Me
decía un parroquiano del Alto Paraná: “Estos
directores de la hidroeléctricas deben ser cambiados, por desconocer los
principios constitucionales de nuestro país. Siguen amparando a la corrupción,
en contra de los propios intereses nacionales”.
Según la
TGC, el poder está obligado a cuidar de la buena interpretación de las leyes.
La
democracia en libertad, a través del trabajo de la prensa responsable, en el
marco de un Estado social de derecho, va forjando a la opinión pública; las
ideas y sentir de todos los ciudadanos de la República.
Esto permite
y propicia, conocer y apreciar mejor todas las leyes del país. Requisito
indispensable, para que adquieran obligatoriedad y vigencia. Puede saberse
también, quiénes son los funcionarios de “alta categoría”, que convergen en las
binacionales. Cuyos propios directores se negaron a presentar la nómina de sus
empleados, alegando la “supra institucionalidad”. Es decir, que la entidad está
por encima de las leyes nacionales.
Esta
interpretación, que ronda el desquicio, hizo mella en un altoparanaense, que sufre día a día las consecuencias de la
irresponsabilidad de estos “colosos” binacionales.
Estos
funcionarios han caído en prevaricato o desconocimiento de derecho; motivo
suficiente para su remoción inmediata. Y con su acción, desde la plataforma de
una entidad de derecho público, se configura no solo la ilicitud, sino la
ilegitimidad, que anula, desde el momento que inician su atentado contra el
orden constitucional y de prelación de las leyes, toda decisión o resolución
que tomen en el futuro.
Se
olvidan que la igualdad ante la ley, no es un simple recitado escolar, que ‘suena bien’. Es un principio rector sobre el
cual se sustenta, todo el sistema jurídico y político, democrático
constitucional de lo que, todos los paraguayos, en la Constituyente, dimos en
llamar República del Paraguay.
‘La
democracia sin ignorancia’, es lo que anhela, me expresó, este parroquiano.
Porque esa fue la promesa, o al menos, lo que ellos entendieron que se dijo
durante la campaña electoral pasada, para llegar al poder.
Afortunadamente,
se van terminando los privilegios, y esperamos que se siga cumpliendo, para que
todos juntos vivamos iguales en el país. Eso esperamos de la idea y acción, de
algunos representantes del país.
Esperamos
también que la justicia cumpla con su deber ético y social, haciendo respetar
la verdad, en cuanto a este repudiable acto político administrativo.
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