Región franquiciante
“Aquí en el país ya hay toda una franquicia social para la corrupción
sistémica”, afirmaba un parroquiano de la Chacarita.
Según la TGC, la ignorancia obedece a la interpretación y aplicación de las normas.
Cada día que pasa, nuestra democracia con libertad de
acción y pensamiento, nos hace ver
lo obscuro de nuestros representantes,
lo que todos pensaban era un viento a favor, que prácticamente no necesitaba de
un conductor. Pero, la política no es comercio a la fija, ni formarse
para mantener secretismos, en especulación de precios de mercado.
Alquiler de conciencias
“La franquicia lleva una peste social, de los funcionarios
públicos, a nivel nacional, sin descaro”, repetía el ciudadano asunceno.
La libertad, la
claridad y la virtud, pueden seguir esperando en los cajones parlamentarios, total, nuestros
representantes todos, están muy ocupados buscando obtener alguna tajada de la
reelección, creyendo que el pueblo no tiene razonamiento ni verdad, sobre los actos, hechos y prácticas corruptas.
Nada a favor de los sufridos
jóvenes y niños, campesinos abandonados a la gracia de los politiqueros de siempre,
resulta tal franquicia social, muy difundida en nuestra Latinoamérica del siglo XX.
Viejas prácticas de
propaganda
Si no se iguala la condición
económica con lo social, para la conducción del hombre en el derecho, sin ignorancia, para superar la corrupción
sistémica, las estructuras seguirán
adueñándose de las decisiones políticas.
“Hoy en nuestro país, los senadores hacen de voceros, para
difundir el miedo al pueblo en la
política, como si faltaran franquicias”, agregaba este buen hombre.
Los actos, hechos y prácticas
de los encargados de administrar, van cayendo a los oídos del país, cual fruta
de mango madura; muy buena al comienzo, pero que al juntarse, resulta en un
desperdicio que molesta, al igual que las propagandas
de excelencia de las grandes
franquicias sociales.
Comentarios
Publicar un comentario