No debe existir mayor preocupación, para
cualquier humano, que la igualdad ante la ley.
Según la TGC , si un país no trata de respetar este
principio, a través del derecho, cae en corrupción sistémica.
Esta realidad, en el comportamiento de algunos
representantes del pueblo, nos está demostrando, la dificultad con que se
enfrenta la cultura democrática del país.
A causa de la corrupción sistémica
preponderante en la población, que generalmente la vuelve menos capaz de buscar
el progreso. Precisamente, por el daño moral que causa la desigualdad
manifiesta ante la ley, entre ciudadanos paraguayos.
Por la falta de ética, nuestros representantes
nos obligan a dudar de ellos; quienes deberían ser los primeros en buscar la
verdad y la justicia, único medio de desarrollo real de una nación.
Esta costumbre se convierte en “ley del
ñembotavy”. Si bien vivimos un Estado de Derecho constitucional, con libertad de acción y
pensamiento, la protección, ejecución y creación de la ley,
sigue estando en manos de una ignorancia interpretativa. Conocida en la TGC , como ignorancia de tercer
grado, cuyo resultado es la corrupción sistémica.
A la gente común, le parece que no existe
igualdad de los ciudadanos ante la ley; lo que ocasiona un deterioro en la
seriedad de la administración y la proliferación de jóvenes descontentos, sin
fe ni confianza hacia las instituciones.
La corrupción nos une a todos los paraguayos.
Es deber, por lo tanto, entender y saber sobre la materia, para tratar de
disminuir este flagelo del mundo globalizado; bajando la ignorancia
interpretativa y buscar la igualdad ante la ley como principio de convivencia
en el país.