Me decía un parroquiano del
Bañado Sur: —“Si todo funcionara a la
orden de “Dios”, ¡cuán rápido tendríamos la solución bajo el pulgar, ante la
corrupción sistémica…!”.
Según la TGC, la ignorancia
en la ocultación del poder puede crear confusión e injusticia, al contaminar el
espectro político.
La democracia de verdad, no
apaña a los poderes ni hace lobby a
favor de los intereses personales; por el contrario, debe servir al bien común,
para bajar todo tipo de corrupción sistémica.
Esta situación política,
está permitiendo al cuarto poder, informar y educar al pueblo en la libertad,
reconociendo un Estado de derecho, sin caer en el juego de la politiquería
barata, que generalmente no logra separar la acción política de la religión y
del gobierno. Así es como se confunde todo, a nombre del Creador; para
justificar permanencia en el cargo, mistificar sus decisiones o sacralizar sus
posturas. Olvidando todo principio del Derecho público y de la función para la
cual se le designó.
—“El partido dejó de apoyar, bajó el pulgar, y todos resultan
ser muy preocupados y éticos ahora; porque aceptan cualquier excusa para no
investigar a fondo los hechos”—insistía el parroquiano.
Hay mucha batalla aún,
señores periodistas. Esperamos la claridad, la libertad y la virtud, también, en
el análisis de los tratados internacionales ratificados por nuestro país; con
respecto a los casos de corrupción y de las dos represas gigantescas, con que
se mantienen parentelas y corruptelas en el país. Lo que puede deducirse de la
nueva “aceptación”, por otros cuarenta años más en Yacyretá; si es que nuestros representantes en las Cámaras, lo
avalan.
Nuevamente se ha convertido
en bagatela, el interés de todo un pueblo; por parte de los encargados
políticos, quienes siguen empeñados en actuar de gerentes, de los negocios del
vecindario. Total, cuando es a costillas de la ciudadanía, nadie protesta.
Nuestra historia es la de un
pueblo muy sufrido, nacido y manejado bajo la corrupción sistémica en
Sudamérica; que hoy tiene, al menos, la dignidad libertaria y republicana, con
la posibilidad de contar al mundo, estas verdades y perjuicios. Son las
pequeñas razones, para seguir luchando por la democracia y pedir ética a los que
dirigen la función del Estado: Quienes deben separar todo principios religioso,
atávico o de logia, en la administración del Estado. Para no seguir cayendo en
la ignorancia y la ocultación, a la espera de la baja de pulgar para salir de
un puesto público.
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