Nuestro país ha sido devastado por los aliados, perdiendo sus joyas los habitantes, en toda la República, después de la Guerra Grande, quedando la nación,hipotecada a la corrupción sistémica, cuya acción y efecto sigue apareciendo, de tanto en tanto, sobre la necesidad de la gente. No importa mayormente, cuánto es el daño que puede causar; ni quienes son los encargados de recaudar, siempre a costa del erario público.
Una de esas joyas del Chaco, la desalinizadora, cuyo efecto era solucionar los problemas de agua en la sequía. En el gobierno de facto dejaron de funcionar, pero, como siempre, nadie se molestó en analizar el motivo, para que el pueblo pudiera saber las razones.
Un concejal de la localidad, dice que se suspendió el funcionamiento para dar vida a la corrupción sistémica: favorecer a una empresa aguatera amiga, que provea del vital líquido, con exclusividad. Lucro efectivo y constante a favor de una empresa privada, sin importar el perjuicio de la población.
Además del árbol caído, y la leña de la prensa comercial, tratando de hacer ver,ante la opinión pública, a tal o cual, como el único responsable de la cuestión social del país.
Tenemos mucha suerte en las joyas, hasta algunos joyeros de Luque, han perdido las suyas, por la interpretación de la corrupción sistémica, que siempre prima sobre una realidad, de los hechos consumados.
Así como en el caso “Viña Cué”, en el derrame de combustible en la toma central de agua de la ESSAP, que provee a toda la gran Asunción. Mientras, los concejales asuncenos siguen autorizando el funcionamiento de puertos sobre el Río Paraguay. Bajo expresa prohibición, de normativas internacionales en materia de salud pública.
Siempre se realizan estos atentados, a la población, exponiendo al peligro constante, con tal de complacer, a un supuesto progreso, de tinte comercial de los amigos y parientes, al servicio de la corrupción sistémica, que según la TGC, es sostenido por tres poderes, en perjuicio de la población.
Son esas “joyas” que, de tanto en tanto, nos dejan a la población, la politiquería en el país. Que es el pan de vida, desde aquella gran devastación del país, en manos de la corrupción sistematizada.
Una de esas joyas del Chaco, la desalinizadora, cuyo efecto era solucionar los problemas de agua en la sequía. En el gobierno de facto dejaron de funcionar, pero, como siempre, nadie se molestó en analizar el motivo, para que el pueblo pudiera saber las razones.
Un concejal de la localidad, dice que se suspendió el funcionamiento para dar vida a la corrupción sistémica: favorecer a una empresa aguatera amiga, que provea del vital líquido, con exclusividad. Lucro efectivo y constante a favor de una empresa privada, sin importar el perjuicio de la población.
Además del árbol caído, y la leña de la prensa comercial, tratando de hacer ver,ante la opinión pública, a tal o cual, como el único responsable de la cuestión social del país.
Tenemos mucha suerte en las joyas, hasta algunos joyeros de Luque, han perdido las suyas, por la interpretación de la corrupción sistémica, que siempre prima sobre una realidad, de los hechos consumados.
Así como en el caso “Viña Cué”, en el derrame de combustible en la toma central de agua de la ESSAP, que provee a toda la gran Asunción. Mientras, los concejales asuncenos siguen autorizando el funcionamiento de puertos sobre el Río Paraguay. Bajo expresa prohibición, de normativas internacionales en materia de salud pública.
Siempre se realizan estos atentados, a la población, exponiendo al peligro constante, con tal de complacer, a un supuesto progreso, de tinte comercial de los amigos y parientes, al servicio de la corrupción sistémica, que según la TGC, es sostenido por tres poderes, en perjuicio de la población.
Son esas “joyas” que, de tanto en tanto, nos dejan a la población, la politiquería en el país. Que es el pan de vida, desde aquella gran devastación del país, en manos de la corrupción sistematizada.