
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