El país está comenzando a dar sus primeros pasos, en la democracia, tanto en libertad de acción como de ideas. Y su contrapeso, es la molestia de los que están en el poder; al descubrir su proceder arbitrario y equívoco, contraviniendo el mandato constitucional. Donde la corrupción se visualiza rápidamente y cuyos responsables deben, mínimamente, responder por su actos, hechos o prácticas en la función pública: donde no se admite , con mayor gravedad, la ignorancia; ya sean funcionarios nombrados por decreto o electos para representar al pueblo.
Según la TGC, la ignorancia utiliza a la ley en la gran corrupción, intraley. Así se clarifica perfectamente, la poca efectividad de las "multas", principalmente en los delitos ecológicos y ambientales.
Un aparato, para depurar los efluentes de una curtiembre, cuesta miles de dólares, mientras que, una multa, veinte o treinta mil guaraníes: cuando ya se ha contaminado todo un arroyo. Es la solución rápida tipo paraguayo, pagar esta multa con gusto, luego de contaminar, y, para seguir destruyendo el ambiente; total, a él, el rendimiento de su curtiembre le otorga ganancias inmediatas, a expensas del perjuicio generalizado para la población.
Este mismo procedimiento, sucede en todos los órdenes. El país de las ventajas rápidas y la filantropía, con plata del erario público, conduce, invariablemente, a la corrupción sistémica.
La prensa hace su gran papel, en una verdadera democracia, cuando hace llegar a ese pueblo, la noticia de los hechos, actos y prácticas de sus representantes. Algunos hasta declaran con alevosía: "Aquí nadie cumple la ley".
Si los propios autores de las leyes, opinan de esa forma, que podemos esperar del resto de los ciudadanos. Estamos ante un grado extremo de ignorancia ante el mundo civilizado. Es grave, para todos los habitantes del país, permitir tamaña barbaridad, en perjuicio de la fe pública, que hemos depositado en cada uno de nuestros representantes.
Nos están demostrando un total desinterés en disminuir la corrupción sistémica, que corroe en sus bases republicanas, a la nación paraguaya.
Según la TGC, la ignorancia utiliza a la ley en la gran corrupción, intraley. Así se clarifica perfectamente, la poca efectividad de las "multas", principalmente en los delitos ecológicos y ambientales.
Un aparato, para depurar los efluentes de una curtiembre, cuesta miles de dólares, mientras que, una multa, veinte o treinta mil guaraníes: cuando ya se ha contaminado todo un arroyo. Es la solución rápida tipo paraguayo, pagar esta multa con gusto, luego de contaminar, y, para seguir destruyendo el ambiente; total, a él, el rendimiento de su curtiembre le otorga ganancias inmediatas, a expensas del perjuicio generalizado para la población.
Este mismo procedimiento, sucede en todos los órdenes. El país de las ventajas rápidas y la filantropía, con plata del erario público, conduce, invariablemente, a la corrupción sistémica.
La prensa hace su gran papel, en una verdadera democracia, cuando hace llegar a ese pueblo, la noticia de los hechos, actos y prácticas de sus representantes. Algunos hasta declaran con alevosía: "Aquí nadie cumple la ley".
Si los propios autores de las leyes, opinan de esa forma, que podemos esperar del resto de los ciudadanos. Estamos ante un grado extremo de ignorancia ante el mundo civilizado. Es grave, para todos los habitantes del país, permitir tamaña barbaridad, en perjuicio de la fe pública, que hemos depositado en cada uno de nuestros representantes.
Nos están demostrando un total desinterés en disminuir la corrupción sistémica, que corroe en sus bases republicanas, a la nación paraguaya.