Todo progreso social, en manos de una
democracia participativa, en libertad de acción y pensamiento, con la costumbre
y relaciones incorporadas durante los gobiernos totalitarios: donde la
obediencia en silencio, es parte del mismo poder. Y cuando la corrupción
sistémica corroe, solo aparece como responsable el dictador.
En esta relación fuimos formados muchos, en
toda Latinoamérica. Mientras, en la actualidad, los congresistas dicen vivir en
una verdadera democracia, pero con prácticas y relaciones de orden dictatorial.
Según la TGC , se debe tratar de conocer el trato del
poder, para superar la corrupción, disminuyéndola, paulatinamente.
Esta pirámide de corrupción, poder e
ignorancia, cada día está exigiendo más participación, con claridad, libertad y
virtud, en las relaciones humanas y políticas.
Si el poder naturalmente es corrupto, solo con
el control de sus relaciones, por el pueblo, a través del cuarto poder, puede
saber y comprender la importancia de un Estado de derecho.
Aquellos responsables de abuso de derecho en
sus cargos, deben de renunciar, para seguir progresando en esta democracia;
fundamental para salir del subdesarrollo. Cambiando la mala praxis política,
para mejorar los servicios públicos, y devolver la moral en el ejercicio de las
funciones públicas. Eso colaborará a que se vaya disminuyendo también, la gran
corrupción sistémica a nivel mundial.