—“Las noticias de la prensa, nos presentan
los datos estadísticos: ¿Porqué somos considerados como los primeros en
corrupción?—me decía un alberdeño, con cierta gracia.
Según la
TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, puede relativizar hasta la Ley a
favor de la corrupción sistémica, en un país.
Toda
ciencia es el camino para visualizar, un hecho, un acto o una práctica
repetitiva, que necesita ser tratada, previa descripción precisa, para
progresar intelectualmente a favor del país.
Estos datos
estadísticos, que muestran los casos de corrupción, le están enseñando a la
gente sobre la importancia de bajar este flagelo, si pretendemos,
políticamente, progresar en el mundo democrático y social.
La gente de
tierra adentro, mínimamente preocupada en la realidad, la libertad y la virtud,
compara objetivamente estos datos, con la gran promoción a favor del país;
gracias a una encuesta tipo “telenovela”, sin ciencia; pero sí con mucha venta
publicitaria y populista.
Hay que
tener en cuenta, que los datos sirven tanto a la prensa, como a los ciudadanos,
para comprender la verdad y tratar de corregir, para no volver a caer en las
mismas, ya sea en el presente o en el futuro.
La política
prebendaria, está al servicio de la ignorancia, sin importar el perjuicio a los
más necesitados y las instituciones públicas, movidas hábilmente, con declaraciones
de intención democrática, pero que ocultan la esclavitud económica, a la que se
quiere seguir sumiendo a nuestro pueblo.
Hoy la
ciudad sigue sucia, por corrupción sistémica, en las administraciones, mientras
sigue la apuesta por la reelección.
Los
hospitales tienen todo tipo de insuficiencias, por la falta de efectividad en
la lucha anticorrupción y la seguridad sigue tan igual o tal vez peor.
Con los
mismos males, los años van pasando, mientras solo existe promesa en la
propaganda, para tratar de cubrir la ignorancia en la ocultación, con datos
estadísticos que sirven de parche para los déficits.
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