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Mostrando las entradas de agosto, 2014

La corrupción y las aventuras económicas

A manera de conseguir la ‘conquista económica’, sin importar los medios, la gente utiliza al Estado y cae en corrupción sistémica, en nombre de los poderes. Según la TGC, todo poder, por ser naturalmente corrupto, necesita un riguroso control sobre la ignorancia en la ocultación. Nada más difícil, para cualquier tipo de administrador de potestades: el auto-controlarse, con el fin de superar los embates de la corrupción en sistemas.

La corrupción y el blanqueo

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: — ¡Qué gran blanqueo a favor de los politiqueros, de la corrupción sistémica…! Según la TGC, si no hay control, todo poder está contaminado por la ignorancia en la ocultación. Nuestra democracia va ganando en la opinión de la gente, la comprensión de los conceptos; pidiendo y aclarando las falencias en la administración pública de interés nacional.

La corrupción y las normas

Siguen confundidos algunos miembros del cuarto poder, diciendo que “las normas se relajaron a la corrupción” Según la TGC, si la ignorancia en la ocultación del poder, hace estragos en la percepción de la gente, la injusticia es el pan de cada día. Es bueno tratar de entender que en toda corrupción sistémica, las normas se manipulan siempre a favor del sistema: a través de la interpretación, aplicación o la negación. La base se ajusta, por esa razón, a la legalidad, pero no a la legitimidad que debe tener todo acto público. Esto genera la opinión “la relajación de las normas hacia la corrupción”.

La corrupción y los descuentos compulsivos

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: “Aquí en nuestro país sigue la dictadura y los descuentos compulsivos a los pobres” Según la TGC si la ignorancia en la ocultación del poder, callan a los políticos, lo que sigue es la corrupción sistémica. La verdadera democracia nos permite visualizar, saber y conocer a través del cuarto poder, quiénes son, con nombres y apellidos, aquellos responsables directos de las prácticas, hechos y actos de corrupción.

La corrupción y los contribuyentes

Las prácticas, hechos y actos de la corrupción sistémica, de parte de las instituciones públicas: a veces da miedo a los contribuyentes. Según la TGC, si hay desinterés en bajar la ignorancia en la ocultación del poder, la injusticia se convierte en la única guía. Esta realidad, los contribuyentes la manejan con suma preocupación, ya que aun conociendo nombres y apellidos de los supuestos responsables, los encargados de hacer cumplir los Códigos de ética, en las diversas instituciones de la República, consideran a estos hechos como “sin importancia”. Así se destruyen las bases de las asociaciones y la política en sí mismas, dando como resultado la percepción de las personas comunes, sobre la falta total de justicia y equidad.

La corrupción y los hombres públicos

Me decía un parroquiano del Bañado sur: “Aquí los hombres públicos, están muy confundidos: al servicio de la corrupción sistémica”. Según la TGC el poder puede ser fácilmente absorbido por la corrupción, cuando no disminuye los niveles de ignorancia en su estructura. La simple “disculpa”, usual entre los ciudadanos comunes, es inaplicable a los hombres públicos, ante una sociedad democrática y con un Estado de derecho, vector del buen funcionamiento de las estructuras del poder.

Corrupción: El libro "La curación social", síntesis de la TGC

Es una síntesis de la teoría general de la corrupción. ¿ Sobre qué trata el libro? El libro responde a las tres preguntas fundamentales que tiene toda persona sobre la corrupción:  ¿Qué es la corrupción?              ¿Cómo se origina?, y ¿Cómo combatirla? Es un libro que revela con claridad lo que es la corrupción, desde su origen y cómo funciona en sistema. También se establecen nuevos métodos que permiten al ciudadano común ejercer el poder y combatirla. ¿En qué se basó? Parte de la base de la experiencia, del estudio de casos particulares. Llegando a las características comunes de todos los casos. A través de ese proceso inductivo, pude ir llegando a conclusiones de carácter general.        Paralelamente fui investigando y leyendo a otros autores sobre la corrupción. Por citarte a Klitgaard, que estableció la primera fórmula económica. Heidegger, que estableció una primera gradación de los tipos de corrupción. Y menciono autores par

La corrupción y los conceptos

Me decía un parroquiano de Alto Paraná: “Si no existe corrupción en el gobierno, según el presi, ¿qué es entonces la licitación amañada para la represa de Yguazú?” Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, fácilmente confunde los conceptos, aprovechando la desinformación. Hay nombres, de la actualidad, que han pasado “transparentemente” al servicio del poder. Al licitar “Yguazú” con los japoneses. Muy bien considerados éstos, en su país, en materia anticorrupción. Pero al parecer, el proceder en Paraguay, resultó contaminado, por la corruptela de los administradores.

