A este
principio de ciencia, no le interesa la nacionalidad ni el origen de las
personas; su única misión es recaudar, contra el erario público del país. Así
avanza la corrupción sistémica. A nivel objetivo, no subjetivo.
Según
la TGC, todo poder, debe tener, por lo tanto, como única meta: bajar la
corrupción sistémica de un país.
En los
tiempos modernos, se considera a los extranjeros, que habitan un país, como
iguales a los nacionales. Siempre y cuando, se ajusten a las disposiciones
jurídicas. Resulta un principio de derechos humanos; actualmente, consagrado en
la mayoría de las Constituciones.
Ahora
bien, hacer comprender esta realidad, a muchos que se han fanatizado, es un
tema difícil. Pero, felizmente, a la corrupción no le interesa, que sea
nacional o extranjero, el propulsor del sistema, para sacar resultados a costa
del Estado.
De
hecho, existe mayor posibilidad de éxito para los foráneos en este país. Ya que
la política local, nunca enseño a sus habitantes, sobre la búsqueda y la
mejoría del “bien común”. Materia fundamental, para adquirir conciencia de
desarrollo económico.
Muy por
el contrario, lo que se ha fomentado, resulta en una híbrida ideología,
contradictoria y antieconómica, que se expresaría con la frase: “Sacar lo poco,
pero a su provecho; pasarse el día entero en los juegos del lugar: carreras de
caballo y otras ostentaciones. Exhibir, ninguna preocupación; hacia los bienes
públicos, que no están a su servicio, como ciudadano; sino de los “políticos”.
Es allí
cuando el niño, ve, siente y se pregunta, ¿quiénes son estos personajes, los
políticos? Se dice que le gustaría esa profesión, cuando sea grande. Así se
cierra un fácil adoctrinamiento, a favor de la corrupción sistémica.
Como si
toda esta marea de anti-valores, no fuera suficiente; aquí muchos, que se dicen
líderes, siguen considerando a la política como algo perjudicial. Así es como
permiten, que la politiquería de los avivados, sea la regla; para llenar los
bolsillos, a costa del Estado.
Si hubo
perjuicio, en las tierras entregadas a los extranjeros, sin respetarse las
leyes, fue porque los encargados de la administración, no cumplieron su rol.
Al
buscar la claridad, en los hechos, actos y prácticas de la corrupción
sistémica, nos podemos dar cuenta, que más tierras están en manos de los
extranjeros que de los nacionales, en muchas zonas productivas del país.
Pero,
es importante recordar, que después de la “Triple Alianza”, de norte a sur, fue
usurpado por los vencedores de la contienda; mimetizados en empresas privadas.
Esto estuvo vedado durante mucho tiempo, impidiendo el buen control y
cumplimiento de las normativas. Un manto de ignorancia en la ocultación, por
medio del poder de facto, generalmente, a favor de intereses foráneos y
beneficio para los extranjeros.
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