El deporte justamente se organiza y
sistematiza, para mantener un poder corrupto, al servicio de unos pocos.
Para la
TGC , solo la verdadera democracia, con libertad de acción y
pensamiento con un Estado de derecho, puede disminuir con la corrupción
sistémica en un país.
Es innegable la necesidad del deporte, para la
formación del ser humano, hoy y siempre, en cualquier sociedad.
Pero al ser atrapada esta realidad, en la
corrupción sistémica, que no tiene país, raza, Estado ni ideología. Solo
importa recaudar económicamente, a costa de cualquiera.
Hoy la prensa nos sorprende, publicando el desbarajuste
de los salarios, de los que trabajan en la Secretaría Nacional
de Deportes.
Una institución, que, supuestamente, fue
creada para mejorar la formación de los jóvenes atletas del país. Esta formación,
se ha politizado y convertido en un comercio a nivel mundial.
La corrupción, madre de todo poder, siempre lo
maneja a través de la ignorancia, en perjuicio de muchos niños y jóvenes.
Esto sigue siendo muy bien camuflado por la
propaganda, en nombre del desarrollo y la integración internacional. Típico de
la corrupción sistémica, que si analizamos, el perjuicio del sistema deportivo
implantado en nuestra sociedad subdesarrollada: aumento del delirio de triunfo,
como jugador de fútbol y vivir bien en un país desarrollado, esta idea deja
falta de interés en los jóvenes. Hasta un 80 % abandona sus formaciones académicas
y casi seguro, cae en la vagancia o la delincuencia.
Atrapados por este delirio, programado y
ejecutado por la corrupción sistémica, en todo el mundo, sin importar economía
o ideología, solo recaudar.
El deporte se debe re-encausar, sin hacer
delirar y esclavizar, como monos amaestrados a los niños y jóvenes, como se
viene haciendo. Solo para vivir de ellos.
Bajar los precios de las entradas a los
estadios. Devolver la racionalidad, al servicio de los más necesitados, en la
formación de cada país subdesarrollado. Proporcionando un seguro a los jóvenes y
niños, que practiquen cualquier deporte.