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Mostrando las entradas de noviembre, 2014

La corrupción y la libre concurrencia

Nuestra democracia ha comenzado a levantar los conceptos, exigiendo a los actores políticos, cumplimiento de la Carta Magna; posiblemente, con una sugestiva intención de evitar, de manera un poco más visible, la corrupción sistémica. Ese parecería ser el tenor de lo manifestado, recientemente, sobre el respeto de la libre competencia : un concepto clave, para una economía de mercado. Según la TGC, si la ignorancia en la ocultación del poder, se utiliza a favor de una persona, o, de un grupo específico de interés, se convierte en injusticia.

La corrupción y el populismo

Me decía un parroquiano del “Bañado Sur”: —“Aquí, las promesas de los politiqueros ya nos da calambre; pero la corrupción sistémica no baja”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder hace estragos en toda sociedad inculta. El objetivo de toda política, por lo tanto, debe ser “ buscar el bien común ”; pero si los actores políticos, no están a la altura, para construir esta realidad, son simples politiqueros al servicio de pretensiones personales.

La corrupción y la venalidad pública

“Aquí en nuestro país nos conocemos todos , —me repetía sonriente un parroquiano del Bañado Sur, mientras veía pasar una cuatro por cuatro frente a él— no puede bajar la corrupción”. Según la TGC, si el poder no trata de comprender a la corrupción sistémica, cuidando sus estructuras, hay injusticia. Hasta hoy existen ciudadanos que consideran a la corrupción, solo como los hechos, actos o prácticas realizadas por alguien carente de conocimiento o falto de ética. Es decir, se hace primar lo subjetivo.

La corrupción y el "no teórico"

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: —“Estamos cansados del “no” teórico y la corrupción sistémica que nos agobia”. Según la TGC, el poder siempre debe bajar la ignorancia, para no caer en el descrédito. Bien sabemos que existen dos clases de corrupción en el mundo entero: la pequeña y la grande. Ésta última, se denomina “sistémica”, y son sus actores, los encargados de todo poder público. Sea cual sea el sistema político que se practique.

La corrupción y las áreas rurales

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: —“Mientras sigue la idea, en la mente, que uno hace política para solucionar su propia situación, habrá ignorancia y falta de justicia”. Según la TGC, todo poder debe tratar de bajar la ignorancia y buscar la justicia. Nuestra campiña tiene sus sabores peculiares y la gente comienza a darse cuenta, cuán difícil es hacer comprender a los ciudadanos, la importancia de participar en la política; para buscar el bien común.

El conflicto ético*

*Extraído de la primera parte de la conferencia “Hacer crecer”, 2014. Doctrina curacionista. La realidad dentro de toda estructura social, es que los personalismos se  aíslan, dando mayor lugar a los equipos: Ahí es donde se pone en duda la ética personal, evaluándose una moral de grupo. De necesario respeto, para permanecer como parte de ese órgano; de trabajo, de interacción. La situación se agrava en la función pública, donde los intereses políticos se confunden con los económicos, la mayoría de las veces, de carácter personal o individual. Allí es donde surge la pregunta de los jóvenes; y, de los no tan jóvenes también. ¿Cuál es la utilidad actual de la política? Si todo aparentemente, pasa por lo económico. Porqué no se reconoce simplemente, que la política es un gran negocio. Así dicen, así decimos. Es por eso que hemos tratado de investigar a la corrupción, como una ciencia, para su estudio y comprensión. Solo así pueden entenderse los fenómenos y realidades de nuest

La corrupción y la obediencia política

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: —“Aquí, la única obediencia que existe: es para la corrupción sistémica, de la cual son responsables los políticos”. Según la TGC , la ignorancia en la ocultación del poder, se maneja en la política y en la interpretación de la ley. Al tener un sistema democrático, la gente puede, fácilmente, comprobar el origen de los males sociales; del presente o del pasado. Pero, el cuarto poder, juega un papel trascendental, para que la información provista a los ciudadanos, pueda, realmente sanear la política y no solamente publicitar, promocionar y posicionar, a la politiquería , como el statu quo. Como parte del folclore, pretendiendo hacer creer que tiene nuestra aceptación cultural.

