Me preguntaba un parroquiano, allá, cerca del
Río Paraná: “¿La subdesarrollo es porque somos pobres?”. —Es uno de los
motivos…—Le contesté. Apenas pude terminar la frase y continuó diciendo: “Pero,
¿unión de Estado y particular, siempre pierde el Estado?
El paraguayo tarda en reaccionar, pero es
preciso al andar; en su objetivo; cuando va comprendiendo su realidad en el
mundo moderno.
La corrupción sistémica muchas veces, vende
monumentales ideas, justamente a los países subdesarrollados; aprovecha la
necesidad y la politiquería, a bajo precio, para recaudar.
La alianza público-privada, en nuestro país,
no tuvo tanto éxito. Salvo algunas colecciones de rutas, que hasta hoy siguen
aumentando en peajes; antes que desaparezcan, por haberse pagado todo el costo
y otro poco, exagerando durante años, en perjuicio del pueblo. Tanto en el
valor, como en la calidad de la entrega, por el término de esas concesiones.
Al final, mi estimado campesino, hoy día somos
tildados de “país poco democrático”, según un nuevo informe internacional, tal
vez, de la misma familia de la percepción transparente, porque: Hasta hoy puede
decir el gobierno, que se respeta el Estado de derecho; hay libertad de ideas,
tanto como de acción, para manifestarse, donde sea, un ciudadano paraguayo. Si
a eso no le llamamos un Estado democrático, más aún en un subdesarrollo.
Hoy lo podemos decir nosotros, que hemos
conocido la “democracia autoritaria”, al servicio de los amigos y parientes,
afiliada a la demos internacional del
“quién da más”, por los bienes del Estado; esclavizando a todo el pueblo,
eliminando a mansalva a los pueblos originarios de su hábitat; colgando
carteles de progreso.
Con claridad, libertad y virtud para ir
disminuyendo la ignorancia, caballito de toda corrupción sistémica, en los
países subdesarrollados.