Es humano tener miedo,
sobre lo inesperado y lo desconocido en la vida. Esta realidad es muy bien utilizada
en la corrupción sistémica, dentro de cualquier esquema político: Cuyo
resultado es recaudar del erario público, sirviéndose de las influencias, para
generar miedo, ya sea por desconocimiento, o por beneficio de la confianza
depositada en su persona, como representante del pueblo.
Según la TGC, el papel del
“cuarto poder”, consiste en hacer posible la democracia, disminuyendo la
ignorancia y la oscuridad, productores naturales del miedo en la población.
Esta intimidación, ejercida
por el propio Estado y las organizaciones políticas, produce renuncia del
interés, de los individuos ciudadanos, para buscar el “bien común”; defender un
Estado de derecho constitucional, en libertad de acción y pensamiento. Donde la
justicia y la equidad, deben ser la brújula capaz de orientar sin miedo.
Los grandes luchadores
contra el flagelo de la corrupción, aseguran que los “riesgos, no deben ser
motivo para dejar de afrontar esta realidad”. No pueden esperarse soluciones
frágiles, contra este flagelo mundial, que mueve multimillonarios bienes, en la
globalización.
Al mismo tiempo, si la
contaminación se encuentra, entre los propios representantes del pueblo, la
democracia se ve peligrada; ya que el pueblo está sin claridad, ante el avance
de la corrupción.
En Latinoamérica, es
costumbre usar el miedo en la política; y ha tenido resultados favorables,
implantando grandes dictadores, carcomidos por la ignorancia y la corrupción,
cuyas consecuencias hasta hoy seguimos pagando, la población común: Con el
miedo a formar parte de una verdadera política, a favor de un pueblo tan
necesitado de la verdad y la educación.
Paraguay, considerado el
país más corrupto de la Región, aprisionado por el miedo, llevando a cuestas a
dos “colosos” amos; sin posibilidad de liberarse por su ignorancia, en esta
democracia: De tratados y convenios, de palabras estamos llenos; pero cada vez que
el país pide se cumpla lo estipulado, a favor del país y su desarrollo, estos
vecinos preparan una nueva interpretación para los acuerdos firmados, con
ignorancia y corrupción, que da mucho miedo.
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