La corrupción "tiene mal olor"

Nuestro país está siempre en la “cuerda floja”, tanto en su política interna, como en las relaciones internacionales. Y, en lo que a éstas respecta, la corrupción sistémica se encarga de producir el “mal olor”, en cualquier proyecto o gestión pública, que busca solo el lucro parcial; a costa, de la salud y el bienestar general de la población. En mi Teoría General de la Corrupción (TGC) he planteado, que el poder, en la mayoría de las veces, se sirve de la ignorancia en la ocultación, la cual lleva, inexorablemente, a la corrupción en un gobierno. Cada día existe mayor preocupación entre los ciudadanos, frente al accionar de nuestros vecinos y la seguridad del medio ambiente. Viendo diluirse los artículos y preceptos, establecidos en Tratados internacionales ratificados, por todos los países de la Región, en simple retórica aguada de la diplomacia mercosuriana .

La corrupción y el juicio político

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: —“Parece que en el país, los “juicios políticos”, anuncian que habrá cambio de Presidente de la República…”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación de los poderes puede tener inesperadas consecuencias. Por la facilidad para realizar hechos, actos y prácticas de corrupción sistémica, la gente piensa que, cuando se pide esclarecer, algún acontecimiento público, con respecto a los encargados de cierto poder del Estado, lo único que valen son las especulaciones; por adivinar los resultados posibles.

La corrupción y la discriminación

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: — “Este será uno de los países con mayor igualdad constitucional; pero, con la más alta discriminación y corrupción sistémica, del mundo”. Según la TGC, el poder siempre utiliza a la Ley, a través de la ignorancia en la ocultación, en cualquier sistema. Aquí muchos no comprenden, que una norma constitucional, de orden declarativo de derechos, prácticamente no necesita de reglamentación, para que sea de cumplimiento obligatorio, a favor de los afectados en una cuestión específica o genérica. Tal vez lo que sucede, es que la ciudadanía está muy acostumbrada, tal vez, a a fijarse en lo que sucede en países más adelantados; olvidando conocer mejor, los principios constitucionales y régimen jurídico de su propio país.

La corrupción y la cara del cliente

Me decía un alto paranaense: —“Si aumentando las penas se soluciona la delincuencia y la corrupción; muchos Estados del mundo serían la maravilla en la realidad social”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación de los poderes, utiliza a la ley en la interpretación. Este juego perverso, se puede decir, es el arma de la corrupción sistémica en el mundo entero; por eso, la simple arrogancia, de dar solución al flagelo número uno del mundo, anidando promesas y modificaciones, ya no caben en un Estado de derecho respetuoso. Eso hasta el más distraído de los ciudadanos lo sabe.

La corrupción y el saneamiento moral

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: —“Aquí nosotros necesitamos todo; pero lo peor es la corruptela de la promesa; en nombre de los pobres y desprotegidos”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, puede levantarse, sobre falsas expectativas personales. Ante la realidad de que debe ser enseñada, la política, como ciencia, para que los electores puedan comprender, lo que entra en juego con su voto: Aquí siempre la hemos usado como una solución mediática, inmediata, a favor, supuestamente, de los más necesitados. Elevando al predicador, como representante en tal o cual partido, quedando nuevamente el votante, pensando que fue burlado por la política. Sin posibilidad alguna de sanear la sociedad.

Lo que sabemos sobre corrupción

Lo que mayoritariamente, la gente maneja, como un concepto de corrupción: Resultan ser los perjuicios causados, por ella. Porque son las cosas que se ven. Los daños al Estado, el robo, el abuso de poder. Son todas consecuencias directas, de un sistema, anterior y estructurado en el poder. Por lo tanto, la única forma de prevenir tales daños o consecuencias, es comprendiendo la causa del problema.

