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Mostrando las entradas de febrero, 2015

La corrupción y la sociedad civil

Un parroquiano del Bañado Sur, me decía: —“La ignorancia de la Ley no se admite en ninguna sociedad civilizada del mundo. ¿Y aquí en nuestro país?”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder conduce a la distorsión de la Ley. La falta de lectura y de actualización en el sistema educativo nacional, ha creado los analfabetos funcionales. Lo cual permite la promoción de los llamados politiqueros, que acaparan los puestos públicos en democracia. Sin claridad, libertad ni virtud, llevando a sus ocasionales votantes a la simulación; pero dando el viso de legalidad para la buena percepción de la sociedad civil. Manejada económicamente, atrapando a la población más necesitada, que queda en un atolladero, a causa de su aceptación por medio del sufragio.

La corrupción y los recursos humanos

      —“Nuestro país parece que se automatizó a favor de la corrupción sistémica, a la hora de aplicar e interpretar las leyes ambientales, solo se busca imitar pero sin conocimiento, en contra de los bienes naturales”— me recalcaba un asunceno.       Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, permite crear percepción dentro de la estructura del Estado.

La corrupción hace caer Estados

   —“La corrupción sistémica hace caer Estados y no partidos”— me afirmaba un parroquiano del Bañado Sur.        Según la TGC, toda ignorancia en la ocultación del poder, hace tambalear a cualquier sistema.      Mucho se ha hablado sobre el tema de la corrupción sistémica, muy perjudicial para el progreso de las naciones, en todo el mundo. Ahora, como nuestro país está considerado, a través de la percepción, como uno de los más corruptos, vale la pena tratar de llevar claridad, libertad y virtud acerca de este flagelo.

La corrupción y los parientes

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: “—Esta audiencia pública, nos permite testificar que la corrupción sistémica es poder.” Según la TGC, todo poder es naturalmente corrupto y utiliza la ignorancia en la ocultación. Ante el atropello de las instituciones, por parte de familias enteras, distribuidas en los cargos públicos, en los tres poderes del Estado, la administración de Justicia se ve cada día más golpeada. Ya que no tiene renovación ni capacidad, de los funcionarios atascados en los cuadros inferiores y medios.

La corrupción y los proveedores del Estado

—“Aquí en nuestro país tenemos leyes claras y muy realistas contra la corrupción sistémica; pero sin la voluntad de una buena aplicación”— me decía un asunceno al hablar de los proveedores del Estado; tanto de productos  como de servicios. Según la TGC, el poder que no baja la ignorancia en la ocultación, conduce a la injusticia. La costumbre de simulación, tan común en toda estructura corrupta de un Estado, es utilizada en todo poder autoritario, para callar con “participación” económica, a cualquier miembro activo de la sociedad. Así se sostiene la democracia bananera.

La corrupción y la ética personal

—“Hasta hoy la gente y los politiqueros, al tratar la ética personal, piensan que es una cuestión subjetiva, del interior de cada persona. Pero la corrupción sigue arrasando igual, sin manos”— me decía un parroquiano de Alberdi. Según la TGC, el poder sin ética, es poder muerto, en cualquier sistema social o político. A veces nuestros conciudadanos, se adelantan al desarrollo de los valores sociales y tratan de adecuarlo, según su grado cultural, a los administradores del país.

La corrupción y los efectos penales

  —“Al tratar este problema de la penalización de la corrupción, ya sea ésta, simple o sistémica, la jurisprudencia nacional tiene una gran laguna, igual o mayor que el propio Cateura”— me afirmaba un lugareño del Bañado Sur, entre risas y gritos.   Según la TGC, todo poder es naturalmente corrupto, por su estructura misma y predisposición; por esta razón los gobiernos deben luchar, primero, para bajar la ignorancia en la función pública, para luego disminuir la corrupción.   Nuestra democracia, con libertad de acción y pensamiento, unido al compromiso del cuarto poder de ir cooperando, para enseñar a todos, sean o no ciudadanos de un país, sobre la claridad, la libertad y la virtud, para garantizar la vigencia del principio de bien común.

La corrupción y las obras sociales

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: “—Es increíble cómo se han cuadruplicado las obras sociales; pero al servicio de la corrupción sistémica.” Según la TGC, toda ignorancia en la ocultación del poder, genera una percepción pública de transparencia en la gestión. La necesidad de muchos en todo el país y la costumbre de soluciones parches, en las cuestiones sociales, hace surgir, diariamente, más y más carenciados o simples aprovechadores.

La corrupción y la interpretación judicial

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: —“Aquí los que mandan en la Justicia, hacen lo que les conviene a favor de la corrupción sistémica; en nombre de la Ley y perjudicando a la gente”. Según la TGC, la ignorancia de la ley, en la ocultación de todo poder, tiene sus grados. Para que la Ley pueda ser aplicada a un caso específico, en la administración de justicia, debe ser necesariamente interpretada, por los encargados del juzgamiento de los hechos. Al apartarse de los principios de claridad, libertad y virtud, se cae en ignorancia de la ley, lo cual desemboca en corrupción sistémica; que, a simple vista parecería un simple hecho o “error” sin importancia. Esta percepción es lo que hace perder al pueblo, todo interés de colaborar con la justicia.

La corrupción y los factores sociales

Me repetía un alto paranaense : —“Nosotros estamos acostumbrados a las posibilidades, de los factores sociales; pero siempre movidos por la corrupción sistémica, que no se puede ver a simple vista”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, crea la percepción necesaria, para mantener escondidas, las intenciones de los grupos de interés, a costa de la estructura gubernamental. La democracia, la libertad y la primacía del Estado de derecho, tal vez no sean la perfección: pero es el único sistema que admite el disenso, para la construcción de la sociedad.