Me decía un
parroquiano, del Bañado Sur: “Aquí la vista cada vez es más gorda. Ante la
inacción de los administradores y la corrupción sistémica”
Según la
TGC el poder está contaminado por la ignorancia en la ocultación, normalmente.
Por eso, cuando se debe luchar contra la corrupción sistémica, el trabajo se
dificulta por la estructura misma del poder.
Nuestra
democracia, ha superado el famoso “cucú” del miedo, pero los actores
politiqueros siguen impregnados de esa práctica. Tratando de hacer creer su
inocencia ante la opinión pública, en los casos de hechos, actos y prácticas de
corrupción investigados actualmente.
Mientras,
la gente, el ciudadano no ve respuesta inmediata a un cuestionamiento clave en
la función pública: Saber si el hecho fue cometido o no. Por electos o
nombrados como funcionarios públicos en el poder.
La famosa
vista gorda, será el pan nuestro en Paraguay, alarmante ya que del ejemplo vive
y mejora toda colectividad en sociedad.
Volvemos a
repetir que la corrupción es un flagelo mundial y guía la estructura de cualquier
sistema político. Sin embargo, los dirigentes están obligados a reducirla, si
es que pretende llevar a su país hacia el desarrollo y la estabilidad, en el
buen uso del bien común.
Nosotros,
aquí en Latinoamérica tenemos todo muy confundido a la hora de comprender esta
realidad social, por la falta de lectura e interés de salir adelante en bien de
nuestros descendientes; superando la ignorancia en todo poder.
Cada día
amanecemos con más vendedores callejeros y la necesidad de boca de los administradores,
con el famoso ñembotavy, que a los bañadenses les causa risa y esperan
ansiosos, que llegue el día en que los politiqueros vayan a pedir nuevamente
sus votos; a favor de seguir solucionando la “vista gorda”.
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