La responsabilidad moral debida, desde el punto de vista ético, no le permite a ningún senador de la Nación alegar "persecución de la prensa", ante pruebas irrefutables para la opinión pública; de los hechos, actos y prácticas que se cometieron.
La sensibilidad ciudadana tuvo una explosión, a causa de la corrupción sistémica; sostenida por la ignorancia ante la falta de la cultura ciudadana, para defender la democracia participativa, en libertad; en el marco de un Estado de derecho constitucional.
La gran sensibilidad del pueblo exige a los encargados, de administrar justicia, que cumplan la ley, ante estos representantes; ignorantes, que buscan confundir acusando a la prensa.
Según la TGC la corrupción solo molesta, a la claque dominante, cuando no cierran los números, a favor de los amigos.
Esta realidad, en los hechos, actos y prácticas de nuestra política, está presentando una nueva responsabilidad, para los administradores de justicia; obligados a dar continuidad a sus procesos, y no quedarse en la burda y mediática imputación; aprovechándose de la amnesia colectiva y el sensacionalismo oportunista de la prensa comercial.
El ciudadano paraguayo espera, la aplicación de la ley, con igualdad, sin importar los cargos o el abolengo en la sociedad. Siempre hay una primera prueba, en el devenir de las grandes transformaciones sociales.
Los integrantes del Poder Legislativo, en sus dos Cámaras, deben resolver sobre su futuro, para demostrar al pueblo su interés en disminuir la gran corrupción sistémica. Para dar un ejemplo moral a este país, tan necesario para ir superando el extremo subdesarrollo; causado por el abuso de poder, en la ignorancia y la poca civilidad de la gente para construir, una verdadera democracia, que hoy, justamente, ya está comenzando por la sensibilidad.
La sensibilidad ciudadana tuvo una explosión, a causa de la corrupción sistémica; sostenida por la ignorancia ante la falta de la cultura ciudadana, para defender la democracia participativa, en libertad; en el marco de un Estado de derecho constitucional.
La gran sensibilidad del pueblo exige a los encargados, de administrar justicia, que cumplan la ley, ante estos representantes; ignorantes, que buscan confundir acusando a la prensa.
Según la TGC la corrupción solo molesta, a la claque dominante, cuando no cierran los números, a favor de los amigos.
Esta realidad, en los hechos, actos y prácticas de nuestra política, está presentando una nueva responsabilidad, para los administradores de justicia; obligados a dar continuidad a sus procesos, y no quedarse en la burda y mediática imputación; aprovechándose de la amnesia colectiva y el sensacionalismo oportunista de la prensa comercial.
El ciudadano paraguayo espera, la aplicación de la ley, con igualdad, sin importar los cargos o el abolengo en la sociedad. Siempre hay una primera prueba, en el devenir de las grandes transformaciones sociales.
Los integrantes del Poder Legislativo, en sus dos Cámaras, deben resolver sobre su futuro, para demostrar al pueblo su interés en disminuir la gran corrupción sistémica. Para dar un ejemplo moral a este país, tan necesario para ir superando el extremo subdesarrollo; causado por el abuso de poder, en la ignorancia y la poca civilidad de la gente para construir, una verdadera democracia, que hoy, justamente, ya está comenzando por la sensibilidad.