Me
decía un parroquiano del Bañado Sur: “¿¡A
caso no hubo corrupción sistémica, al darse el visto bueno, por parte de los
jerarcas públicos, para que una persona pueda cobrar en tantos cargos del
Estado, sin trabajar!?”.
Según
la TGC, todo poder es corrupto en su estructura, por lo cual necesita cuidar de
la ignorancia, como medio de ocultación.
A la
gente le sorprende las interpretaciones, a favor de los imputados, conociéndose
los hechos, actos y prácticas de corrupción sistémica; ocurridos dentro de los
órganos del poder a favor de algunos.
La
política siempre debe buscar, por eso, la claridad para tratar de mejorar la
vida, de todos los habitantes. Sin distinción alguna, cuando se trata de luchar
contra la corrupción; que resulta un principio de ciencia, a nivel mundial, a
la cual no le interesa raza, nación ni sistema político. En perjuicio de los
más necesitados de los bienes públicos; ya sea en lo social, económico o
jurídico: es la base para su existencia.
Difícil
prueba es la que están afrontando, en la administración de justicia, en esta
democracia representativa, con libertad; donde ya nos hemos acostumbrado a
intercambiar ideas, en el marco del respeto del Estado de derecho. Esta
institución, al mismo tiempo, debe tener una profunda dirección de contenido;
para mantener vigentes, no solo las normativas positivas, sino también los
valores que sustentan nuestra historia como nación.
Por el
contrario, la función de toda corrupción sistémica, es acomodar las leyes a
través de los amigos, parientes y correligionarios, haciendo alarde de que la “ley
es igual para todos”. Siempre y cuando, no les afecte a los que mandan en el
país.
Es lo
que vio y le hizo pensar, para preguntarse a un poblador del Bañado Sur, con
respecto a las imputaciones, que últimamente suenan en estrados judiciales. Que
afectan, a ciertos abolengos, en los poderes; pero que siguen bajo la
interpretación, movida por la corrupción sistémica.
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