Difícil la comprensión del pueblo, cuando su
desarrollo está muy golpeado por la corrupción; para hacerlo producir a favor
de los sostenedores del sistema, en nombre de la voluntad popular, dentro de
una democracia de boca, donde la carencia absoluta, de un pueblo que se
sostiene, a través de la ignorancia y la necesidad.
La voluntad popular, generadora del poder
consumido por la corrupción sistémica, encarece y empobrece a la población, con
promesas y amenazas, aplicando siempre la injusticia. Pasado un tiempo se
convierte en perjuicios económicos incalculables, y el pueblo sigue sin
comprender la dura realidad de la corrupción: cuyo resultado salta a la vista
de la gente, con el encarecimiento y el aumento general de los precios de los
productos.
Todo para tornar la vida, más difícil y cara,
para los habitantes, en nombre de las promesas a la voluntad popular. Pero así
es la incomprensión de la politiquería, al servicio de los acomodados y
peligrosos en toda Latino América.
Mientras la sociedad no comprenda su verdadero
poder, al servicio del bien común, con solidaridad, respetando los recursos
naturales, entre los más necesitados y enseñando a los aborígenes para poder
vivir mejor; para que sean respetados sus personas y bienes, como bien lo
establecen los derechos humanos universales, que solo se invocan, cada vez que
hay necesidad de manipular la voluntad del pueblo.
Según la TGC , solo bajando la ignorancia se podrá
disminuir la corrupción sistémica, que utiliza a cualquier sistema político,
para recaudar.
Por eso es importante conocer y entender, para
poder combatir este flagelo, tan temido por la humanidad, que corta el
desarrollo a los países del tercer mundo, ya que la voluntad popular es
implantada a través de la propaganda y la compra de conciencia, al servicio de
la corrupción.
Al poco tiempo, hay inestabilidad; por la suba
desmedida, tanto de los alimentos y los servicios públicos, ambos, de primera
necesidad. Pero sin bajar la injusticia y la inseguridad, perdiendo total
credibilidad, eso que era visto como “voluntad popular” o de la mayoría. En
manos de politiqueros, quienes interponen sus intereses personales ante los
generales, pagando así, la democracia de boca, tan promocionada en nuestro
país, al servicio de la ignorancia y la corrupción sistémica.