—“La corrupción sistémica hace caer Estados y no partidos”—me
afirmaba un parroquiano del Bañado Sur.
Según la TGC, toda ignorancia
en la ocultación del poder, hace tambalear a cualquier sistema.
Mucho se ha hablado sobre el
tema de la corrupción sistémica, muy perjudicial para el progreso de las
naciones, en todo el mundo. Ahora, como nuestro país está considerado, a través
de la percepción, como uno de los más corruptos, vale la pena tratar de llevar
claridad, libertad y virtud acerca de este flagelo.
La práctica política nos
permite apreciar la realidad del país; ese fue tal vez el motivo, que hizo caer
a uno de los partidos tradicionales. Al no disminuir el mal en su
funcionamiento.
La expresión fue bien clara,
viniendo de la máxima representación nacional, conocedor del mismo partido.
Entonces, no hay duda hacer de lo dicho por aquel parroquiano, de que la
corrupción hizo caer naciones e imperios como Atenas y Roma. Por ende, no sería
extraña la caída de una agrupación política.
Muchos aseguran en el cuarto
poder, que la corrupción está muy bien posicionada nacionalmente, y sus
servidores, por medio de la ignorancia, casi imposibilitan bajar el flagelo, en
los ámbitos de salud, seguridad y justicia social. Al comprometer a los
políticos como responsables directos, de la deplorable administración de
justicia.
Lógicamente, algunos se excusan
diciendo que hay “pichados en el partido”.
—“Nada más inverosímil en lo dicho por estos ventajeros. Nos pone en
duda ser parte de tal corriente política”—me repetía el bañadense.
La corrupción sistémica es un
mal de miles de años y han pasado innumerables actos, hechos y prácticas, que a
la humanidad toda le ha dejado grandes perjuicios sociales, cuyas consecuencias
hasta hoy pagamos todos.
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