Círculo viciado
Un parroquiano de Ciudad
del Este me explica: “Si la
corrupción sistémica es la que hace la política,
por medio del político, nuestra democracia
queda hueca”
Según la TGC,
todo poder puede usar y abusar de la ignorancia,
en cualquiera de sus grados.
Esta claridad,
libertad y virtud, que hasta hoy muchos se resisten a comprender en nuestra
democracia, tan particular al manejar los valores, ya sea en lo económico como en lo social, hacen olvidar completamente el único y auténtico valor de lo humano: al servicio del bien común, y no ya de
bienes subjetivos, que han primado en políticos de ideología parcial.
Interpretación
abusiva
“Esto del enredo con la Constitución
y el “remiendo” que le quieren hacer ya nos da calambre”, recalcaba el ciudadano.
Este tipo de entuertos con la Carta Magna, para acomodarla a pretensiones
circunstanciales, siempre llevó al caos económico y social a Latinoamérica; ya que lo humano se esfuma, y
casi no existe en el manejo de las políticas
públicas estructuralistas.
La idea
fundamental de los actores políticos,
siempre ha sido el aprovechar al máximo la estrechez
de la gente, al participar imperativamente
en la democracia, no por convicción.
Temperatura jurídica
Si nuestro estado de
derecho, al término de este año que se va, no es fortalecido, respetando el
marco constitucional, seguirán las
imprudentes invitaciones, de fervientes y cercanos, que conciertan
para seguir descargando y desangrando las arcas de un Estado generoso; a costas del saldo
y los records en la producción hidroeléctrica y algunos productos
naturales, que siguen multiplicando nuevos ricos, a la sombra de los contratos
supranacionales. Mientras, originarios y trabajadores
campesinos, siguen flacos y abandonados a su suerte.
Por eso insistimos en la importancia trascendental que juegan, la ignorancia y la corrupción en cualquier política, a nivel mundial;
ya que no es posible dejar de lado su combinación
con la realidad del poder.
A causa de esta verdad, si los actores políticos siguen en la nebulosa, en las decisiones gubernamentales y civiles,
las puertas están abiertas —y esto ya ha quedado demostrado con nuestros vecinos— para que la
corrupción sistémica, y sus consecuencias, se apoderen del Estado.
Pese a todo, mucha esperanza y ¡feliz nuevo año, 2017!
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