Luego
de esta escaramuza de conceptos y de la configuración de un sistema completo,
llega la hora de explicárselo a los niños y a los jóvenes.
Primeramente,
no es posible en la actualidad darles una definición ni un concepto particular
de la corrupción, ya que la dogmática jurídica sobre el tema se encuentra en su
primer andar.
Desde
el punto de vista moral, la juventud encuentra mucha enseñanza y predicación en
los grupos religiosos y de culto, y en los mismos centros educativos; pero en
el ejemplo diario y la difusión desordenada de la prensa, respecto a los
“hechos de corrupción”, dan un oscuro panorama a las mentes de nuestros
descendientes.
La
simple entonación de la palabra “corrupción” produce un sin fin de dudas,
misterios y temores en cualquier auditorio. La ignorancia ha gobernado el
espíritu de la gente, por la falta de lectura y desinterés para sacrificar su
tiempo en aras de su formación integral.
La
corrupción nunca esclarecida y estudiada como es debida favorece únicamente a
los ignorantes analfabetos, peligrosos y acomodados, que como partes del
sistema quieren seguir saboreando las delicias del poder corrupto.
Si
no logramos responder con claridad y sin temor, en las casas, las iglesias y
los colegios a la simple pregunta “¿qué es la corrupción?”, en vano
intentaremos combatir al flagelo.
La
corrupción ha sido estudiada siempre como un efecto; determinar las causas ha
sido siempre postergada y derivada al estudio incompleto de las ciencias
criminológicas, que estudian solo los comportamientos individuales y
asociativos del delito, y no su manifestación como operante del poder público.
No
puede seguir siendo considerada como causa la “debilidad moral” o la falta de
“ética”, ya que con la sistematización de la corrupción, se ha producido
también la transformación total de los preceptos antiguos de ética.
Es
más que una conducta inmoral, es un sistema organizado, y va más allá de la
comisión de delitos administrativos públicos para obtener beneficios personales
y llega a constituirse en un nuevo “Pacto Social”, un contrato social corrupto
y que involucra a los tres Poderes del Estado.
Por
lo tanto, si los tres Poderes del Estado tienen conocimiento, e incluso,
participación indirecta en el sistema, a través de los representantes
analfabetos, peligrosos y acomodados,
¿Cómo
van a llegar a los culpables de la corrupción?
Para
el común denominador de la gente entonces: “Corrupción es todo lo irregular en
la administración del Estado, pero que no puede ser demostrado jurídicamente”.
Esa
es la realidad de la corrupción en el Paraguay.
Para
encontrar la explicación a este fenómeno común en los países subdesarrollados,
hemos determinado la unión definitiva entre la ignorancia y la corrupción, que
podrá llevarnos indefectiblemente a un nuevo concepto de la corrupción.
La unión
La
democratización ha traído, como ya
dijimos, también la distribución en cuanto a los roles en la administración
pública. Principalmente en la participación efectiva en los “negocios de las
alta esferas”.
En
eso negocios se distinguen los tres tipos de ignorantes: el analfabeto, el
peligroso y el acomodado. Cada uno con una misión bien específica en el sistema
de gobierno llamado “corrupción”.
A
su vez, cada uno de estos tres tipos de ignorantes, se distribuye de manera
increíblemente perfecta, cuasi matemática y proporcionalmente calculada, en
cada uno de los tres Poderes del Estado.
De
esa sincronía entre poder público y capital privado asentada en una ciudadanía
desvalorizada e inculta, resulta el sistema más perfecto de poder: la Corrupción.
Como
verán, recurrimos al término “corrupción” para designar a diversas
instituciones o fenómenos negativos en la Administración Pública.
Ello
con el afán de entender que la corrupción es un sistema de gobierno, de poder,
de transculturización, de debacle económica y social, y causa de extinción de
las naciones…y tal vez, de los imperios de la antigüedad y del presente.
Políticamente
constituye la instauración del último eslabón a superar para llegar al
desarrollo de un país.
Es
por eso que, a esta crisis política, social
y de valores, debemos verla como una gran oportunidad para encontrar el
progreso.
Con
la ventaja de ser el país de más perfecta corrupción, debemos llegar a
descubrir los mejores métodos para combatirla.
El
hospital con mayor número de infectados en sus salas, y que realice los
estudios científicos adecuados, será el más apto para recomendar y diagnosticar
los medios para erradicar el virus. Pese a que las ciencias sociales tienen
mucho de aciago y fortuna.
Antes
que a la corrupción combatamos a la ignorancia; y para vencerla, será necesaria
transformarla en sabiduría.