Me decía un parroquiano del
Bañado sur: —“¿La propia vida nace ya en
la corrupción sistémica entonces?”.
La TGC, explica que la
ignorancia es la madre de toda corrupción. Desde el principio de los tiempos.
Porque sin ella, no puede existir la ocultación, que es la clave para
sistematizar los actos de abuso.
Nosotros seguimos soportando
las penurias del subdesarrollo, a causa de esa ignorancia en la ocultación, que
sigue en los poderes constituidos.
El desarrollo de los pueblos
siempre fue muy lento, por tal motivo; a simple vista hay más aprovechadores de
la política, que verdaderos hombres dedicados al bien común, al servicio del
país. Esto es así, porque el propio poder es corrupto, y si el pueblo no se
capacita en el civismo, la obscuridad es total.
Esta relación, existe, tal
vez, para reafirmar la importancia de una política con doctrinas claras, para
transitar la ruta del progreso.
Este ciudadano, reconoce lo
inevitable: ya se nace en la corrupción. Bajo un criterio de “casi imposible
de superar”. Por eso es un mal, tan
difundido, de carácter internacional, por medio del cual, todo bromista de las
finanzas, nos sigue tildando, por medio de la percepción, como los “más corruptos de Sudamérica”.
Sería saludable también, que
el mundo sepa, cuánto estamos siendo estafados por nuestros vecinos, a causa de
la politiquería.
Así como la ignorancia es la
primera razón de toda corrupción, la política, a su vez, es la única forma de
lograr el desarrollo civilizado que se conoce, siempre que exista un método,
fundado en una doctrina de bien.
Es momento de buscar: la
claridad, la libertad y la virtud, para intentar cambiar este sistema
consumista.
De todos modos, nadie puede
evitar el nacimiento u origen. Pero si puede cambiar su circunstancia, esa
penuria del subdesarrollo y sus mentiras, rechazando la politiquería y
aceptando la ciencia en el saber popular.
Aquí en nuestro país, la
gente conoce el mal; pero lo callan, por comodismo.
Eso es lo que la política criolla explota, para extender la ignorancia sobre el
derecho y la política. Sobre los criterios de justicia y equidad.
Hoy es un día muy importante
para el Paraguay, que se reconoce haber nacido y crecido, históricamente, tanto
como seres humanos y como nación, libre e independiente: La primera República
de Sudamérica. Pero pese a su debacle, fue la primera en reconocer el asilo
político y el socorro a los perseguidos de los países vecinos.
Esa osadía, de pretender
defender la justicia como país, al parecer se nos sigue cobrando muy caro; por
luchar de frente contra la corrupción sistémica.
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