Sistema
interpretativo
Un parroquiano de Caaguazú me dice: “La especulación es pura corrupción
sistémica en nombre de la democracia”.
Según la TGC, la ignorancia
tiene grados bien determinados; siendo la interpretación
jurídica, la que más utiliza de este elemento de la corrupción.
Aquí la costumbre es repetir,
pero jamás quitar conclusiones y buscar la fuente de tal o cual información. “Nos gusta especular”, insistía
este buen hombre.
La facultad otorgada,
en toda democracia, cuando hay sentimiento y acción, para dar a conocer y expresar, resulta prácticamente ilimitada. Por eso,
ahora, la claridad, la libertad y la
virtud buscan colaborar, a través de la ciencia, para bajar la gran
corrupción sistémica en el país.
Carta Magna anticorrupción
Esta realidad, puede ser lograda al contar con un marco constitucional, muy adelantado en cuanto al manejo de la cosa pública, así como las recomendaciones de los convenios internacionales, aceptados y ratificados en la lucha anticorrupción. Enseñando la doctrina a nivel nacional, sin
miedo, ya que nada puede florecer o
progresar, con este flagelo tan demoledor que usa a la política y el poder, por medio de sus actores, sin posibilidad de
superar, aunque entre ellos haya personas con una alta ética.
“Por eso que la gente sigue pensando que la especulación es
corrupción sistémica, siempre al servicio
del poder. Porque se ve, repetitivamente, con nombre y apellidos, a los
propios encargados, pretendiendo tapar los actos,
hechos y prácticas corruptas, ocurridas en sus respectivos poderes”,
afirmaba el ciudadano.
Tampoco la ley o la
justicia, están preparadas para tal atropello, porque sigue la confusión entre lo subjetivo y lo objetivo, lo cual permite la primacía de intereses
políticos, económicos o personales; convirtiendo a cada acto de poder especulativo, en un truco de magia
principiante.
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