Lo que este blog curacionista, ha venido explicando,
es la existencia de una Teoría General de la Corrupción. Lo que constituye, un
principio de ciencia, que necesita ser comprendido, para poder disminuir,
concretamente, el flagelo: No seguir considerándolo, como un problema
ético-subjetivo.
Esto se aplica tanto a las
posibles imputaciones; a los acusados por actos, hechos o prácticas de
corrupción; así como a la acción política con una doctrina anticorrupción, en
sentido transversal.
No pueden seguir siendo,
los “Códigos de Ética”, surgidos en el ámbito de la empresa privada global,
constituirse en reemplazantes bastardos, de una materia exclusiva del derecho,
a la hora de investigar, imputar y juzgar los hechos de corrupción en los
países.
Constituye una relajación
y una relativización, malintencionada, del derecho constitucional; a favor de
la corrupción sistémica.
Como ejemplo recurrente,
podríamos citar al artículo 106 de nuestra Carta Magna, cuya aplicación plena
hasta hoy, sigue postergada, por no implementarse el estudio de la teoría de la
corrupción, en la normatividad nacional.
Nuestro sistema
democrático, participativo; en libertad de acción y pensamiento, según la
realidad del gobierno actual; obliga a nuestros representantes a respetar el
Estado de derecho. Acatando lo dispuesto en las leyes de la Nación.
Según la TGC, si no hay
respeto de la ley, por los representantes, en una democracia, solo primará la
voluntad de unos pocos, sobre la de los demás ciudadanos. Sin equidad.
Nuestro derecho
constitucional positivo, es bastante claro sobre la responsabilidad en la
función pública. Sumado a esto, existen algunos acuerdos internacionales,
aceptados y ratificados, sobre la lucha contra la corrupción.
Por lo tanto, los
funcionarios de los tres poderes del Estado, debe ser responsables según el
grado de participación en los actos, hechos o prácticas de corrupción
sistémica.
La gran preocupación de la
gente, es la buena administración de la justicia. Esto se puede demostrar
fácilmente, a través del cuarto poder: único capaz de hacer llegar la noticia,
cuando, ya sea por la distancia o por los intereses creados, se obstaculicen la
publicidad de los actos gubernamentales. Por sacar más beneficio, en perjuicio
del propio Estado, por medio de la ocultación.
Aquí nos damos cuenta el
porqué la democracia, en libertad, es fundamental para disminuir la corrupción,
cuyos caballitos son el abuso de poder y la ignorancia. Medios para seguir
acallando la buena aplicación del derecho constitucional, único capaz de bajar
los grados de corrupción sistémica; creando respeto con equidad, por medio de
la justicia.