Me decía un parroquiano de Alberdi: “El país está manejado por kamikazes a favor
de la corrupción sistémica, ofreciendo y jugando al mejor postor con los bienes
de la República”.
Según la TGC, la ignorancia en la ocultación de todo
poder se sirve de la falsa percepción del ciudadano.
Nuestra democracia medio renga y frágil, camina al
margen de un Estado de derecho, movido por la ciudadanía, alguna más precavida
que otra para utilizar el espacio político, diciendo la verdad sobre los
hechos, actos y prácticas de la corrupción en el país.
Todas las instituciones públicas están consumidas por
la ignorancia en el manejo de las cosas públicas; sucede esto cuando los
negocios del Estado se confunden con los negocios privados.
La planificación en un país de kamikazes, no tiene otra oportunidad más que la suerte.
Siguen ese criterio, los partidos políticos, por la
necesidad y la incapacidad de los politiqueros para crear fuentes y hacer
surgir profesionales capaces a favor del bien común del pueblo.
“A dos años
nos estamos dando cuenta, el daño que puede causar la mala elección, por la
percepción ignoranticia, de elegir según la billetera”, me repetía este
parroquiano.
La componenda irá creciendo cual bola de nieve,
esperando un nuevo kamikaze de la politiquería. No será raro encontrar otro
nuevo comerciante, aficionado al arte de gobernar que intente subir al barco y
tomar el timón.
Mientras la gente no comprenda, la claridad, la
libertad y la virtud en la lucha contra la corrupción, habrá perjuicio en uso
de los bienes públicos.
Hoy la vida necesitada de la población mayoritaria,
otorga posibilidad a los politiqueros de endeudar más a los paraguayos, bajo la
promesa del progreso prestado y de segunda mano, como nos ha acostumbrado toda
la historia del bipartidismo mediocre.
Esto se utiliza para simular y callar, las protestas
por la corrupción entonada desde hace medio siglo, por nuestros vecinos, socios
condóminos de dos represas siderales, de las cuales solo nos queda el agua y el
temporal. El resto, va a cubrir los agujeros negros de las intendencias
municipales.
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