Todo principio de ciencia,
debe ser demostrable de manera práctica, en la realidad. De lo contrario,
dejaría de serlo; perdería su utilidad, como
solución de un desconocimiento humano.
Según la TGC (Teoría
General de la Corrupción), la fórmula de la corrupción es: poder sobre
ignorancia. Esto se aplica tanto en Paraguay, como en cualquier parte del
mundo.
Caminando, allá en el
Bañado sur, entre basura y agua nauseabunda, un parroquiano, con una sonrisa
maliciosa, me realizó una inesperada pregunta:
—¿En
qué grado de ignorancia cayeron los diputados al aceptar la entrada de los “nafteros”?
—…De segundo grado—le
respondí.
—Pero ¿cómo es eso?, no entiendo, ¿acaso son
ellos, más que los propios senadores?
—Me pareció que leíste “la
curación social”.
—No,
por favor. ¡Aquí nadie lee! Lo mucho que hacemos, es mirar la tapa del “popu” y
escuchar la radio. Ahí nomás alguien dijo que la ignorancia, tiene grados. Y según el locutor, si fuera cierto, todos los
radialistas están en huelga.
—Me parece un tanto
exagerado, decir que nadie lee en Paraguay.
—Nosotros,
los del Bañado Sur, decimos que aquí la vida es futbolera, y la corrupción es
el pan diario, en todo el estamento. Pero, explíqueme, ¿porqué cayeron en el
segundo grado de ignorancia, al aceptar el ingreso irregular?
—La fórmula de “poder
sobre ignorancia”, te está indicando, en este caso en particular, la existencia
de una ley general, de orden público; la Constitución Nacional, cuyo
cumplimiento es obligatorio, en manos del poder ejecutivo o administrador de la
República.
Quienes interpretan la ley,
acomodándola, caen en ignorancia de segundo grado, como sujetos responsables,
al no hacer cumplir una norma general.
Esto es así en cualquier
sistema político, aquí como en cualquier parte, donde exista civilización. Eso
es lo que explica la TGC, al servicio de los “futboleros” politiqueros.
Comentarios
Publicar un comentario