Me decía un parroquiano del Alto Paraná: “Todos los elegidos en voto popular tienen
otro trabajo, en particular; me parece que eso también es corrupción sistémica”.
Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del
poder, utiliza la interpretación legal, en su beneficio.
Nuestra novel democracia, impuesta en nuestro país,
tuvo sus pequeñeces; al confundir buena política con politiquería, al servicio
de una élite de facto, cuyas consecuencias, todos, seguimos pagando, año tras
año.
Es el precio de tener seudo políticos, comerciantes y
sin vocación al servicio de los más necesitados: como los niños e indígenas.
Ambos son incapaces de defender su posición social, usurpada por el “más fuerte”
y organizado en mafia, que, siempre debe estar sostenida por la corrupción
sistémica política para subsistir.
Sea cual sea el sistema político, así sigue siendo en
Paraguay y toda Latinoamérica, como consecuencia directa de la falta de lectura
y enseñanza de lo que implica política.
“Aquí los
diputados y senadores, o son locutores o abogados; veterinarios; médicos y
hasta…”—acotaba
el paranaense.
En fin todos viven del Estado y hacen de su profesión
un ejercicio simultáneo, convirtiendo a la difícil tarea de legislar, como en
un trabajo de medio tiempo; en un simple empleo bien pagado. Sin importar el
inevitable choque de intereses constante, que genera la incompatibilidad con el
cargo y la vida privada comercial.
Esa es la razón por la cual la Carta Magna, exige
dedicación exclusiva a su labor como parlamentarios.
Los ciudadanos se dan cuenta de las barbaridades
cometidas, en perjuicio de la claridad, la libertad y la virtud, que deben
primar en una democracia verdadera, manoseada al estilo ñembotavy: se conoce
todo, desde la administración pública, pero no se es capaz de preceder
correctamente, conforme a la Ley.
“Estamos
cansados—me
repetía este parroquiano—de la burla de nuestros
representantes; quienes consideran al pueblo su alcancía y los cargos un simple
medio para extraer dinero del Estado. Usando un partido, del color que fuera,
que se encuentra atado, sin tan siquiera, leer sus Códigos de ética. Para corregir
la ignorancia en sus roles sociales”.
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