La corrupción y el ataque verborrágico

La corrupción dejó de ser, hace un buen tiempo, un secreto político. Una situación oculta, cuyo análisis estaba prohibido. Por eso, podríamos decir que la corrupción, ha superado las etapas, de infancia y adolescencia. Hoy, es un fenómeno adulto; maduro y sistemático, que ya no puede, ser explicado, a la gente, con fábulas; con  cuentitos y falsas creencias. El simple ataque verborrágico, pseudomoralista; contra la corrupción, ya no es suficiente.

La corrupción y las oportunidades

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: —“Las oportunidades sobran en el país, para la corrupción sistémica”. Según la TGC, si un poder no puede corregir la ignorancia, como ocultación, desemboca en corrupción sistemática. Hasta hoy los administradores de turno del país, siguen tratando a este flagelo de manera romántica y subjetiva, olvidando que la corrupción, es un sistema establecido, que necesita de procedimientos especiales, para su disminución efectiva.

La corrupción y la temperatura

Un parroquiano preocupado por la temperatura y los juegos futboleros, me decía: — “Aquí en Itá, sin ambulancia se apeligra grandemente a los jugadores de futbol de la Liga”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación rompe cualquier esquema, ya sea éste deportivo o social. “Estamos preocupados —insistía este ciudadano de tierra adentro— hay mucha actividad deportiva, pero muy poco se preocupan, los dirigentes de hacer cumplir la Ley de la APF, donde se prohíbe todo juego sin médico y ambulancias. Así como el cambio del horario de los partidos. Este sol prácticamente puede cocinar vivo a un ser humano, jugando en horas pico”.

La corrupción y el techo de paja

Me decía un parroquiano del Bañado Sur. —“Al final, cada día se va demostrando los techos de paja de la corrupción sistémica”. Según la TGC, toda ignorancia en la ocultación del poder, trae sorpresas y resalta la injusticia de un país. Nuestra sociedad se despertó, con grandes sorpresas, con respecto a la organización de la corrupción, en todos los niveles, que se hace más cruda y visible en las fronteras del país: pasta facial del crimen organizado.

La corrupción y el pueblo

“La vida actual, ha cambiado para la población” —me decía un altoparanaense . “Hoy el pueblo está a merced de la corrupción” . Según la TGC, si el poder, corrupto por naturaleza, no baja la ignorancia en la ocultación, resultará siempre injusto. Tal vez siempre fue así la vida, en todo el Paraguay. Lo cierto es, que al suceder  un hecho, acto o práctica de corrupción sistémica, hoy se puede visualizar objetivamente la situación. Desprotegido el pueblo, casi nunca armado y entrenado, para enfrentar, al estilo americano, este sistema gansteril de la época de los años cincuenta. Como sí ocurrió en otros continentes.

La corrupción y la libertad de expresión

No existe un condimento más necesario y utilizado, en una democracia verdadera, que la libre expresión; pero, que en contrapartida, es muy perseguida, para que no dañe los intereses de la corrupción sistémica en todo poder público. Según la TGC, todo poder tiene a su favor interpretar la Ley. Es su prerrogativa. Conocida en el vox populi “ el que manda hace y aplica la ley ”, cerrando incluso la posibilidad de exigir la buena interpretación. Este sistema, llamado en toda Latinoamérica “democracia bananera”, sostenida generalmente con gobiernos de facto, contiene una gran propaganda de “libertad”. Sin embargo, en la práctica política, el Estado de derecho sufre grandes grietas. En casi todos los Estados de América, el principio de libertad de expresión y de idea, se constituye en catecismo; sustentados en la Carta Magna, para tratar de salvaguardar la buena interpretación, que no permite caer en la corrupción sistémica.

La corrupción y la calesita

Me decía un parroquiano del Bañado Sur, cerca de “Cateura”: —“La sistema calesita, al nombrar a dedo, quienes van a ser los encargados institucionales, solo aviva la corrupción sistémica”. Según la TGC, el poder y su estructura, deben luchar contra la ignorancia, que es injusticia. Los últimos acontecimientos nacionales, están mostrando de cuerpo entero a la ciudadanía, el porqué se debe entender a cabalidad lo que es la corrupción sistémica; y su diferencia, con la fácilmente visualizada, pequeña corrupción o contra ley, ante la opinión pública.