La corrupción es un elemento irreversible e
irrenunciable, de la vida del ser humano, nos guste o no. Lo cierto del caso es
que esta realidad, siempre en la política de un país, marca el desarrollo
cultural, ya que de ella depende el progreso general de un Estado.
Según la TGC , el poder es naturalmente corrupto: Esto necesita siempre
de la verdad y la democracia, para ser comprendido.
Son los políticos, justamente, los encargados
o gestores que deben buscar y hacer entender al pueblo la razón a favor o en
contra, de los intereses públicos en general. Esta responsabilidad no es fácil:
tanto para el político como para los habitantes de un país. Ya que fácilmente
pueden imponer sus intereses personales, olvidando su deber en cuidar y
respetar ese bien común a favor de todos.
Precisamente, por no haberse encontrado solución,
a esta realidad del comportamiento político y social, se ha dejado de lado lo
puramente ético y amonestativo, en
cuanto a las sanciones, elevándose a la categoría de delitos. Los cuales, según
la Teoría General
de la Corrupción ,
deben ser tipificados como: actos, hechos o prácticas de corrupción; que los
funcionarios públicos y políticos cometen en sus servicios, como representantes
del pueblo.
Algunas leyes que ellos mismos han redactado,
aconsejando mejor cumplimiento, para buscar el progreso del país, ni siquiera
son tenidas en cuenta a la hora de la integración jurídica.
Sin justicia, nadie puede tener la voluntad de
progresar. Hoy notamos esta diferencia en el accionar de la política, gracias a
una democracia en libertad y un Estado de derecho constitucional, exigente a
los propios jueces y representantes del país.
La democracia bananera es irreversible para
nuestro pueblo: La corrupción debe ser disminuida y el pueblo acompañará a la
verdad, cuyo poder es irrenunciable ante los politiqueros; para ir de a poco,
curando a través del ejemplo al país.
Nuestra democracia debe seguir progresando, a
favor de la igualdad y la equidad en derecho. Los mismos afectados ya han
manifestados que “si cae uno caerán
muchos”…
Empecemos señores a vivir la verdadera
democracia con luz, defendiendo los intereses nacionales, respetando la ley y
procurando ser cada día mejores servidores de nuestro país, tan necesitado de
la disminución de la ignorancia y la corrupción.