La corrupción y los cargos públicos

La gente está comenzando a comprender que la corrupción sistémica, es una carga pública devastadora para el país. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, puede descubrirse si es que existe un verdadero sistema democrático. En cambio, en un sistema autoritario, tipo bananero, todo se guarda con siete llaves. Una democracia republicana, abierta y capaz de corregir, se expresa a través de la crítica y el rechazo a sus actores representantes del pueblo soberano, que incumplen con su mandato constitucional. Cuyos hechos, actos y prácticas corruptas son conocidos y sancionados por los tribunales partidarios. Se cumplen los Códigos de ética, dejando de lado a sus infractores, por ser enemigos del propio Estado de derecho.

La corrupción y la clientela política

El manejo de un Estado, no se debe confundir con el de una empresa privada. Aun existiendo vínculos con aquel. Porque al producirse, el más mínimo roce de intereses, privados y públicos, la corrupción sistémica hará estragos; provocando perjuicios graves al erario. Ejemplos en el país, hemos tenido suficientes en la última década. Según la TGC, cuando el poder pretende aplicar principios comerciales, en un gobierno, las políticas públicas adquieren ineficacia. Tanto en el tiempo como en la calidad.

La corrupción y sus administradores

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: “Asunción parece estancada en el tiempo, con sus administradores muy distraídos a favor de la corrupción sistémica” . Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, se confunde fácilmente con la transparencia, como un signo aparente de buena gestión. La manifestación de los vecinos en la crítica, construye la buena democracia; con la cual el pueblo se está comenzando a convencer e identificar. Una razón para vivir en un Estado de derecho, con libertad de ideas y pensamiento: para festejar con orgullo este 15 de agosto, exigiendo a sus representantes electos.

La corrupción y la farsa de la politiquería

En política se debe respetar y procurar no caer en la farsa. Ya que siempre es camino directo hacia la corrupción sistémica, en perjuicio de un partido o asociación; además del daño al resto de la sociedad. Según la Teoría General de la corrupción, todo poder debe luchar para bajar la corrupción sistémica en un país. De lo contrario obra con ignorancia en la ocultación, lo cual hace propicio a los actores, transgredir este principio en toda democracia; pero las consecuencias la pagan, finalmente los farsantes, recibiendo todo tipo de burlas por parte de la opinión pública, en directo desmedro de la credibilidad de las instituciones nacionales, de las cuales son representantes electos.

La corrupción y la reingeniería

Un parroquiano del Bañado Sur me decía, entre risas y apenado: —Nuestro país están manejados por los “reingenieros” de la corrupción sistémica. Según la TGC, la ignorancia ha demostrado ser fiel a la economía,  si el poder no respeta sus principios elementales. Estamos tan acostumbrados a decir alguna barbaridad, para tratar de protestar sobre el manejo de las cosas públicas, con tal de opinar. Hasta el término “reingeniería”, término muy utilizado en finanzas, se aplica, en el criterio de los ciudadanos, para explicar este carnaval económico del gobierno. Donde sólo mejoran los de mayor poder adquisitivo; y se estancan los pobres, al amparo de proyectos rimbombantes, cuyos cultores en las distintas oficinas públicas, ganan salarios de primer mundo.

La corrupción y la misma miseria

Todo buen paraguayo, debe estar arrepentido en este día; en el que se recuerda a nuestros hermanos indígenas, tantas veces explotados por la corrupción sistémica. Según la TGC, todo poder debe tratar de bajar la corrupción para construir mínimamente la justicia. La misma miseria de hace siglos, mantenemos para con nuestros hermanos aborígenes. Usurpamos sus tierras sin piedad y los esclavizamos en la ignorancia; y encima, se espera la misma efectividad de ellos, para que se inserten a nuestra producción económica.

La corrupción y la barbaridad

“A nadie le convence ya la retórica al servicio de la corrupción sistémica”, explica un parroquiano del Alto Paraná. “Confunden, nuestros representantes, política con politiquería democrática” Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, crea la percepción y la primacía de lo económico.

La corrupción y los salarios

“Por algo somos campeones en corrupción”, me decía un parroquiano del Bañado Sur, al escuchar los salarios de primer mundo que perciben algunos. Según la TGC, la ignorancia es elemento de la corrupción sistémica, en todo sistema de poder. Sumado a la falta de ética, de nuestros representantes, nos da como resultado la realidad en el manejo de las cosas públicas. Que consigue hasta que la administración de justicia, caiga en el prevaricato, tipificado y penado por ley. Se debe comenzar a exigir la aplicación, de las penas previstas para este grave delito en la función pública. Para mejorar nuestra democracia, y devolver al pueblo su confianza en las instituciones de nuestro Estado de derecho.